La polic¨ªa investiga el asesinato de ¡®El hombre de los hielos¡¯ 5.300 a?os despu¨¦s
Un cuarto de siglo despu¨¦s de su descubrimiento, ?tzi redibuja la Prehistoria
Nadie imaginaba que una excursi¨®n alpina iba a transformar la imagen que los europeos tenemos de nosotros mismos; que lo que parec¨ªa el cuerpo de un excursionista muerto pocos inviernos antes iba a convertirse en la ventana m¨¢s interminable a la prehistoria. Veinticinco a?os despu¨¦s de su descubrimiento casual, ?tzi, el hombre de los hielos que vivi¨® hace 5.300 a?os y que ha llegado hasta nosotros en un incre¨ªble estado de conservaci¨®n, sigue siendo una mina de datos y se ha confirmado como uno de los grandes hallazgos arqueol¨®gicos, a la altura de la tumba de Tutankam¨®n o de las pinturas de la cueva de Chauvet. Fernand Braudel, el gran historiador franc¨¦s, escribe al principio de El Mediterr¨¢neo y el mundo mediterr¨¢neo en la ¨¦poca de Felipe II: "Desgraciadamente, o tal vez afortunadamente, nuestro oficio no disfruta de la admirable flexibilidad de la novela". Los historiadores tienen que ce?irse a los hechos, o al menos deber¨ªan intentarlo: ?tzi (su nombre viene del macizo de ?tztal, donde fue descubierto) ofrec¨ªa un cargamento tan nutrido de descubrimientos que es imposible que no transformen el pasado. Han iluminado el momento crucial de la humanidad: el neol¨ªtico, cuando dejamos de ser n¨®madas recolectores para convertirnos en agricultores y ganaderos. El hombre de los hielos vivi¨® justamente la culminaci¨®n de ese proceso, que arranc¨® hace unos 9.000 a?os.
El Museo Arqueol¨®gico de Tirol del Sur, en Bolzano (Italia), dedicado a la momia y a los objetos que portaba en el momento de su muerte, organiz¨® recientemente un congreso que reuni¨® a expertos de todo el mundo para intercambiar datos sobre los ¨²ltimos descubrimientos en torno a ?tzi ¡ªque van desde el origen de la bacteria que provoca las ¨²lceras hasta el tipo de armamento de la ¨¦poca o la alimentaci¨®n¡ª, pero sobre todo realiz¨® un encargo ins¨®lito: pidi¨® a un polic¨ªa que resolviese el crimen m¨¢s antiguo del que tenemos noticia: el asesinato del hombre de los hielos. Se anunci¨® all¨ª tambi¨¦n un hallazgo sorprendente: el hacha de cobre que ?tzi portaba proven¨ªa de un lugar lejano, de Toscana.
Este descubrimiento abre un misterioso mundo de intercambios comerciales y de viajes en un continente cuya poblaci¨®n todav¨ªa se estaba formando con grandes migraciones y donde los desplazamientos ten¨ªan que ser muy dif¨ªciles. Gilberto Artioli, miembro del grupo de investigaci¨®n arqueometal¨²rgico de la Universidad de Padua (?tzi ha congregado a su alrededor a especialistas de las disciplinas m¨¢s diversas), explica el hallazgo: "Analizamos las proporciones de is¨®topos en el metal de cobre del hacha y nos encontramos con que su origen est¨¢ en Toscana. Aunque es imposible saber si el metal en bruto lleg¨® hasta los Alpes y luego se convirti¨® en un hacha o la propia hacha fabricada hab¨ªa viajado desde el centro de Italia a los Alpes, los resultados indican que se produjeron intercambios directos entre las dos regiones en el cuarto milenio antes de Cristo. Es algo inesperado".
Disparo a traici¨®n
En cuanto al crimen, los cient¨ªficos tardaron casi diez a?os en encontrar el motivo de su muerte. Paul Gotsner, radi¨®logo del hospital de Bolzano, localiz¨® en julio de 2001 una punta de flecha en el hombro izquierdo de la momia, una herida mortal que le paraliz¨® el brazo (de ah¨ª la extra?a postura con la extremidad extendida en la que fue descubierto) y que provoc¨® que muriera desangrado. Con motivo del aniversario, el museo encarg¨® una investigaci¨®n al inspector de la polic¨ªa de M¨²nich Alexander Horn, una celebridad en Alemania como experto en trazar perfiles de sospechosos.
