Ciencia. Saber sin fronteras
E N 1976 AL FAX, ?al fax!, le quedaban a¨²n casi 10 a?os para empezar a ser conocido y 20 para ser habitual. Los periodistas cient¨ªficos consult¨¢bamos la Brit¨¢nica, las enciclopedias del padre Asimov y us¨¢bamos mucho el tel¨¦fono (fijo). El correo postal era una soluci¨®n estupenda y la informaci¨®n, adem¨¢s de en los peri¨®dicos, llegaba en libros y revistas. En estos 40 a?os el cambio experimentado en la profesi¨®n es una buena muestra del cambio experimentado en el mundo. Desde la privilegiada ventana de quien informa sobre ciencia, estos 40 a?os nos han transformado radicalmente, porque los cambios b¨¢sicos se han aplicado a todos los campos del conocimiento; igual que la imprenta le dio otro aspecto al mundo, las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y la simbiosis de ¨¢mbitos distintos han convertido en habitual lo que era inimaginable.
Si se repasa una por una todas las esferas de la ciencia, en todas ellas la influencia de los ordenadores, el tratamiento masivo de datos, la velocidad de c¨¢lculo, los nuevos materiales, la precisi¨®n y la rapidez de los an¨¢lisis han supuesto avances espectaculares. El Proyecto Genoma Humano puede ser un buen ejemplo, tanto desde el punto de vista de la ciencia que implica ¨Cciencia biol¨®gica en sentido amplio, aunque recurra a la ayuda de muchas otras¨C como de su impacto social. Se empieza a transformar el modelo de interacci¨®n entre ciencia y sociedad: del paradigma en el que la investigaci¨®n acababa revirtiendo en la sociedad se pasa a otro en el que es directamente la sociedad quien interpela a los investigadores. Un paradigma en el que es una pieza esencial la responsabilidad social de la ciencia y la innovaci¨®n, y en el que ha tenido mucho que ver el desarrollo de la gen¨®mica.
Las ciencias de la salud en su conjunto, quiz¨¢ con la biotecnolog¨ªa a la cabeza, tambi¨¦n han avanzado sustancialmente en estos cuatro decenios. Buena prueba de ello es que la esperanza de vida se ha incrementado en Espa?a desde los 73 a?os de media en 1976, seg¨²n el INE, hasta los 83 actuales, aumento que obviamente se debe adem¨¢s en buena medida a mejoras en los h¨¢bitos de vida, higiene o alimentaci¨®n. Los nuevos f¨¢rmacos cada vez m¨¢s precisos, las terapias menos agresivas ¨Cpor ejemplo las del c¨¢ncer, cuyo pron¨®stico ha cambiado radicalmente en este periodo¨C, las cirug¨ªas no invasivas, el universo de los trasplantes¡, los progresos se han dado en casi todos los campos. Quiz¨¢ sea precisamente la gen¨®mica, en la que tantas esperanzas y tanto dinero se han puesto, la especialidad que a¨²n nos debe m¨¢s alegr¨ªas. Cuando llegue el futuro que se anuncia desde hace ya 20 a?os, el paso ser¨¢ de gigante.
HEMOS RECUPERADO LA MIRADA DE HUMBOLDT Y VEMOS QUE TODO EST? INTERRELACIONADO.
En el lado oscuro nos encontramos las nuevas epidemias, del sida al ¨¦bola, cuyo control exige a?os de investigaci¨®n, y algunas otras, aparentemente menores y aparentemente erradicadas, que vuelven con tr¨¢gicas consecuencias. Hace unas d¨¦cadas el lema de la OMS era ¡°salud para todos en el a?o 2000¡±. A¨²n queda mucho por hacer.
La oveja Dolly, nacida en el a?o 1996 y muerta en 2003, es el icono de la biotecnolog¨ªa y quiz¨¢ a¨²n proporcione m¨¢s informaci¨®n. Su muerte fue prematura en comparaci¨®n con ovejas de su especie, pero a causa de una enfermedad relativamente com¨²n. Sin embargo, el peque?o tama?o de sus tel¨®meros ¨Clos extremos de los cromosomas, relacionados con el envejecimiento¨C llam¨® la atenci¨®n de los expertos. La investigaci¨®n con tel¨®meros, en la que trabaja Mar¨ªa Blasco, directora del CNIO, podr¨ªa ayudarnos a dejar muy atr¨¢s las actuales medias de esperanza de vida.
