Negativo
El conocimiento, como la ciencia, requiere cultivar una mente abierta y un esp¨ªritu cr¨ªtico
Esta es una columna de castigo y recompensa. Vamos con lo primero. El sentido com¨²n y Arist¨®teles dictaban que las piedras grandes cayeran m¨¢s deprisa que las peque?as, pero a Galileo le bast¨® subirse a la torre de Pisa para demostrar que no era as¨ª, en lo que puede considerarse el primer resultado negativo de la historia de la ciencia; en ¨¦l se basan las teor¨ªas gravitatorias de Newton y de Einstein, y por tanto toda nuestra cosmolog¨ªa.
En las postrimer¨ªas del siglo XIX, Michelson y Morley dise?aron un pulcro y minucioso experimento para medir la velocidad de la Tierra respecto al ¨¦ter lumin¨ªfero, el medio en el que se mov¨ªa la luz, y lo que les sali¨® fue que all¨ª no hab¨ªa ¨¦ter lumin¨ªfero ninguno, en otro glorioso resultado negativo que revel¨® a Einstein que la velocidad de la luz era una constante fundamental de la naturaleza. Einstein, en realidad, ya sospechaba eso por razones de consistencia matem¨¢tica, pero nadie le habr¨ªa hecho caso sin el crucial resultado negativo del ¨¦ter.
El anatomista norteamericano Vernon Mountcastle, que muri¨® el a?o pasado, descubri¨® en los a?os cincuenta la estructura fundamental del c¨®rtex cerebral, la sede de la mente humana, y se concentr¨® en buscar las diferencias entre unas zonas y otras que pudieran explicar la asombrosa subdivisi¨®n del c¨®rtex en m¨®dulos (visuales, auditivos, sint¨¢cticos, sem¨¢nticos, emocionales, morales y todo lo dem¨¢s). Redondeando un poco, no encontr¨® ninguna. Las ¡°columnas corticales¡± descubiertas por Mountcastle se las apa?an de alg¨²n modo para realizar todas esas tareas tan distintas. Otro resultado negativo fundamental.
Y, tras el castigo, la recompensa. Si la ciencia se hubiera comunicado desde tiempos de Galileo de la misma forma en que nos informamos ahora los legos, el conocimiento seguir¨ªa estancado en el siglo XVI. Al informarnos mediante nuestros amigos de Facebook, nuestros contactos de WhatsApp, nuestros seguidores de Twitter y nuestra red de Google+, lo que estamos haciendo es ignorar los resultados negativos y garantizar que las opiniones que nos llegan son solo aquellas con las que sabemos que vamos a estar de acuerdo de antemano, y que solo recibamos las informaciones que confirman nuestros prejuicios miopes. Esto es un error garrafal.
El conocimiento, como la ciencia, requiere cultivar una mente abierta y un esp¨ªritu cr¨ªtico. No se puede pensar con claridad sin aprender a inclinar la cabeza en el ¨¢ngulo adecuado para entender los argumentos contrarios. Sin resultados negativos no hay progreso.
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