Titulares en la era de Internet

El martes 8 de noviembre, d¨ªa en el que los estadounidenses acud¨ªan a las urnas para elegir al 45? presidente del pa¨ªs, este peri¨®dico llevaba en portada un titular ¡ªEl mundo contiene el aliento mientras Estados Unidos vota¡ª que a Jos¨¦ Manuel Dapena le ha parecido ¡°sensacionalista¡± y ¡°populista¡±. ¡°No va con el estilo de EL PA?S¡±, me escribe este lector en su breve mensaje.

Una consideraci¨®n final similar se repite en los mensajes que recibo peri¨®dicamente con quejas relativas a los titulares de portada del diario impreso. Ya se refieran a la crisis del PSOE o al resultado del refer¨¦ndum sobre el proceso de paz en Colombia, los lectores coinciden en encontrarlos m¨¢s opinativos que informativos. Es el caso de Baltasar S¨¢nchez, que me envi¨® el 24 de octubre un mensaje en el que, entre otras cosas, se?ala: ¡°Todo peri¨®dico serio debe separar informaci¨®n de opini¨®n. Por supuesto que un diario debe opinar, pero para ello est¨¢n las columnas de opini¨®n y el editorial. Hoy EL PA?S opina en el titular de su primera p¨¢gina [El PSOE logra sacar a Espa?a del bloqueo y evita otras elecciones]. Eso es inaceptable¡±. La misma queja me ha formulado, respecto a ese y a otros titulares que no se limitan a informar, otro lector, Pedro Bra?as, que finaliza su correo con esta frase: ¡°Los lectores ya somos mayorcitos (el peri¨®dico ya ha cumplido 40 a?os) para que nos traten as¨ª¡±.

Obligados a competir con la inmediatez de lo digital, los diarios impresos tienden a interpretar cada vez m¨¢s las noticias en sus titulares de portada, que deben llegar al quiosco sin perder la frescura informativa. A este respecto resultaba ilustrativo comparar las 41 portadas, dedicadas por The New York Times a los resultados de otras tantas elecciones presidenciales (desde la de Franklin Pierce, en 1852, hasta el segundo triunfo de Barack Obama en 2012), que ese diario reprodujo en su web con ocasi¨®n de los comicios del pasado martes. En las primeras, era pr¨¢cticamente indistinguible el nombre del ganador, en medio de una masa de letras de distinta tipograf¨ªa. Los sucesivos titulares recogen escuetamente el nombre del nuevo presidente y los datos de su victoria. El tono es informativo aunque la tipograf¨ªa se va haciendo cada vez m¨¢s ampulosa, y las frases m¨¢s complejas. El mayor cambio se opera en la ¨²ltima d¨¦cada. La victoria en 2008 de Barack Obama se anuncia con el apellido del reci¨¦n elegido presidente en grandes caracteres, y un titular que se?ala: Caen las barreras raciales en una victoria decisiva. La ¨²ltima portada, que obviamente no figuraba en esa lista, es la correspondiente al mi¨¦rcoles: Donald Trump es elegido presidente en un sorprendente rechazo al ¡®establishment¡¯.

Ese mismo d¨ªa, EL PA?S titulaba en su edici¨®n especial: EE?UU cae en manos del populismo agresivo de Trump. Mientras, La Vanguardia afirmaba: Trump levanta el muro, y el diario ABC: El populismo llega a la Casa Blanca. En la portada de El Peri¨®dico se le¨ªa: Dios perdone a Am¨¦rica.

¡°El titular de portada es el elemento m¨¢s importante de nuestra edici¨®n en papel¡±, afirma el director adjunto

Le he pedido al director adjunto, Jorge Rivera, que explique a los lectores con qu¨¦ criterios se redactan los titulares de primera p¨¢gina de EL PA?S. Esta es su respuesta: ¡°El titular de portada es el elemento m¨¢s importante de nuestra edici¨®n en papel. Por ello, debe cumplir varios objetivos. Evidentemente, el primero y principal es informar. Pero informar no es ¨²nicamente trasladar una noticia de una manera plana y lineal. Es dotarla de contexto y de profundidad. Debemos situarla y explicar la relevancia que tiene, aportando elementos adicionales. Y todo ello hay que hacerlo en una sola frase¡±.

Aunque el Libro de estilo no recoge ninguna recomendaci¨®n concreta sobre los titulares de portada, hay que entender que la primera p¨¢gina se nutre de las principales noticias y cr¨®nicas, por lo que conviene recordar lo que se?ala respecto a los titulares de este ¨²ltimo g¨¦nero period¨ªstico: ¡°Cuando los hechos se suponen ya conocidos por la mayor¨ªa de los eventuales lectores, se escribir¨¢ un t¨ªtulo con elementos informativos y a la vez interpretativos, pero no opinativos (es decir, sin juicios de valor)¡±. El reto es, por tanto, contextualizar la noticia sin distorsionarla, y respetando adem¨¢s el estilo del peri¨®dico.