Venceremos al terrorismo islamista
Los europeos debemos hacernos cargo de nuestra seguridad, m¨¢s a¨²n porque los Estados Unidos se ocupan cada vez menos de los asuntos mundiales. S¨ª, seremos atacados de nuevo, pero disponemos de toda la fuerza para derrotar al yihadismo
La noche del 13 de noviembre de 2015, el terrorismo islamista golpeaba a Francia, en Saint-Denis y en Par¨ªs, como nunca hab¨ªa sucedido antes.
Despu¨¦s de los sangrientos ataques de enero de 2015, que tomaron por blanco al peri¨®dico Charlie Hebdo, a polic¨ªas en Par¨ªs y Montrouge, a una tienda kosher de la Porte de Vincennes, esta vez los terroristas quisieron matar indiscriminadamente y al mayor n¨²mero posible de personas. Su objetivo: aterrorizar a toda la sociedad francesa, atacando a nuestra juventud, nuestra forma de vida. En ese momento, en Francia, y en los pa¨ªses europeos, entendimos que el yihadismo, este nuevo totalitarismo, pod¨ªa surgir repentinamente en cualquier lugar y en cualquier momento.
Y volvi¨® a golpear duramente en Bruselas, en marzo de 2016, y luego en Niza, el 14 de julio pasado, el d¨ªa de nuestra fiesta patria.
No transcurre un solo d¨ªa sin que piense en las 130 v¨ªctimas del 13 de noviembre, en los centenares de heridos, en todas las dem¨¢s v¨ªctimas del terrorismo, en sus familias. Ma?ana, d¨ªa de las conmemoraciones, nos dirigiremos a ellas para brindarles toda nuestra compasi¨®n, toda nuestra fraternidad. Ma?ana, Francia, unida en el recuerdo, les rendir¨¢ homenaje.
Necesitamos esta unidad m¨¢s que nunca, porque hemos entrado en una nueva ¨¦poca y dejado atr¨¢s el tiempo de la despreocupaci¨®n. Ya en 2012, cuando era ministro del Interior, yo hab¨ªa dado la alerta sobre este fen¨®meno del yihadismo, al ver claramente que ser¨ªa el reto mayor de nuestro tiempo.
La amenaza es bien real, est¨¢ presente, es agobiante y permanente. Es interior y exterior, ignora las fronteras. Personas ¡ªhombres, mujeres, a veces incluso menores ¡ªradicalizadas, reclutadas, conocedoras de las t¨¦cnicas de combate ¡ªporque vuelven de las zonas de guerra en Irak y Siria¡ª, que est¨¢n dispuestas a pasar a la acci¨®n. Solo en Francia, casi 1.700 personas abandonaron el territorio nacional para irse a las tierras yihadistas, a Oriente. Todav¨ªa quedan all¨ª 700. Este fen¨®meno masivo de los grupos terroristas afecta, en diferente medida, a todos los pa¨ªses de Europa. Lo hemos visto recientemente en Alemania. La amenaza son tambi¨¦n todas y todos los que, en nuestros pa¨ªses, se forman a trav¨¦s de Internet y las redes sociales en las t¨¦cnicas para matar m¨¢s rudimentarias.
Ante todo hay que proteger las fronteras exteriores de la UE con controles sistem¨¢ticos
Frente a esto, nosotros, los europeos, debemos hacernos cargo de garantizar nuestra seguridad. Y m¨¢s a¨²n porque los Estados Unidos se ocupan cada vez menos de los asuntos mundiales. Europa no puede desentenderse de ello y refugiarse detr¨¢s de su aliado estadounidense.
Hacernos cargo es, ante todo, proteger mejor las fronteras exteriores de la Uni¨®n con controles sistem¨¢ticos y obligatorios, incluidos aquellos de los ciudadanos europeos. Por fin se ha creado una agencia de Guardias de Fronteras y Costas, que moviliza al menos 1.500 personas, cuya misi¨®n es intervenir como refuerzo cuando un Estado no puede proteger solo sus fronteras; en particular, frente al flujo masivo de migrantes entre los cuales, hay que decirlo sin candidez, pueden esconderse terroristas.
Los flujos de migrantes dentro de la Uni¨®n Europea tambi¨¦n deben supervisarse estrictamente. Ya se trate de personas ¡ªes el sentido del dispositivo Passenger Name Record (PNR), que permite seguir los desplazamientos, incluidos los vuelos dentro de Europa¡ª, o incluso de capitales, porque luchar contra el terrorismo, es luchar tambi¨¦n contra todos los flujos financieros ilegales que lo alimentan. O bien, por ¨²ltimo, de armas de fuego: de ah¨ª la importancia de la directiva para combatir todos los tr¨¢ficos.
Sobre todos estos temas se han realizado progresos, con frecuencia por iniciativa de Francia. Tenemos que ir m¨¢s lejos dot¨¢ndonos, como lo hicieron los Estados Unidos, de un sistema europeo de autorizaci¨®n de viajeros (ESTA) para efectuar todos los controles de seguridad previos a los viajes.
