Miguel del Arco, la explosi¨®n del dramaturgo
ES EL MISMO chico que se present¨® a un concurso de striptease en el que compet¨ªan hombres y mujeres y con el que gan¨® 100.000 pesetas de entonces que fueron a aliviar la angustiosa econom¨ªa familiar. Nunca ha perdido el arrojo o la temeridad, pero tampoco levanta los pies de la tierra. En cualquier momento se pone a recoger los vasos de un bar o hace de taquillero en el teatro. Para ¨¦l nada es una tragedia. La suya ya la pas¨®. Fue la repentina muerte de su hermano Alberto, en 48 horas, con 40 a?os. ¡°Es mi primer contacto real con la muerte. Cualquier muerte que sobrevenga ahora ser¨¢ dur¨ªsima, pero ninguna como la de Alberto¡±.
Otro drama, silencioso, acecha a una familia pero esta vez en la ficci¨®n. La venta de una casona en la costa del norte, el para¨ªso de recuerdos infantiles y momentos felices, desata todas las furias que la familia ven¨ªa acumulando desde lejos. Un padre exitoso, endog¨¢mico y ahora sin memoria, una madre profesional que afronta valiente una nueva vida, tres hijos de fuerte personalidad pero abrumados por el peso de sus progenitores. Y una nieta triste y so?adora. En ese ambiente se desarrolla Las furias, el primer largometraje de Miguel del Arco como director. Las maldiciones, los rencores, los reproches y frustraciones saltan por los aires en esta historia, a modo de gran tragedia griega, que cuenta con un reparto estelar: Carmen Machi, Jos¨¦ Sacrist¨¢n, Gonzalo de Castro, B¨¢rbara Lennie, Alberto San Juan, Emma Su¨¢rez, Mercedes Sampietro, Pere Arquillu¨¦ y Macarena Sanz, y que inaugur¨® ayer la 61? edici¨®n de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci). Su estreno en salas ser¨¢ el pr¨®ximo 11 de noviembre. Para llegar hasta aqu¨ª, Miguel del Arco ha realizado un largo viaje desde sus comienzos como guionista, cortometrajista, actor, bailar¨ªn y cantante. Se ha convertido en el hombre que ha revolucionado la escena en Espa?a. El mismo audaz que se ha lanzado a reabrir con ¨¦xito las puertas de un teatro, el antiguo Pav¨®n, junto a sus socios Aitor Tejada, Israel Elejalde y Jordi Bux¨®, en una suerte de aventura caballeresca. Sus montajes, desde aquel m¨¢gico La funci¨®n por hacer, silencioso y casi clandestino al principio, convertido en un grito desgarrador y creativo de largo alcance, se esperan con inter¨¦s.
Por algo dos grandes del teatro como Jos¨¦ Luis G¨®mez y N¨²ria Espert hablan de la ¡°explosi¨®n del Arco¡±. ¡°Cuando vi La funci¨®n por hacer me qued¨¦ muy sorprendido porque estaba ante una obra nueva y fresca, pero no casual. El camino que ha recorrido Miguel ha sido de una incubaci¨®n intensa que ha estallado ahora. Su proceso art¨ªstico tiene unos anclajes muy profundos. Ha sido un tiempo durante el que ha ido cogiendo fuerza, procedimientos, intuiciones. Su dramaturgia se ha ido haciendo con vislumbres sucesivos. Es un teatro que aporta ligereza, facilidad y mucho vigor, adem¨¢s de un gran sentido de lo contempor¨¢neo¡±, asegura G¨®mez, acad¨¦mico y director de La Abad¨ªa. A N¨²ria Espert le hablaron los actores de La funci¨®n por hacer de ese director. No lo conoc¨ªa, pero se fio de lo que le dijeron sus colegas m¨¢s j¨®venes. La actriz buscaba a alguien que la ayudara con el proyecto de La violaci¨®n de Lucrecia y vaya si lo encontr¨®. Del Arco no solo se convirti¨® en el director de ese gran poema dram¨¢tico de ?Shakespeare, que protagoniz¨® Espert, sino que fue el comienzo de algo grande y fruct¨ªfero. ¡°Enriqueci¨® mi trabajo, me resolvi¨® las dudas. No solo eso. Fue el inicio de una amistad sincera y profunda, que conmigo no es tan f¨¢cil¡±, reconoce la actriz, premio Princesa de Asturias de las Artes.
La palabra kamikaze, nombre que le puso a la compa?¨ªa que cre¨® en 2002 con Aitor Tejada, su eterno amigo y compa?ero, le va como anillo al dedo. La aventura, acompa?ada de disciplina y trabajo, ha sido constante en la vida de este chico del barrio de Carabanchel, en Madrid, tercero de una familia de clase baja de siete hermanos. Hoy tiene 51 a?os y reconoce que la familia numerosa y las dificultades econ¨®micas de anta?o le han marcado a la hora de buscar y pactar los equilibrios necesarios all¨¢ donde vaya. ¡°Nosotros subsistimos, tuvimos momentos terribles econ¨®micamente, pero nunca perdimos el humor. En mi casa se ha llevado con humor hasta la pobreza¡±. Apasionado por los musicales que ve¨ªa en televisi¨®n, ese ni?o nunca pens¨® que ¡°aquello¡± era para ¨¦l.
Fue nadador profesional y jugador de waterpolo en la adolescencia. Su camino estaba dirigido a la medicina. Hasta que descubri¨® el baile en Estados Unidos, donde estudi¨® un a?o, y entr¨®, ya en Madrid, en un grupo de teatro. Todav¨ªa no hab¨ªa fabricado su futuro cuando vio la representaci¨®n de Eduardo II de Inglaterra, que hizo Llu¨ªs Pasqual en el Mar¨ªa Guerrero. ¡°Ah¨ª s¨ª que dije: ¡®yo quiero hacer eso¡±. Siempre le obsesionaron el olor a comida cuando llegaba a las clases de la escuela y los efluvios sudorosos en los bailes. Por entonces ejerc¨ªa como cocinero por las ma?anas en el bar familiar, donde resolv¨ªa men¨²s diarios de tres primeros, tres segundos y un tercero para unas 100 personas, y estudiante de arte dram¨¢tico y canto durante las tardes.
Las jornadas estaban m¨¢s que medidas, y para eso era fundamental la puntualidad, algo que le sigue persiguiendo. Su aprendizaje fue un periodo duro pero feliz. Del Arco prefiere definirse como trabajador m¨¢s que como artista. Se estren¨® como actor profesional en 1989 con el espect¨¢culo La risa en los huesos, la obra de Bergam¨ªn, dirigido por Guillermo Heras. Una funci¨®n en la que coincidi¨® con los tambi¨¦n actores Aitor Tejada y Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez, su pareja sentimental desde entonces. Siguieron obras dramat¨²rgicas en el festival de M¨¦rida y los musicales, como Los miserables, con su primer papel protagonista y un ¨¦xito arrollador. La m¨²sica y el baile lo compatibiliz¨® con la escritura de guiones para televisi¨®n, realizaci¨®n de cortometrajes y su primera direcci¨®n en el teatro, casi por casualidad: En el aire, un encargo que le hace el actor Israel Elejalde. Ah¨ª empez¨® el estallido teatral de este dramaturgo que ha firmado montajes como Veraneantes, Juicio a una zorra, De ratones y hombres, Mis¨¢ntropo, Ant¨ªgona o Hamlet. Ahora prepara para el Pav¨®n Kamikaze La noche de las tr¨ªbadas. Las tragedias que representa no existen en su vida real. No hay quien pare a Miguel del Arco.
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