La conversaci¨®n, el cabrales y J. K. Rowling

Hay un rato en la conversaci¨®n en que pasa lo que no pasa. Bryce Echenique dec¨ªa: ¡°Antes de hablar voy a pronunciar unas palabras¡±. Antes de hablar se dicen las palabras que no van a ning¨²n sitio. Un pol¨ªtico me cit¨® para conocerme y cuando ya hab¨ªamos acabado con lo llano me pregunt¨®: ¡°?Y qu¨¦ concepto se tiene de m¨ª en tu peri¨®dico?¡±. La gente queda con los periodistas, por ejemplo, porque quieren enviar un recado, hacer una advertencia. ?Quedar por quedar? Eso es en Facebook.

Ahora se habla mucho de lo que se habla en privado, y adem¨¢s se cuenta. Carmen Balcells, una conversadora excepcional, no quer¨ªa entrevistas, porque lo que a ella le gustaba era hablar antes. Los periodistas, que debemos ser discretos sobre lo que pasa en ese entretanto, no publicamos jam¨¢s esas cosas que nos dec¨ªa una mujer que pas¨® a la historia por no contar lo que no se debe contar. As¨ª salv¨® carreras e hizo innumerables negocios. Si lo hubiera contado todo hubiera dilapidado un magisterio basado en el silencio. Ella que habl¨® tanto.

Uno de los problemas que tenemos los periodistas, a la hora de entrevistar, es lo que se dice antes. Si eres confianzudo, o agresivo, no ganas nada, solo silencio, retraimiento. Ahora se ha puesto de moda la entrevista arrojada, o de cercan¨ªas. Anda, hombre, dime la verdad. Una vez dos veteranos se le acercaron a Aznar, a¨²n aspirante, despu¨¦s de una rueda de prensa a la que hab¨ªan acudido muchachos: ¡°Hombre, Jos¨¦ Mar¨ªa, ya terminaste con estos pipiolos, dinos a nosotros la verdad¡±. Preguntar es un arte, y tambi¨¦n un truco. Hay quienes pasan a la historia por el arte. Otros sobresalen por el rasgu?o o por el truco.

La conversaci¨®n period¨ªstica necesita, adem¨¢s, de cierta preparaci¨®n, no es solo cuestionario. Cuando este peri¨®dico me pidi¨® que entrevistara a la muy esquiva J. K. Rowling, la creadora de Harry Potter, le ped¨ª consejo a Graciano Garc¨ªa, que la hab¨ªa tratado desde la Fundaci¨®n Pr¨ªncipe de Asturias, que dirigi¨® y la hab¨ªa premiado. ?Qu¨¦ le llevo? ¡°Lee sus libros y ll¨¦vale un queso de Cabrales¡±. Se abri¨® como una ostra.

Ahora se habla mucho de lo que se conversa en privado. En periodismo a m¨ª me ha pasado lo que acabo de contar. En la vida normal (?o real?) uno va a contar algo y entretiene el principio. Cuando ya sueltas tu rollo, te pueden decir s¨ª o no; si te dicen s¨ª no lo cuentas, es un amigo, ten¨ªa que ser as¨ª, no me iba a fallar. Si te dicen que no sales enrabietado, te da verg¨¹enza decirles a los tuyos que te dijeron No (No es No), pero aguardas a una oportunidad, alguien te ofrece caf¨¦ con leche, o queso de Cabrales, seg¨²n la hora, y te revuelcas en tu enfado. ¡°?Y sabes que el tipo va y me dice que no?¡±. ¡°?Y eso que le fuiste a ver!¡±. Si hubiera salido bien el esc¨¢ndalo habr¨ªa sido nulo. Si se tuerce la cosa el otro es un villano.

J. K. Rowling abri¨® el queso all¨ª mismo. La conversaci¨®n tuvo un olor milagroso y hablamos de todo, menos de su secreto.