Orna Donath: "El instinto maternal no existe"
L A SOCI?LOGA israel¨ª Orna Donath sab¨ªa que tocaba nervio cuando se aventur¨® a preguntar a un grupo de madres si se arrepent¨ªan de haber tenido hijos. Pero nunca imagin¨® que iba a provocar un revuelo global que se resiste a remitir. Su libro Madres arrepentidas (Random House Mondadori) se acaba de publicar en Espa?a y en ¨¦l recoge el testimonio de 23 mujeres que s¨ª, adoran a sus hijos, pero que, si tuvieran que decidirlo ahora, sabiendo lo que significa e implica, optar¨ªan por no tenerlos. La tesis de fondo que desarrolla Donath es que a las mujeres se les marca el camino; que, a pesar de que se supone que decidimos ser madres libremente, la presi¨®n social para tener hijos es enorme, y que el resultado es que algunas acaban arrepinti¨¦ndose.
Donath es una mujer joven (1976), menuda y amable, que investiga sobre la maternidad y el papel de las mujeres en la sociedad en la Universidad Ben-Gurion del N¨¦guev, en Beerseba, desde hace a?os. Vive a las afueras de Tel Aviv y es una feminista que ha trabajado con mujeres v¨ªctimas de abusos. Por su manera de estar en la vida, recuerda a los miles de j¨®venes israel¨ªes y cosmopolitas que poco tienen que ver con las minor¨ªas ultrarreligiosas y nacionalistas que perfilan el futuro de un pa¨ªs en eterno conflicto con los palestinos. Su lucha es otra. En 2008, cansada de que durante el curso de sus trabajos no pararan de advertirle que un d¨ªa se arrepentir¨ªa de no querer tener hijos, Donath se lanz¨® a la investigaci¨®n que la ha convertido en el rostro global de las madres arrepentidas. Su atrevimiento con un tema altamente espinoso le ha proporcionado fama y reconocimiento internacional, pero tambi¨¦n acusaciones e insultos despiadados. Donath parece haber despertado alguna bestia.
A usted la han llamado de todo. Me han llamado ni?a mimada, narcisista y ego¨ªsta por no querer tener hijos. Hay gente que ha escrito comentarios en la Red que dec¨ªan que sin hijos ser¨ªa una mujer vac¨ªa, que ser¨ªa una vieja solitaria rodeada de gatos.
¡°en internet me han dicho de todo. Hay quienes mencionaban que sin hijos ser¨ªa una mujer vac¨ªa, una vieja solitaria rodeada de gatos¡±.
Su libro se centra en el arrepentimiento maternal. ?Sirve para algo lamentarse? S¨ª. Desde un punto de vista personal es importante. Reconocer lo que te pasa alivia. Si sufres y no sabes identificar qu¨¦ te ocurre, puedes acabar culpando a los hijos en lugar de a la circunstancia de ser madre. La gente suele decir: entierra tus sentimientos y sigue adelante, pero yo creo que reconocer las emociones puede ser un alivio. Desde un punto de vista social, que las mujeres reconozcan que se arrepienten puede ser una se?al de alarma para que se deje de empujarlas a ser madres, para dejar de vender la idea de que la maternidad le va a valer la pena a todas y cada una de ellas. Puede que las mujeres seamos biol¨®gicamente iguales, pero somos distintas. Unas quieren ser madres y otras no.
Usted ha entrevistado a 23 mujeres para su libro, una m¨ªnima muestra de la que no conviene extrapolar. ?C¨®mo de extendido calcula que est¨¢ el arrepentimiento maternal? Nunca lo sabremos. Desde luego, no afecta a la mayor¨ªa de las mujeres, pero es m¨¢s com¨²n de lo que pensamos. En Alemania han hecho una encuesta recientemente en la que el 8% de las participantes dec¨ªan que se arrepent¨ªan. Pero aunque fueran solo las 23 mujeres a las que entrevist¨¦, habr¨ªa merecido la pena el debate social.
?Por qu¨¦ cree que su trabajo ha generado tanto ruido? Porque hay una percepci¨®n de que este debate es peligroso para el Estado y para el orden social, que establece que la esencia de las mujeres en la vida es ser madre. Y yo planteo que es posible no ser madre y tambi¨¦n serlo y despu¨¦s arrepentirse. El problema es que no hay un guion alternativo. La gente no puede imaginar otras opciones porque la imaginaci¨®n est¨¢ tomada por un discurso ¨²nico que dice que para ser feliz hay que tener hijos. Yo no digo que la vida sin hijos vaya a ser perfecta. Puede ser una vida dif¨ªcil, pero suficientemente buena.
