Los problemas de Trump
El nuevo presidente hereda situaciones que, seg¨²n ha prometido, solo ¨¦l puede resolver
Ya est¨¢. Donald Trump va camino de convertirse, al menos sobre el papel, en la persona m¨¢s poderosa del mundo. El asunto preocupa a mucha gente, tanto dentro como fuera del pa¨ªs. No es ning¨²n secreto que la larga lista de retos que esperan al nuevo presidente es formidable. Se mire como se mire, Trump va a ser la persona menos popular jam¨¢s elegida para la presidencia. En vez de intentar llegar a los estadounidenses que sienten una aversi¨®n visceral por ¨¦l, lo apost¨® todo al voto de los blancos excluidos que empezaron procur¨¢ndole la candidatura republicana y que no han cejado en su apoyo hasta llevarle a la Casa Blanca. Durante los pr¨®ximos cuatro a?os Trump sufrir¨¢ el acoso de quienes consideran su presencia en el Despacho Oval una abominaci¨®n para lo que ellos piensan que EE?UU representa. A decir verdad, Hillary Clinton se habr¨ªa encontrado con un electorado igualmente dividido y exaltado, quiz¨¢ sin un Congreso af¨ªn respald¨¢ndola.
Pero la predecible Clinton habr¨ªa sido una fuerza estabilizadora en la escena mundial. Trump es todo menos predecible, lo cual tiene en vilo a los aliados. El presidente electo ha prometido revocar los compromisos en materia de seguridad, ha cuestionado abierta y encarnizadamente la pertenencia de su pa¨ªs a la OTAN y ha hecho del proteccionismo comercial la columna vertebral de su discurso a los estadounidenses durante la campa?a. Es dif¨ªcil separar lo aut¨¦ntico de la fanfarronada, pero si consigue poner en pr¨¢ctica siquiera una cuarta parte de las cosas que ha insinuado a lo largo de los ¨²ltimos 18 meses, podr¨ªamos estar ante el cambio en la pol¨ªtica mundial de mayores proporciones desde la ca¨ªda de la URSS. Y eso sin entrar en la proscripci¨®n de los musulmanes o la construcci¨®n de muros, que, inevitablemente, provocar¨¢n reacciones del extranjero.
Otros art¨ªculos del autor
Lo cierto es que la influencia internacional de EE?UU ya estaba en declive antes de que el magnate llegase a la escena pol¨ªtica. En Oriente Pr¨®ximo, Arabia Saud¨ª e Ir¨¢n se est¨¢ librando una guerra subsidiaria que alimenta el conflicto en numerosos pa¨ªses. Los enfrentamientos b¨¦licos persisten en Irak, Siria y Yemen. No est¨¢ claro qu¨¦ diferencia supondr¨ªa para esta regi¨®n un presidente u otro, lo cual, dependiendo de la opini¨®n que se tenga del presidente electo, puede ser bueno o malo.
Europa, el aliado m¨¢s duradero y af¨ªn a EE?UU, se encuentra dividida y debilitada. La tragedia del Brexit no ha hecho m¨¢s que empezar. En estos momentos el populismo est¨¢ en alza en ambas orillas del Atl¨¢ntico y tenemos por delante elecciones complicadas en Italia, Francia y Alemania a lo largo del a?o pr¨®ximo. La crisis de los emigrantes sigue sin resolverse. No hay acuerdo con respecto a la mejor manera de manejar las relaciones cada vez m¨¢s complejas con Rusia y Turqu¨ªa. Washington es pr¨¢cticamente irrelevante en lo que respecta a estos desaf¨ªos.
Gran parte de Asia se encuentra bajo la larga sombra de China. Antes de las elecciones, los pa¨ªses asi¨¢ticos hab¨ªan adoptado la decisi¨®n estrat¨¦gica de unirse al Acuerdo Transpac¨ªfico de Cooperaci¨®n Econ¨®mica (TPP, por sus siglas en ingl¨¦s) como una manera de equilibrar la balanza frente a Pek¨ªn. Las trabas del Congreso estadounidense al acuerdo les hicieron reconsiderarlo. La elecci¨®n de Trump solo conseguir¨¢ que Pek¨ªn les parezca una superpotencia econ¨®mica m¨¢s sensata y estable a la que enganchar los vagones de su econom¨ªa.
Y luego est¨¢ Rusia. Vlad¨ªmir Putin se ha pasado los ¨²ltimos 18 meses intentando socavar el poder y la influencia estadounidenses a cada paso de este ciclo electoral. Su objetivo no ha sido en ning¨²n momento robar abiertamente las elecciones, sino debilitar la idea del excepcionalismo estadounidense que, en su opini¨®n, EE?UU ha desde?ado. Para muchos, Putin se ha salido con la suya, y con creces. Pero la buena noticia es que, a corto plazo, el presidente Trump contribuir¨¢ a estabilizar las relaciones con Rusia al hacerlas, como m¨ªnimo, menos abiertamente hostiles.
Al fin y al cabo, los mayores problemas a los que se enfrentar¨¢ Trump cuando asuma la presidencia no son obra suya. El ambiente pol¨ªtico en Washington no ha hecho m¨¢s que volverse m¨¢s t¨®xico a lo largo de los ¨²ltimos ocho a?os, y las limitaciones del poder¨ªo estadounidense, m¨¢s evidentes. Trump ha llegado al poder poniendo de relieve estos problemas y proclamando que solo ¨¦l es capaz de resolverlos. Esperemos que s¨ª, porque ahora son sus problemas.
Ian Bremmer es presidente de Eurasia Group.
Traducci¨®n de News Clips.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.