Otro modelo laboral

El pr¨®ximo Gobierno tendr¨¢ que enfrentarse a muchas decisiones urgentes y a varias importantes para sostener el crecimiento a medio plazo. Una de las m¨¢s relevantes, porque implica el modelo de contrataci¨®n y de rentas, ser¨¢ aclarar qu¨¦ tipo de mercado laboral necesita la econom¨ªa. La Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA) del tercer trimestre del a?o indica que el modelo implantado por la reforma laboral no resuelve los problemas estructurales del empleo. Ha permitido la supervivencia de empresas da?adas por la crisis y ha reducido los costes laborales, pero se ha precarizado la contrataci¨®n. La buena noticia es que el desempleo sigue descendiendo ¡ªpor efecto del turismo y la hosteler¨ªa¡ª, hasta el punto de que la tasa de paro ya es inferior al 20% (18,9%) por primera vez en los ¨²ltimos seis a?os. Pero las estad¨ªsticas no bastan para describir y comprender la realidad; adem¨¢s de que el ¨ªndice sigue siendo el m¨¢s elevado de la Uni¨®n despu¨¦s de Grecia, los problemas del paro juvenil, de la larga duraci¨®n y de la temporalidad (la tasa ya es del 27%) se han enquistado y frenan las oportunidades de crecimiento.

Con tasas elevadas de desempleo juvenil, m¨¢s de 2,5 millones de parados de larga duraci¨®n y una legislaci¨®n laboral que castiga la confianza en el salario a medio plazo no se puede sostener una reactivaci¨®n. Y podr¨¢ comprobarse en 2017, cuando cesen los efectos del petr¨®leo barato y el euro d¨¦bil. Con un paro estructural elevado tampoco es posible un patr¨®n de crecimiento distinto del actual, dependiente de la construcci¨®n y del turismo. El nuevo Gobierno tendr¨¢ que optar entre mantener un modelo econ¨®mico que evoca aquella Espa?a como pa¨ªs de camareros y alba?iles, sostenidos mediante una contrataci¨®n precaria y con un coste p¨²blico muy elevado de desempleo, o construir un mercado laboral m¨¢s estable, m¨¢s flexible y mejor dispuesto para distribuir las ofertas de trabajo disponible.

El nuevo mercado de empleo deber¨ªa ser coherente con decisiones econ¨®micas a medio y largo plazo (m¨¢s inversi¨®n p¨²blica y privada en productos con mayor valor a?adido, aumento del tama?o medio de las empresas, reducci¨®n de los costes de producci¨®n), una fiscalidad distinta y una concepci¨®n administrativa m¨¢s ¨¢gil.

Pero estos son objetivos a medio plazo, que exigen reformas coordinadas en los mercados y en la Administraci¨®n. A corto plazo, con urgencia, el mercado laboral necesita decisiones dr¨¢sticas sobre oferta y demanda de los puestos de trabajo existentes. Para ello, es imperativo convertir las oficinas de empleo en centros efectivos de colocaci¨®n; simplificar la contrataci¨®n laboral (Bruselas tiene varios modelos que ofrecer); considerar variantes o adaptaciones de financiaci¨®n p¨²blica parcial de los salarios cuando las empresas viables se enfrenten a una recesi¨®n; y estimular la creaci¨®n inmediata de empleo no mediante exenciones fiscales, bonificaciones a la cotizaci¨®n y tarifas planas (financiadas en ¨²ltimo extremo con la hucha de las pensiones), que ya han demostrado su ineficacia, sino mediante pol¨ªticas de est¨ªmulo de la inversi¨®n y del consumo. Con el acuerdo de los agentes sociales. Y todo eso, si es con dinero p¨²blico europeo, mejor.