El revuelo en Alemania ha sido descomunal. S¨ª, fue una gran sorpresa. Mi plan era publicar el libro primero en Israel, pero a ra¨ªz de una entrevista en Alemania hace a?o y medio estall¨® un debate muy fuerte. Es curioso porque tenemos la imagen de Alemania como un pa¨ªs en el que las mujeres no tienen por qu¨¦ ser madres si no quieren, pero la realidad social es mucho m¨¢s compleja. All¨ª se me ?acercaron j¨®venes y me explicaron que se sent¨ªan presionadas para ser madres. Puede que en Alemania sea frecuente no tener hijos, pero hay una jerarqu¨ªa social entre ser madre y no serlo. La presi¨®n no es tan evidente como en Israel, pero, si rascas, existe.
Es muy dif¨ªcil decidir sobre si ser madre o no cuando no puedes saber de antemano c¨®mo te vas a sentir una vez que nazca tu hijo. Es cierto. Es una apuesta que se puede ganar o perder. El problema es que la sociedad promete a todas las mujeres que ganar¨¢n siendo madres, las empujan asegur¨¢ndoles la victoria.
Puede que una determinada etapa de la maternidad resulte cuesta arriba, pero que los sentimientos cambien a medida que los ni?os crecen. En mi estudio participaron abuelas que a¨²n se arrepienten. Puede que la relaci¨®n cambie, pero en el fondo saben que no quieren tenerla. Ser madre es una manera de estar en el mundo; aunque los hijos se independicen, siempre los tienes en la cabeza.
?Existe el instinto maternal? No necesariamente. S¨ª, tratamos de proteger la vida del beb¨¦, le alimentamos, es una criatura indefensa, pero eso no tiene por qu¨¦ ser equivalente al instinto maternal. Y en todo caso, si existiera, no es dominio exclusivo de las mujeres. Las parejas gais que adoptan hijos son una prueba evidente.
?Por qu¨¦ cree que se embellece la maternidad? Parece que el parto, la lactancia y la crianza han de ser experiencias maravillosas. La maternidad es una relaci¨®n humana como otras, no el reino m¨ªtico que venden. Cuando la experiencia maternal no es lo maravillosa que se supone que deber¨ªa ser, muchas mujeres se sienten monstruos. Rebajar las expectativas har¨ªa que se considerasen menos culpables. Es como el amor, no siempre es de color rosa.
"La maternidad es una relaci¨®n humana como otras, no el reino m¨ªtico que venden".
A menudo es dif¨ªcil disfrutar cuando el reparto de tareas en casa es desigual y los horarios laborales interminables. ?Hasta qu¨¦ punto pueden las condiciones contribuir al arrepentimiento? Las condiciones son importantes, pero no lo explican todo. Hay muchas madres que tienen de todo: tiempo, dinero¡, y aun as¨ª se arrepienten de serlo. Yo misma, aunque tuviera las condiciones ideales, aunque fuera millonaria, no querr¨ªa tener hijos y punto.
S¨ª, pero cuando las condiciones son hostiles, muchas tiran la toalla, renuncian a sus carreras profesionales para dedicarse a la maternidad. Con el tiempo, esa decisi¨®n les genera una enorme frustraci¨®n. Pero es que para m¨ª no es una cuesti¨®n de madres versus carrera profesional. No todas las mujeres anhelan tener una carrera ?profesional. Se les pide que sean la madre perfecta o que sean como un hombre, una gran profesional, pero hay muchas identidades de mujeres, que no quieren ser madres ni tener ¨¦xito laboral. Deseo vivir en una sociedad en la que pueda no ser madre y marcharme a mi casa despu¨¦s del trabajo a tirar aviones de papel. No tengo por qu¨¦ ser doctora ni escritora. No quiero que lo que importe sea lo que hago, sino lo que soy.
?Est¨¢n las mujeres mejor preparadas para cuidar? No. No tiene nada que ver con la naturaleza, es una cuesti¨®n pol¨ªtica. Hay mujeres incapaces de cuidar a alguien y al rev¨¦s, pero nos han vendido que es una cuesti¨®n de sexo. Los hombres pueden cuidar muy bien, pero para la sociedad este sistema es muy ¨²til. Nosotras lo hacemos todo sin cobrar, mientras que ellos ganan dinero, viajan y entran y salen del cuidado de los hijos a su antojo.
No se trata, insiste Donath, a la defensiva, de posiciones hostiles o viscerales, que algunos pretenden endosarle: ¡°Mire, a menudo me malinterpretan. Hacen ver que mis estudios son propaganda en contra de la maternidad o de los ni?os, y eso es falso. Hay mujeres que quieren ser madres y que lo disfrutan, pero me gustar¨ªa que tuvieran m¨¢s libertad para decidir¡±.
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