Dur?o, la ley lava las conductas impropias

Resumen sucinto de los hechos: un llamado comit¨¦ de ¨¦tica de la Comisi¨®n Europea ha dictaminado que Jose Manuel Dur?o Barroso, expresidente de la Comisi¨®n, respet¨® las normas del c¨®digo de conducta de los excomisarios cuando acept¨® el empleo del banco de inversi¨®n Goldman Sachs; que dej¨® pasar escrupulosamente el plazo de cuarentena (18 meses) antes de aceptar la oferta (lo hizo a los 20 meses); y que, como el propio Dur?o ha explicado, no le han contratado para hacer lobby. Como las palabras de Dur?o no son confesi¨®n de parte (al rev¨¦s, para que se entienda), el comit¨¦ las ha cre¨ªdo a pies juntillas. Eso s¨ª, el comit¨¦ musita que Dur?o no analiz¨® con suficiente profundidad el da?o que pod¨ªa causar a la UE fichando por Goldman.

Pero ?no se trata de eso precisamente, de la credibilidad de la Comisi¨®n Europea y de su prestigio pol¨ªtico ante otros poderes? No es la legalidad de los actos de Dur?o lo que deber¨ªa interesar a los miembros de una comisi¨®n de ¨¦tica (?faltar¨ªa m¨¢s que el fichaje no se ajustase al c¨®digo!) sino el buen o mal ejemplo de su conducta y la gravedad del precedente lo que deber¨ªan examinar. La legalidad raras veces es un obst¨¢culo para las conductas impropias. Espa?a, madre de culturas, tambi¨¦n es madrastra de pr¨¢cticas de prestidigitaci¨®n que permiten burlar la ley con la legitimidad y la legitimidad con la ley. Recu¨¦rdese que a partir de 1996, gracias a la f¨¦tida teolog¨ªa jur¨ªdica desarrollada por los Gobiernos de Aznar, responsables pol¨ªticos pasaron a ocupar presidencias bien remuneradas de empresas sin tocar ni manchar la ley. ?Que un responsable de una direcci¨®n general quer¨ªa ser presidente de una de las empresas que gestionaba pol¨ªticamente? Pues un informe de Administraciones P¨²blicas avalaba la legalidad del acto y ya ten¨ªa el escudo que necesitaba.

A esto se le llama puertas giratorias y est¨¢ escrito que ninguna ley prevalecer¨¢ contra ellas. Por asombroso que parezca, Dur?o, Neelie Kroes (excomisaria de la Competencia, contratada por Uber, cuya actividad defendi¨® cuando era comisaria) o Connie Hedegaard (excomisaria de Cambio Clim¨¢tico, fichada por ?Volkswagen!) demuestran que la verg¨¹enza por conducta impropia est¨¢ en desuso; que la l¨ªnea ¨¦tica puede defenderse desde la legalidad, pero no solo a trav¨¦s de ella; y que una norma que permita que el expresidente de la Comisi¨®n fiche por Goldman Sachs (el banco que asesor¨® a Grecia para que enga?ara a las autoridades europeas) no defiende los intereses de los ciudadanos y debe ser sustituida por otra m¨¢s acorde con la imagen que Europa quiere y debe ofrecer.

Conclusi¨®n sucinta como remedio apresurado: tres a?os de incompatibilidad al menos, tribunales ¨¦ticos capaces de sancionar en funci¨®n del da?o ¡°reputacional¡± causado y listas de inhabilitaci¨®n pol¨ªtica para quienes escondan la inmoralidad detr¨¢s de la legalidad. Pero los Robespierre que deben constituir los tribunales ¨¦ticos quiz¨¢ est¨¦n pensando hoy en la puerta por la que saldr¨¢n en el futuro. Como cantaba Walter Jackson ¡°It's an uphill climb to the bottom¡± (Un camino muy cuesta arriba hasta el fondo del pozo).