Nuestro conocimiento del lugar peque?o donde residimos, la Tierra, y del gran lugar en el que estamos insertos, el universo, tambi¨¦n ha cambiado mucho en estos 40 a?os. En cierta medida, hemos retomado la mirada de Humboldt y comprendemos que en la naturaleza todo est¨¢ interrelacionado y que nuestras acciones tienen efectos globales que pueden ser desestabilizadores. El agujero de la capa de ozono sobre la Ant¨¢rtida es un buen ejemplo. Uno de los hitos de estos 40 a?os es sin duda el haber asumido, de forma lenta pero imparable, que la actividad humana tiene efectos sobre el clima. Sin embargo, no parece que entendamos cabalmente qu¨¦ consecuencias se derivan de esto ni qu¨¦ remedios es necesario poner.
pulsa en la fotoEn marzo de 1979 se cumpl¨ªan 100 a?os del nacimiento de Albert Einstein, el f¨ªsico que revolucion¨® la comprensi¨®n del universo con su teor¨ªa de la relatividad. El Pa¨ªs Semanal dedicaba este homenaje a un cient¨ªfico que tambi¨¦n afirmaba tener un ¡°apasionado sentido de la justicia social¡±.James Rajotte
Pero tambi¨¦n hemos aprendido mucho del rinc¨®n del universo que habitamos y del conjunto de tiempo y espacio que nos rodea, de su formaci¨®n y de su tama?o, del tiempo que lleva todo esto dando vueltas y de c¨®mo se form¨® cada uno de sus componentes, de los m¨¢s pr¨®ximos, como la Luna, a los m¨¢s lejanos, un cat¨¢logo muy poblado en el que destacan los exoplanetas; el primero de ellos se encontr¨® en 1992 y ya se han localizado casi 5.000.
La construcci¨®n de grandes teles?copios terrestres, y el Hubble, lanzado en 1990 y a¨²n activo all¨¢ arriba, nos ha permitido mirar m¨¢s lejos y ver mucho mejor. Tan lejos hemos visto que de los algo m¨¢s de 15.000 millones de a?os que se pensaba que ten¨ªa el universo hemos recortado hasta los 13.798 ¡À 0,04 millones de a?os. La detecci¨®n del bos¨®n de Higgs, en 2012, y antes de un buen n¨²mero de part¨ªculas, contribuy¨® a confirmar que el modelo que con papel y l¨¢piz se inventaron los f¨ªsicos para describir el universo ¨Ca trav¨¦s de fen¨®menos hoy conocidos y entonces supuestos¨C funciona. Hoy hay m¨¢s pruebas de que el modelo est¨¢ndar es correcto y se han podido llevar a cabo experimentos que hace cuatro d¨¦cadas solo estaban en los sue?os m¨¢s audaces.
La miniaturizaci¨®n es otra revoluci¨®n cuyo comienzo apenas atisbamos ahora.
Y de lo m¨¢s grande a lo m¨¢s peque?o, la miniaturizaci¨®n de todo supone otra revoluci¨®n estructural de la que apenas estamos viendo el comienzo. La nanotecnolog¨ªa en su conjunto (y los nanoloquesea en medicina, biolog¨ªa, inform¨¢tica¡) ser¨¢ una confluencia de destrezas y saberes destinada a llevarnos a un lugar distinto. El Viaje alucinante (otra vez Asimov) est¨¢ cada d¨ªa m¨¢s cerca, no con hombrecillos min¨²sculos, sino con nanorrobots capaces de actuar dentro del cuerpo humano. Nanorrobots destinados m¨¢s a la detecci¨®n precoz y a la prevenci¨®n que a la terapia. A ello hay que a?adir la creaci¨®n de tecnolog¨ªa para llevar puesta, todos esos admin¨ªculos que nos ir¨¢n convirtiendo en c¨ªborgs poco a poco.
Los nuevos materiales que los qu¨ªmicos han puesto al servicio del resto de las ciencias son tambi¨¦n un elemento clave porque est¨¢n presentes en muchos campos, de la medicina a la energ¨ªa, de la nanociencia a la carrera espacial. Los fullerenos, la espuma de titanio, el aerografeno, el goretex y el grafeno, entre otros, son los cimientos de cambios espectaculares que veremos dentro de poco o que empezamos ya a disfrutar.
Otro cambio notable en el mundo en estos 40 a?os se refiere a todo lo relacionado con la energ¨ªa. Del mundo del petr¨®leo y del carb¨®n hemos empezado a transitar al de las renovables, que, gracias a nuevos sistemas de computaci¨®n y comunicaci¨®n, han potenciado tanto su eficiencia como su fiabilidad, de manera que ya son capaces de garantizar la seguridad de suministro. Los leds, en un extremo de la cadena, y las renovables, en el otro, han configurado un nuevo mundo que va de la bombilla incandescente y el petr¨®leo a la eficiencia energ¨¦tica. Queda que el sol y el viento entren en los dep¨®sitos de los coches, algo que solo podr¨¢n hacer a trav¨¦s de la electricidad.
Palabras como transg¨¦nicos, c¨¦lulas madre, nanosat¨¦lites, chips, impresoras 3D, ondas gravitacionales, epigen¨¦tica y muchas otras suenan cada vez m¨¢s naturales. Todo esto, y mucho m¨¢s de lo que cabe mencionar aqu¨ª, hace el mundo cada vez menos ancho y menos ajeno. Gracias a la ciencia y a la tecnolog¨ªa (su hija, hermana o madre, seg¨²n los casos), entrar hoy en un quir¨®fano, un laboratorio o un coche y hacerlo hace 40 a?os son experiencias por completo distintas. Estamos cambiando tanto el entorno que tendremos que aprender a convivir con ¨¦l.
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