Horn actu¨® como un polic¨ªa y, aunque llegaba relativamente tarde a unos hechos que hab¨ªan ocurrido hace cinco milenios, entrevist¨® a todos aquellos que hab¨ªan tenido relaci¨®n con la momia (no como sospechosos, claro est¨¢, sino como testigos) y examin¨® todas las circunstancias, as¨ª como la escena del crimen. Su conclusi¨®n es que fue asesinado a larga distancia, seguramente por venganza, ya que el o los asesinos le dejaron con todas sus pertenencias, incluso con su valiosa hacha. El hecho de que acabase de ingerir una buena comida a base de cabra montesa podr¨ªa indicar que no esperaba un ataque; que tuviese una herida reciente en la mano era un signo de que hab¨ªa salido victorioso de una pelea, y que la flecha le entrase por la espalda es un indicio de que se trat¨® de un disparo a traici¨®n.
Pero, al igual que cada dato sobre ?tzi aporta una cantidad inmensa de informaci¨®n, cada descubrimiento abre nuevas preguntas. "Sabemos mucho sobre el hombre de hielo, pero todav¨ªa quedan muchas cosas que ignoramos", responde por correo electr¨®nico Albert Zink, director cient¨ªfico del museo. "No tenemos la m¨¢s leve idea de qui¨¦n le mat¨® o por qu¨¦ fue asesinado. ?Estaba solo o con alguien? ?Fue atacado por una persona o por un grupo? Tal vez una campa?a de excavaciones en el lugar donde fue encontrado [un terreno rocoso de glaciares a 3.150 metros de altura en mitad de los Alpes, entre Austria e Italia] podr¨ªa arrojar m¨¢s evidencias. Tambi¨¦n si consigui¨¦semos extraer la punta de flecha sin da?ar la momia podr¨ªamos lograr m¨¢s informaci¨®n", prosigue.
Sin embargo, todo lo relacionado con ?tzi es una mina. Por ejemplo, tanto su ropa como los alimentos que ingiri¨® mezclan animales y plantas salvajes con domesticados; su gorro es de piel de oso, pero para fabricar su equipo tambi¨¦n utiliz¨® buey. ?tzi ya estaba sedentarizado, pero se encontraba justo en la frontera porque, por ejemplo, todav¨ªa era intolerante a la lactosa (su cuerpo no pod¨ªa digerir la leche de animales que hab¨ªan sido domesticados seguramente en ¨¦poca reciente).
Otro de los asistentes al congreso fue Manuel Lizarralde, profesor de Etnobot¨¢nica en el Connecticut College y experto en arcos antiguos, que ha reproducido y analizado hasta el m¨¢s m¨ªnimo detalle esta arma de ?tzi, que estaba inacabada. "El dise?o es considerado uno de los mejores y sus dimensiones indican que las flechas podr¨ªan ser lanzadas hasta 180 metros de distancia y a una velocidad de 50 metros por segundo", relata Lizarralde, quien se?ala que podr¨ªa haber sido un instrumento "tanto de caza como de guerra".
Este hombre de los hielos ha sido sometido a un an¨¢lisis pormenorizado: ten¨ªa entre 40 y 50 a?os, med¨ªa 1,60 metros y pesaba entre 50 y 60 kilos, padec¨ªa numerosas enfermedades, ten¨ªa el cuerpo tatuado y su grupo sangu¨ªneo era Cero positivo. Su linaje materno se ha perdido, pero el paterno (el cromosoma Y) se puede encontrar en Cerde?a. Eso no quiere decir que proviniese de la isla mediterr¨¢nea, pero muestra, como el origen toscano del metal de su hacha, la complejidad de los movimientos de poblaci¨®n en Europa en la prehistoria. ?tzi nos ofrece un retrato de seres humanos perfectamente adaptados a su entorno, extraordinariamente inteligentes en el manejo de los recursos que ten¨ªan, y que, sobre todo, se mov¨ªan de un lugar a otro. De hecho, ?qu¨¦ hac¨ªa ?tzi a 3.150 metros de altura? Otra pregunta sin respuesta. Que los cient¨ªficos hayan extra¨ªdo tanta informaci¨®n de un solo individuo nos muestra tambi¨¦n la enormidad de lo que desconocemos.
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