Asumir nuestras responsabilidades es tambi¨¦n construir un ej¨¦rcito europeo, fuerzas que se puedan movilizar de inmediato, con una total autonom¨ªa estrat¨¦gica. Este es el sentido del fondo europeo dedicado a la defensa y la seguridad que la Comisi¨®n Europea va a proponer en breve. Y cada pa¨ªs debe aumentar su esfuerzo en materia de defensa consagrando al menos el 2% de su PIB. Este objetivo no es un dogma, es la condici¨®n para hacer frente a todo tipo de amenazas y para pesar en la comunidad internacional.
En cuanto a la defensa, ya no podemos aceptar pasajeros clandestinos. ?Estamos todos en el mismo barco! Francia asume hoy una gran parte del esfuerzo b¨¦lico, para atacar a D¨¢esh en sus bastiones en Irak y Siria, y para combatir a los grupos yihadistas en ?frica. No puede ser la ¨²nica.
Cada pa¨ªs debe aumentar el esfuerzo de defensa, dedic¨¢ndole al menos el 2% de su PIB
Est¨¢ Europa, pero tambi¨¦n lo que cada pa¨ªs debe hacer a su nivel, aportando los medios y los efectivos necesarios, adaptando sus textos legislativos. Es lo que hicimos en Francia. Tambi¨¦n creando una nueva cultura de seguridad, nuevos reflejos, para integrar plenamente la amenaza en nuestra vida cotidiana. Cada ciudadano debe convertirse en actor de la seguridad, al estar formado para prestar los primeros auxilios, siendo consciente de la actitud que conviene adoptar en caso de atentado o dedicando parte de su tiempo libre al servicio de las fuerzas de seguridad y de defensa. Es lo que estamos instaurando en Francia, con un verdadero entusiasmo ¡ªque me complace¡ª por parte de mis compatriotas.
Cada pa¨ªs debe cooperar tambi¨¦n plenamente en la lucha antiterrorista. No solo mediante declaraciones de principio sino tambi¨¦n con actos, m¨¢s all¨¢ de lo que ya existe. Pienso en especial en el Sistema de Informaci¨®n de Schengen, que debe alimentarse mejor para detectar y anticipar los desplazamientos de las personas radicalizadas. Todos los polic¨ªas europeos deben tener acceso a esas informaciones.
Por ¨²ltimo, cada pa¨ªs debe eliminar las condiciones favorables para que prospere el terrorismo, es decir, combatir con la m¨¢xima potencia el veneno salafista, ese combustible de la radicalizaci¨®n.
Debemos partir de una constataci¨®n l¨²cida: aunque suela haber un v¨ªnculo entre caer en el terrorismo y venir de la delincuencia, los perfiles de miles de personas radicalizadas son muy variados. Contrariamente a los lugares comunes, no son solo los j¨®venes musulmanes descendientes de inmigrantes y que viven en los barrios populares. Sabemos que la proporci¨®n de j¨®venes conversos es importante. Apoy¨¢ndose en los expertos, los universitarios, hay que estudiar estos fen¨®menos de radicalizaci¨®n para analizar todos los mecanismos y para combatirlos mejor.
Este combate contra la radicalizaci¨®n se desarrolla en Internet, contra los predicadores del odio, los autoproclamados imanes quienes, en un supuesto lugar de culto, o en prisi¨®n, corrompen las mentes. Esa es la funci¨®n de los poderes p¨²blicos. Pero no basta con prohibir, tambi¨¦n hay que combatir esas teor¨ªas mort¨ªferas. Las instancias musulmanas en cada uno de nuestros pa¨ªses tienen un papel inmenso que desempe?ar. Yo no quiero una Europa en donde se acuse a los musulmanes, donde sean v¨ªctimas de todas las amalgamas. Yo quiero una Europa donde un islam moderno, compatible con nuestros valores democr¨¢ticos, brille a los ojos del mundo. ?Qu¨¦ rev¨¦s tan duro para el islamismo pol¨ªtico que quiere dividirnos, enfrentarnos unos a otros, aprovechando las divisiones que existen!
Nuestras sociedades, en efecto, conviven con la tentaci¨®n del rechazado, del encierro en proyectos de "contrasociedad", de ruptura violenta con lo que constituye nuestra vida colectiva. Este aspecto radical seduce cada vez m¨¢s, sobre todos a nuestros j¨®venes: es el gran desaf¨ªo de Europa. Frente a ello, hay que elaborar un contradiscurso potente y movilizador, ofrecer nuevas posibilidades de compromiso, recordar constantemente lo que nos une. Sobre todo, hay que seguir luchando sin descanso contra el racismo, el antisemitismo, las acciones antimusulmanas o anticristianas, contra todas las formas de odio y contra las discriminaciones.
Un a?o despu¨¦s del 13 de noviembre, eval¨²o los interrogantes que se plantean nuestras sociedades. Est¨¢n inquietas. Debemos decirles la verdad. S¨ª, el terrorismo volver¨¢ a atacarnos. Pero tambi¨¦n disponemos de todos los medios para hacerle frente y de toda la fuerza para vencerlo. Nosotros, los europeos, venceremos al terrorismo islamista.
Manuel Valls es el primer ministro de Francia.
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