La decadencia de Occidente
El ¡®Brexit¡¯ y el triunfo de Trump son un s¨ªntoma inequ¨ªvoco de esa muerte lenta en la que se hunden los pa¨ªses que pierden la fe en s¨ª mismos y renuncian a luchar
Primero fue el Brexity, ahora, la elecci¨®n de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. S¨®lo falta que Marine Le Pen gane los pr¨®ximos comicios en Francia para que quede claro que Occidente, cuna de la cultura de la libertad y del progreso, asustado por los grandes cambios que ha tra¨ªdo al mundo la globalizaci¨®n, quiere dar una marcha atr¨¢s radical, refugi¨¢ndose en lo que Popper bautiz¨® ¡°la llamada de la tribu¡± ¡ªel nacionalismo y todas las taras que le son cong¨¦nitas, la xenofobia, el racismo, el proteccionismo, la autarqu¨ªa¡ª, como si detener el tiempo o retrocederlo fuera s¨®lo cuesti¨®n de mover las manecillas del reloj.
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No hay novedad alguna en las medidas que Donald Trump propuso a sus compatriotas para que votaran por ¨¦l; lo sorprendente es que casi sesenta millones de norteamericanos le creyeran y lo respaldaran en las urnas. Todos los grandes demagogos de la historia han atribuido los males que padecen sus pa¨ªses a los perniciosos extranjeros, en este caso los inmigrantes, empezando por los mexicanos atracadores, traficantes de drogas y violadores y terminando por los musulmanes terroristas y los chinos que colonizan los mercados estadounidenses con sus productos subsidiados y pagados con salarios de hambre. Y, por supuesto, tambi¨¦n tienen la culpa de la ca¨ªda de los niveles de vida y el desempleo los empresarios ¡°traidores¡± que sacan sus empresas al extranjero privando de trabajo y aumentando el paro en Estados Unidos.
No es raro que se digan tonter¨ªas en una campa?a electoral, pero s¨ª que crean en ellas gentes que se suponen educadas e informadas, con una s¨®lida tradici¨®n democr¨¢tica, y que recompensen al inculto billonario que las profiere llev¨¢ndolo a la presidencia del pa¨ªs m¨¢s poderoso del planeta.
La esperanza de muchos, ahora, es que el Partido Republicano, que ha vuelto a ganar el control de las dos c¨¢maras, y que tiene gentes experimentadas y pragm¨¢ticas, modere los exabruptos del nuevo mandatario y lo disuada de llevar a la pr¨¢ctica las reformas extravagantes que ha prometido. En efecto, el sistema pol¨ªtico de Estados Unidos cuenta con mecanismos de control y de freno que pueden impedir a un mandatario cometer locuras. Pues no hay duda que si el nuevo presidente se empe?a en expulsar del pa¨ªs a once millones de ilegales, en cerrar las fronteras a todos los ciudadanos de pa¨ªses musulmanes, en poner punto final a la globalizaci¨®n cancelando todos los tratados de libre comercio que ha firmado ¡ªincluyendo el Trans-Pacific Partnership en gestaci¨®n¡ª y penalizando duramente a las corporaciones que, para abaratar sus costos, llevan sus f¨¢bricas al tercer mundo, provocar¨ªa un terremoto econ¨®mico y social en su pa¨ªs y en buen n¨²mero de pa¨ªses extranjeros y crear¨ªa serios inconvenientes diplom¨¢ticos a Estados Unidos.
El ¨ªmpetu que ha permitido a Trump ganar estas elecciones demuestra que es algo m¨¢s que un simple demagogo
Su amenaza de ¡°hacer pagar¡± a los pa¨ªses de la OTAN por su defensa, que ha encantado a Vlad¨ªmir Putin, debilitar¨ªa de manera inmediata el sistema que protege a los pa¨ªses libres del nuevo imperialismo ruso. El que, dicho sea de paso, ha obtenido victoria tras victoria en los ¨²ltimos a?os: l¨¦ase Crimea, Siria, Ucrania y Georgia. Pero no hay que contar demasiado con la influencia moderadora del Partido Republicano: el ¨ªmpetu que ha permitido a Trump ganar estas elecciones pese a la oposici¨®n de casi toda la prensa y la clase m¨¢s democr¨¢tica y pensante, muestran que hay en ¨¦l algo m¨¢s que un simple demagogo elemental y desinformado: la pasi¨®n contagiosa de los grandes hechiceros pol¨ªticos de ideas simples y fijas que arrastran masas, la testarudez obsesiva de los caudillos ensimismados por su propia verborrea y que ensimisman a sus pueblos.
