Lo que la polio nos ha ense?ado
India est¨¢ libre de la enfermedad desde 2014. ?C¨®mo se ha ganado esta batalla? ?C¨®mo aplicar lo aprendido en otros contextos?
Moscas y mosquitos revolotean sobre las heces y la basura que flotan en el agua que corre (o se estanca) por los conductos abiertos de canalizaci¨®n a los lados de las calles. Las sagradas vacas pasean y, si se cansan, bien pueden tumbarse en una montonera de desperdicios junto a una fuente mientras un grupo de mujeres y ni?as esperan su turno para bombear agua y llenar sus bidones. Personas y animales, tambi¨¦n dromedarios, ardillas, cabras y perros, comparten la v¨ªa p¨²blica con miles de coches y motos. El olor a basura entra por la nariz mezclado con el polvo de la densa contaminaci¨®n que ha te?ido las hojas de los ¨¢rboles de marr¨®n. Este paisaje de Agra (India) contrasta con la belleza de su afamado Taj Mahal y otros monumentos centenarios que convierten a este distrito indio, en el estado de Uttar Pradesh, en uno de los primeros destinos tur¨ªsticos del pa¨ªs y el mundo.
Las malas condiciones de higiene y saneamiento que no son exclusivas de Agra, sumadas a la extendida pr¨¢ctica de la defecaci¨®n al aire libre ¨Ccasi 600 millones de personas no tienen m¨¢s remedio que hacerlo en este pa¨ªs¨C y la alta densidad de poblaci¨®n ¨C441 personas por kil¨®metro cuadrado¨C convert¨ªan a India en el entorno ideal para la expansi¨®n de la polio. El virus entra por la boca, normalmente cuando las manos han estado en contacto con heces de personas infectadas o, a veces, por agua o alimentos contaminados. Y Uttar Pradesh, con m¨¢s de 200 millones de habitantes, de los que un 40% vive con menos de 50 c¨¦ntimos de euro al d¨ªa, era el epicentro de la transmisi¨®n. Hist¨®ricamente registraba m¨¢s casos de ni?os paralizados por esta enfermedad ¨Cque afecta al sistema nervioso y, en ocasiones, deja sin movilidad las piernas de los afectados e incluso puede llegar a matarlos¨C que ning¨²n otro Estado o provincia en el mundo. Hasta 2011.
En marzo de 2014, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) declar¨® a India libre de polio, justo tres a?os despu¨¦s de que se reportase el ¨²ltimo caso. ¡°Una ni?a de cuatro a?os¡±, recuerda Jorge Caravotta, responsable de polio de Unicef en el pa¨ªs. Pas¨® de 200.000 nuevos infectados (la mitad de los que se hab¨ªan producido en el mundo) en 1985, cuando se introdujo la primera vacuna contra la enfermedad, a cero en menos de dos d¨¦cadas. As¨ª fue c¨®mo India se convirti¨® en ejemplo y modelo en la lucha contra el virus. Hab¨ªa vencido una batalla en la que a priori el entorno estaba en contra. Parec¨ªa un milagro que, en realidad, no fue tal. El Gobierno, Unicef, la OMS y m¨²ltiples organizaciones con la Fundaci¨®n Bill & Melinda Gates, Grupo CORE y Rotary a la cabeza, se hab¨ªan unido en un gran ej¨¦rcito para ganar. La contienda, sin embargo, no fue f¨¢cil y hubo que salvar grandes escollos en el proceso. ?C¨®mo lo consiguieron?
