Renzi reniega de su sinton¨ªa con los Clinton
El primer ministro italiano suelta lastre ante el refer¨¦ndum de la reforma constitucional
¡°Si en una curva tienes todo bajo control, significa que vas lento¡±. A Matteo Renzi le gusta citar esa frase del piloto italo-estadounidense Mario Andretti, campe¨®n mundial de Formula 1 en 1978, para explicar que, tambi¨¦n en pol¨ªtica, es necesario un poco de riesgo, algo de v¨¦rtigo, para triunfar. Su irrupci¨®n en la pol¨ªtica nacional hace tres a?os ¡ªen diciembre de 2013 se hizo con la direcci¨®n del Partido Democr¨¢tico (PD) y dos meses despu¨¦s arrebat¨® a su compa?ero Enrico Letta la presidencia del Gobierno¡ª ya dej¨® claro entonces que al exalcalde de Florencia le sobraba desparpajo. Sus buenos resultados en las elecciones europeas siguientes se debieron en gran parte a la fascinaci¨®n del electorado de centroizquierda por un personaje rompedor, capaz de arrebatar al Movimiento 5 Estrellas (M5S) su discurso cr¨ªtico con las ¨¦lites de Bruselas y de desactivar ¨Cinvit¨¢ndole a caf¨¦ en la propia sede del PD¡ª a Silvio Berlusconi.
La decisi¨®n de someter a refer¨¦ndum sus reformas constitucionales, aun con parte del PD en contra, y su promesa ¡ªaunque descafeinada despu¨¦s¡ª de abandonar el cargo si perd¨ªa, dejaron claro que Renzi segu¨ªa sin pisar el freno. De un tiempo a esta parte, sin embargo, se ven¨ªa gustando en su nuevo traje de estadista. El hecho de que Barack Obama le dedicase su ¨²ltima cena de Estado y bendijese sus reformas parec¨ªa un gran respaldo. Lo que no estaba en el gui¨®n era la derrota de su candidata, Hillary Clinton.
A pocos metros de la meta ¡ªel refer¨¦ndum es el 4 de diciembre¡ª, Renzi se ha visto en la necesidad de dar un volantazo en plena curva. Ha dicho que ¡°en Estados Unidos los Clinton no eran vistos como el cambio¡±, pero que en Italia el cambio sigue siendo ¨¦l. A continuaci¨®n, ha quitado de su despacho la bandera europea ¡ªque no despierta pasiones precisamente¡ª y ha dejado solo la italiana. Renzi se ha despojado sin complejos del disfraz de estadista para volver a vestir el que mejor resultado le ha dado: el de s¨ª mismo. Su primer principio ¡ªcasi el ¨²nico¡ª es la victoria.
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