Una de las grandes paradojas es que la sensaci¨®n de inseguridad, que de pronto el suelo que pisaban se empezaba a resquebrajar y que Estados Unidos hab¨ªa entrado en ca¨ªda libre, ese estado de ¨¢nimo que ha llevado a tantos estadounidenses a votar por Trump ¡ªid¨¦ntico al que llev¨® a tantos ingleses a votar por el Brexit¡ª no corresponde para nada a la realidad. Estados Unidos ha superado m¨¢s pronto y mejor que el resto del mundo ¡ªque los pa¨ªses europeos, sobre todo¡ª la crisis de 2008, y en los ¨²ltimos tiempos recuperaba el empleo y la econom¨ªa estaba creciendo a muy buen ritmo. Pol¨ªticamente el sistema ha funcionado bien en los ocho a?os de Obama y un 58% del pa¨ªs hac¨ªa un balance positivo de su gesti¨®n. ?Por qu¨¦, entonces, esa sensaci¨®n de peligro inminente que ha llevado a tantos norteamericanos a tragarse los embustes de Donald Trump?
Porque, es verdad, el mundo de anta?o ya no es el de hoy. Gracias a la globalizaci¨®n y a la gran revoluci¨®n tecnol¨®gica de nuestro tiempo la vida de todas las naciones se halla ahora en el ¡°qui¨¦n vive¡±, experimentando desaf¨ªos y oportunidades totalmente in¨¦ditos, que han removido desde los cimientos a las antiguas naciones, como Gran Breta?a y Estados Unidos, que se cre¨ªan inamovibles en su poder¨ªo y riqueza, y que ha abierto a otras sociedades ¡ªm¨¢s audaces y m¨¢s a la vanguardia de la modernidad¡ª la posibilidad de crecer a pasos de gigante y de alcanzar y superar a las grandes potencias de anta?o. Ese nuevo panorama significa, simplemente, que el de nuestros d¨ªas es un mundo m¨¢s justo, o, si se quiere, menos injusto, menos provinciano, menos exclusivo, que el de ayer.
No solucionar¨¢n ning¨²n problema, agravar¨¢n los que ya existen y traer¨¢n otros m¨¢s graves
Ahora, los pa¨ªses tienen que renovarse y recrearse constantemente para no quedarse atr¨¢s. Ese mundo nuevo requiere arriesgar y reinventarse sin tregua, trabajar mucho, impregnarse de buena educaci¨®n, y no mirar atr¨¢s ni dejarse ganar por la nostalgia retrospectiva. El pasado es irrecuperable como descubrir¨¢n pronto los que votaron por el Brexit y por Trump. No tardar¨¢n en advertir que quienes viven mirando a sus espaldas se convierten en estatuas de sal, como en la par¨¢bola b¨ªblica.
El Brexit y Donald Trump ¡ªy la Francia del Front National¡ª significan que el Occidente de la revoluci¨®n industrial, de los grandes descubrimientos cient¨ªficos, de los derechos humanos, de la libertad de prensa, de la sociedad abierta, de las elecciones libres, que en el pasado fue el pionero del mundo, ahora se va rezagando. No porque est¨¦ menos preparado que otros para enfrentar el futuro ¡ªtodo lo contrario¡ª sino por su propia complacencia y cobard¨ªa, por el temor que siente al descubrir que las prerrogativas que antes cre¨ªa exclusivamente suyas, un privilegio hereditario, ahora est¨¢n al alcance de cualquier pa¨ªs, por peque?o que sea, que sepa aprovechar las extraordinarias oportunidades que la globalizaci¨®n y las haza?as tecnol¨®gicas han puesto por primera vez al alcance de todas las naciones.
El Brexit y el triunfo de Trump son un s¨ªntoma inequ¨ªvoco de decadencia, esa muerte lenta en la que se hunden los pa¨ªses que pierden la fe en s¨ª mismos, renuncian a la racionalidad y empiezan a creer en brujer¨ªas, como la m¨¢s cruel y est¨²pida de todas, el nacionalismo. Fuente de las peores desgracias que ha experimentado el Occidente a lo largo de la historia, ahora resucita y parece esgrimir como los chamanes primitivos la danza fren¨¦tica o el bebedizo vomitivo con los que quieren derrotar a la adversidad de la plaga, la sequ¨ªa, el terremoto, la miseria. Trump y el Brexit no solucionar¨¢n ning¨²n problema, agravar¨¢n los que ya existen y traer¨¢n otros m¨¢s graves. Ellos representan la renuncia a luchar, la rendici¨®n, el camino del abismo. Tanto en Gran Breta?a como en Estados Unidos, apenas ocurrida la garrafal equivocaci¨®n, ha habido autocr¨ªticas y lamentos. Tampoco sirven los llantos en este caso; lo mejor ser¨ªa reflexionar con la cabeza fr¨ªa, admitir el error, retomar el camino de la raz¨®n y, a partir de ahora, enfrentar el futuro con m¨¢s valent¨ªa y consecuencia.
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? Mario Vargas Llosa, 2016.
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