India, en datos
- Poblaci¨®n: m¨¢s de 1.200 millones de personas
- ?ndice de Desarrollo Humano: posici¨®n 130 de 188 pa¨ªses
- Mortalidad infantil (menores de cinco a?os): 53 por cada 1.000 nacidos vivos
- Desnutrici¨®n cr¨®nica: 48%
- Ni?os registrados al nacer: 83,6%
- Poblaci¨®n que no tiene acceso a saneamiento y defeca al aire libre: 48% (m¨¢s de 500.000 millones de personas)
En 1995, se lanz¨® el programa de inmunizaci¨®n Pulse Polio para vacunar masivamente a los ni?os de cero a cinco a?os en el pa¨ªs. Y los avances empezaron a producirse. Pero, pese a los esfuerzos del Gobierno y sus socios, los Estados de Uttar Pradesh y Bihar se resist¨ªan. Solo en el primero se dieron 1.242 nuevos casos de los 1.600 en el mundo en 2002. Un repunte brutal respecto a los aproximadamente 200 del a?o anterior. Y saltaron las alarmas. ?Qu¨¦ hab¨ªa pasado? Una de las conclusiones a las que llegaron los analistas fue que una gran parte de la poblaci¨®n, predominantemente la musulmana ¨Cque representaba el 22,6%¨C, se estaba negando a vacunar a sus hijos. Unicef se puso manos a la obra. Misi¨®n: informar y convencer. Para ello crearon un proyecto de movilizaci¨®n social, una gran red de voluntarios, empleados de la organizaci¨®n y l¨ªderes locales y religiosos encargados de desmontar los mitos en torno a la malignidad de la vacuna que se hab¨ªan propagado entre las comunidades. As¨ª, cuando el Gobierno organizara jornadas de inmunizaci¨®n, la gente acudir¨ªa.
¡°Antes hab¨ªa rumores de que las fiebres que provoca la vacuna eran malas y que las ni?as en el futuro no se podr¨ªan quedar embarazadas; pero con la informaci¨®n aut¨¦ntica, ya nadie cree esto. Es falso¡±. Habla Maulana Qamar, im¨¢n que imparte formaci¨®n religiosa a un nutrido grupo de pupilos en una madrasa de Agra. ?l mismo recibi¨® un curso sobre el tema por parte de Unicef, que adem¨¢s hab¨ªa elaborado un cuadernillo en el que diferentes instituciones musulmanas hab¨ªan avalado la compatibilidad de la vacunaci¨®n con los dictados de El Cor¨¢n. ¡°Lo m¨¢s importante es cambiar la creencia, porque puedes saber sobre la importancia de hacer algo, como vacunar a tus hijos, pero si no te lo crees, no lo har¨¢s¡±, explica Caravotta. Y para ello son fundamentales los l¨ªderes religiosos. ¡°Lo que ellos dicen es sagrado y lo siguen ciegamente¡±, abunda el experto.
La estrategia de puerta a puerta tambi¨¦n fue eficiente. Los llamados movilizadores, previamente formados por la organizaci¨®n, iban casa por casa con su librillo de dibujos en mano para explicar a las familias con hijos los beneficios de la vacuna. Convocaban, adem¨¢s, a los padres a las reuniones informativas, unas para hombres y otras para mujeres, y les indicaban las fechas en las que habr¨ªa campamento de salud en su zona para suministrar las dos gotitas que salvar¨ªan de la enfermedad y la discapacidad a sus ni?os. A¨²n hoy lo siguen haciendo. ¡°Ahora sabemos que no le pasar¨¢ nada y que la fiebre es normal¡±, dice Chand Bi, de 20 a?os, con su beb¨¦ de dos meses en su regazo, reci¨¦n inmunizado. Una voluntaria de Unicef acudi¨® a su casa en Agra para hablar a la pareja de primerizos de la vacuna. La madre y su marido, Mohammad Yaqub, de 21 a?os, convencieron al resto de la familia para que llevasen a sus peque?os al m¨¦dico en la se?alada fecha. Y all¨ª estaban todos, en la sala de espera del puesto de salud esperando los 30 minutos de rigor tras recibir el medicamento, para cerciorarse de que nada grave les pasa a sus hijos antes de volver al hogar.
Casi 600 millones de personas defecan al aire libre en India
Una hora despu¨¦s, en otro punto de la ciudad, una algarab¨ªa rompe el silencio de un domingo con menos tr¨¢fico del habitual y bastantes comercios cerrados. Un grupo de ni?os se manifiesta pancarta en mano, gritan: ¡°?Dos gotas salvan vidas!¡± Y: ¡°?Ni?os a salvo si est¨¢n vacunados!¡± Los chiquillos forman parte de la marat¨®n que peri¨®dicamente organiza la red de movilizadores de Unicef en la lucha contra con la enfermedad. ¡°Adem¨¢s del liderazgo del Gobierno, coordinando el trabajo de los socios, es importante involucrar a padres, madres, l¨ªderes religiosos y, por supuesto, a los ni?os¡±, resume Caravotta.
