Moda, espect¨¢culo y tecnolog¨ªa en la Silicon Valley Fashion Week
La segunda edici¨®n de la semana de la moda m¨¢s tecnol¨®gica combina drones y zapatos con un toque espa?ol
El tono es festivo pero ya no se puede tomar a broma. Algo sucede en Silicon Valley cuando se despierta el inter¨¦s por prendas m¨¢s all¨¢ del pantal¨®n de yoga, la sudadera y el calzado deportivo. El coraz¨®n de la tecnolog¨ªa celebr¨® durante el fin de semana la segunda edici¨®n de su Semana de la Moda. Lo hizo doblando espacio con respecto al a?o pasado y con un local en la calle Market, la arteria principal de la ciudad, pensado para contemplar las creaciones y recrearse con varias experiencias.
Chris Lindland, fundador de Betabrand, es el organizador de la cita. Su marca se caracteriza por funcionar como una start up: venden online, cambian de colecci¨®n r¨¢pido, el p¨²blico puede personalizar algunas prendas y las propuestas de ropa se pueden apoyar mediante financiaci¨®n colectiva. El cat¨¢logo cuenta con camisas con emojis, chaquetas inspiradas en las de ?os astronautas de la NASA y las faldas permiten ir en bici con total comodidad. Una muestra de que conocen bien a su p¨²blico y saben agradar. ¡°Este ambiente, estas sensaciones, son la constataci¨®n de que estamos ante un negocio floreciente. Esto es real¡±, insisti¨® el empresario de un negocio que ya factura m¨¢s de mil millones de d¨®lares.
Durante tres d¨ªas la pasarela combin¨® tecnolog¨ªa y moda, con n¨²meros musicales y bailes. Tambi¨¦n acrobacias sobre sillas. Se trataba de comprobar las bondades de un bolso cuyos LEDs decorativos se encienden cuando el m¨®vil recibe una notificaci¨®n, de ver c¨®mo los tejidos de ¨²ltima generaci¨®n se adaptan al cuerpo y repelen las arrugas durante todo el d¨ªa o c¨®mo Pebble, el smartwatch pionero, sigue siendo el que m¨¢s opciones de personalizaci¨®n tiene.
No faltaron, como el a?o anterior, los drones. Unos operarios con una malla met¨¢lica comenzaron a bordear la pasarela. Minutos despu¨¦s, un ej¨¦rcito de microaviones controlados a distancia recorr¨ªan la zona acotada con relajo y parsimonia portando las creaciones sin tocar el suelo. Moda sin modelos, sin maniqu¨ª.
Incluso particip¨® una llama, el ¨²nico animal de esta zona que est¨¢ vivo. A falta de centauros y unicornios ¡ªcomo se llama a la empresas cuya valoraci¨®n supera los 500 y 1.000 millones de d¨®lares respectivamente¡ª, el suave animal fue el blanco de todos los flashes.
Las actuaciones o performances, como les gusta decir en el argot, recordaron a Burning Man, el festival del desierto en el que colisionan arte, supervivencia e inclusi¨®n radical cada verano.
Zappos, la empresa especializada en venta de calzado online propiedad de Amazon, puso el toque de feria. Construyeron, a escala humana, la cl¨¢sica m¨¢quina de gancho que intenta agarrar paquetes. Una persona volaba y serv¨ªa de zarpa gigante, mientras el otro miembro del equipo manejaba la palanca. Aunque si se trata de hablar de zapatos, Miss Garc¨ªa, la firma de alta costura espa?ola que comienza a destacar en Estados Unidos, fue la vertiente m¨¢s artesana.
Lindland ya piensa en una tercera edici¨®n en la que se combine la participaci¨®n de los asistentes con m¨¢s exhibidores. Incluso se compara con la gran feria de cultura pop que comenz¨® en San Diego y ya cuenta con cap¨ªtulos locales por todo Estados Unidos: ¡°Nos parecemos a Comic Con en el equilibrio que se crea entre los que desfilan y la audiencia. Aqu¨ª todos participan y todos se involucran¡±.
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