Otra vez los ochenta

No vayan (¨²nicamente) a ver lo que les meten por los ojos.

Se nos quedan tantas cosas fuera por culpa de las chicas de los trenes y los monstruos que arrasan que joyitas como Sing Street est¨¢n a punto de desaparecer de la cartelera de versi¨®n original. Y f¨ªjense; si quieren apostamos en plan Ramontxu a que algo pilla en las nominaciones de los Oscar. Porque es estupenda y porque los poderosos hermanos Weinstein est¨¢n detr¨¢s de esta peliculita irlandesa con banda sonora de Duran Duran y The Cure. Si han nacido en la d¨¦cada de los sesenta o los setenta, y no estaban en un convento de clausura, vayan a verla. Saldr¨¢n del cine cantando el Maneater de The Jam, para llegar a casa y sacar las hombreras del trastero, los boogies y pintarse los ojos de negro a lo Robert Smith. Ya me contar¨¢n.

El chico de Sing Street.

El director de la pel¨ªcula, John Carney, tuvo hace poco un rifirrafe con Keira Knightley, su anterior protagonista, y por el que tuvo que disculparse. Esta vez ha preferido contar y cantar con un desconocido, Ferdia Walsh-Peelo. Y el chico canta muy bien. Tiene madre soprano que lo ha educado en el bel canto y, suponemos, para una eventual fama. Porque cuando uno se llama Ferdia Walsh-Peelo, tiene 17 a?os, los ojos del color de los de Elizabeth Taylor y flequillo a lo Bryan Ferry est¨¢ destinado a ser una estrella.

Y los de Stranger Things.

Estos ya son estrellas megagal¨¢cticas. A sus 12 a?os Millie Bobby Brown, la ni?a de la ochentera serie Stranger Things, ya es toda una Instagram star. Ha compartido con sus casi dos millones de seguidores su corte de pelo al dos, sus modelitos de Louis Vuitton y sus desfiles de moda. El nuevo fashion icon es (da miedito escribirlo) del 2004. Esto nos llevar¨ªa a una larga reflexi¨®n tipo ad¨®nde vamos como sociedad infantilizada o de d¨®nde venimos con tanta h¨ªpersexualizaci¨®n de los cr¨ªos, pero se me acaban las palabras. No se inquieten, volver¨¦.