Computaci¨®n afectiva, robots y emociones
Las m¨¢quinas podr¨¢n saber c¨®mo nos sentimos y tomar decisiones respecto a esos sentimientos
La inteligencia artificial va camino de transformar el mundo. Los grandes monstruos tecnol¨®gicos ¡ªGoogle, Facebook, Intel, Microsoft¡ª compiten por expandir los l¨ªmites en este campo, que busca que las m¨¢quinas aprendan por s¨ª solas, que tomen decisiones, que resuelvan problemas. Pero ?acaso es eso suficiente?, ?pueden limitarse, simplemente, a eso, a ser inteligentes?
Un nutrido grupo de cient¨ªficos, ingenieros y emprendedores tienen bien claro que no y dirigen sus esfuerzos e investigaciones a franquear la siguiente frontera: conseguir que las m¨¢quinas est¨¦n dotadas de inteligencia emocional. Es decir, que sean capaces de reconocer e interpretar nuestras emociones, que tomen decisiones en funci¨®n de estas. Lo llaman computaci¨®n afectiva y est¨¢ en plena ebullici¨®n.
Una aplicaci¨®n es capaz de determinar un estado de ¨¢nimo mediante un algoritmo con datos de 45 m¨²sculos de la cara
La aplicaci¨®n de Afectiva es capaz de determinar nuestro estado de ¨¢nimo mediante un algoritmo que toma datos de 45 m¨²sculos de nuestra cara. La compa?¨ªa israel¨ª Beyond Verbal analiza las emociones estudiando en tiempo real las inflexiones de nuestra voz. EmoShape desarrolla un microchip que permite una respuesta emocional por parte de un robot. Y mientras, cadenas como la BBC y la CBS ya someten sus series y programas al test de la audiencia: env¨ªan clips a miles de voluntarios que los ven con una webcam a trav¨¦s de la cual se recogen datos que permiten interpretar sus reacciones.
La computaci¨®n afectiva nos est¨¢ conduciendo suavemente hacia coches que detectar¨¢n si vamos distra¨ªdos; a tutores virtuales que sabr¨¢n que es momento de dar un descanso al alumno; a aplicaciones que medir¨¢n incluso las emociones que queremos ocultar.
El robot que nos esperar¨¢ en casa pinchar¨¢ nuestra canci¨®n favorita para levantarnos el ¨¢nimo si nos ve alica¨ªdos. Y el m¨®vil que llevaremos en el bolsillo (o vaya usted a saber d¨®nde) incorporar¨¢ un chip de emociones que sabr¨¢ qu¨¦ tal estamos hoy en funci¨®n de c¨®mo le damos a la tecla.
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