Una estrategia que desde el 2002 ha funcionado. No lleg¨® a tiempo para Nagma, de 21 a?os y que a los nueve meses tuvo polio. Pronto sus piernas se quedaron paralizadas. Tal fue su grado de discapacidad que ni siquiera pod¨ªa levantarse y se desplazaba por su humilde casa en un suc¨ªsimo barrio de Agra arrastr¨¢ndose por el suelo. A los seis a?os la operaron y recuper¨® parte de la movilidad. ¡°Ya no me veo como una persona enferma¡±, asegura sentada en un camastro de la vivienda familiar. Pudo terminar hasta d¨¦cimo curso y hace unos meses encontr¨® un trabajo como profesora en una escuela privada de su barrio. ¡°Mi sue?o se ha hecho realidad¡±, dice.
Entre clase de matem¨¢ticas y lengua hindi, habla a sus alumnos de la importancia de la vacunaci¨®n. Ella es la prueba. Aunque es una superviviente at¨ªpica. En un pa¨ªs en el que la protecci¨®n social es pr¨¢cticamente inexistente, es f¨¢cil ver mendigar a quienes sufren las peores consecuencias del virus. El peor legado de la polio, pero no el ¨²nico. Fue mucho lo que se aprendi¨® de la lucha y¡ ?por qu¨¦ no replicar el modelo de combate en otras batallas?
Se venci¨® a la polio. Y ahora, ?qu¨¦?
¡°Cuando ya se ve¨ªa que India se estaba librando de la polio, se gener¨® un debate interno. ?Qu¨¦ iba a ocurrir con la gran red creada de m¨¢s de 5.500 movilizadores de Unicef, 35.000 voluntarios, 9.000 l¨ªderes religiosos y 10.500 informadores?¡±, recuerda Caravotta. Era una pena desmantelar un programa que hab¨ªa funcionado con tanto ¨¦xito y en el que la comunidad confiaba plenamente. ¡°Concluimos que el sistema se pod¨ªa usar para otros fines¡±. Por eso, en 2010 lanzaron Polio+, para seguir sensibilizando sobre la importancia de la vacunaci¨®n, pero tambi¨¦n sobre higiene, saneamiento, nutrici¨®n infantil, salud materna y... lograr la inmunizaci¨®n total.
En un pa¨ªs en el que la protecci¨®n social es pr¨¢cticamente inexistente, es f¨¢cil ver mendigar a quienes sufren las peores consecuencias del virus
Cuatro a?os despu¨¦s, sus mejores presagios se confirmaron. La OMS declaraba el pa¨ªs libre de polio. Empezaba una nueva fase: la transici¨®n. "Todo lo relacionado con la lucha contra la enfermedad, la estructura, instrumentos, materiales de seguimiento e incluso los recursos humanos ser¨ªan utilizados para otros programas", detalla el especialista. Lo que en la pr¨¢ctica significa que, poco a poco, el Gobierno se ir¨¢ haciendo cargo del sistema, tanto log¨ªstica como econ¨®micamente. "En Uttar Pradesh, Unicef ha invertido 6,4 millones de d¨®lares al a?o para mantenerlo; ahora el Gobierno tiene que ir asumiendo paulatinamente el gasto y al equipo", a?ade Caravotta. Este proceso est¨¢ en curso. De momento, la mayor¨ªa de los movilizadores trabajan a¨²n bajo el paraguas del organismo de la ONU y no han abandonado su labor de sensibilizaci¨®n; no lo har¨¢n hasta que no haya sido eliminada del mundo y desaparezca el riesgo de tener casos importados de los pa¨ªses end¨¦micos: Afganist¨¢n y Pakist¨¢n.
En una explanada de Agra, con el Taj Mahal de fondo, un grupo de hombres escucha atento a Subodh Kumar Chaturvedi. ¡°Si los ni?os enferman, ten¨¦is que llevarles al m¨¦dico. Pero para prevenir, lo mejor es vacunar¡±. Se?ala un cartel con dibujos tras de s¨ª y contin¨²a: ¡°Contra la tuberculosis, la hepatitis B, tosferina, sarampi¨®n, la difteria, el t¨¦tanos, la meningitis y la polio¡±. En 2011, Kumar Chaturvedi comenz¨® su labor como movilizador de Unicef, pero fue hace un a?o cuando se especializ¨® en reuniones de padres, organizadas replicando el ya existente y exitoso modelo de reuniones de madres. En las tres o cuatro que imparte Kumar?Chaturvedi al mes, les informa del calendario de inmunizaciones y les da nociones b¨¢sicas para el cuidado de sus hijos.
Dos nuevos objetivos interrelacionados se concretan en el horizonte: cobertura de inmunizaci¨®n total y reducir la mortalidad infantil (seg¨²n los ¨²ltimos datos: 53 fallecimientos de menores de cinco a?os por cada 1.000 nacidos). La primera de las metas ya se ve m¨¢s cerca. Desde que la red de movilizaci¨®n comenz¨® a apoyar las rutinas de vacunaci¨®n gubernamentales en los Estados en los que trabaja, la tasa de cobertura total ha aumentado: de un 36% en 2009 a 79% en el final de 2014 en Uttar Pradesh; y de un 58% a un 85% en ese mismo per¨ªodo en Bihar. El plan es lograr el 90% en 2020 en todo el pa¨ªs. "Me siento orgulloso de que lo estemos consiguiendo, pero a¨²n es un reto llegar a la gente en las ¨¢reas remotas", matiza M. M. Aggrawal, director adjunto de Salud y Bienestar del Estado de Agra.
Desde que la red de movilizaci¨®n comenz¨® a apoyar las rutinas de inmunizaci¨®n gubernamentales en los estados en los que trabaja, la tasa de cobertura total ha aumentado: de un 36% en 2009 a 79% en el final de 2014 en Uttar Pradesh; y de un 58% a un 85% en Bihar
"Hasta hace unos a?os, no nos tra¨ªan a los ni?os a vacunarse. Ahora s¨ª". Lo dice Ariz Sherman, m¨¦dico del Estado, mientras una marabunta de personas espera turno. Est¨¢ sentado junto a una mesa llena de medicamentos y dosis de vacunas en una explanada, junto a un poblado de n¨®madas musulmanes en Agra. "El asentamiento es fijo, pero la gente va y viene", aclara. Es una de las llamadas villas miseria que hacen triste honor a su nombre. Unos palos de madera sujetan unas lonas. Y ya est¨¢, eso es la casa habitual de una familia de las 63 que residen en este asentamiento. Sin agua, retrete, luz o suelo adecentado. S¨®lo acceso al sistema de salud. En este d¨ªa de campamento sanitario (en t¨¦rminos del Gobierno indio), el doctor vacuna y chequea el estado general de salud de los vecinos, mientras una ayudante reparte comida; un cazo de gachas por persona. Estos equipos los completan habitualmente, una especialista en salud materna que aconseja a las embarazadas y reci¨¦n paridas sobre cuidados ante y posnatales.? "Cuando nazca el beb¨¦, le tienes que dar pecho exclusivamente durante los primeros seis meses", le dice una consejera a una mujer del poblado a la que poco le falta para visitar el paritorio, si es que sigue las indicaciones que le han dado y acude al empezar las contracciones.
En el horizonte de Caravotta, otro destino: Nigeria. El pa¨ªs africano fue sacado de la lista de pa¨ªses end¨¦micos de polio en 2015. Pero el 11 de agosto de 2016, se reportaron dos nuevos casos de transmisi¨®n del virus. Concretamente, en el Estado de Borno, al nordeste del pa¨ªs, justo donde las campa?as de vacunaci¨®n no se hab¨ªan podido llevar a cabo debido al conflicto con Boko Haram. Y hasta all¨ª que se va el especialista de Unicef. Cree que, con los matices que cada contexto requiere, algunas de las claves del ¨¦xito en India pueden servir de lecci¨®n aprendida para rematar al virus en los pa¨ªses donde a¨²n pervive. "Involucrar a los hombres y los l¨ªderes religiosos fue fundamental". ?Y qu¨¦ le dir¨ªa el im¨¢n responsable de la mezquita Royal de Agra a quienes se resisten a vacunar a sus ni?os en Nigeria? Maulan Irfan Ul-Ulluh responde: "Igual que en India los l¨ªderes religiosos apoyamos las campa?as de inmunizaci¨®n, all¨ª tambi¨¦n deber¨ªan hacerlo. Los estudiosos del Islam lo han comprobado: las vacunas no est¨¢n re?idas con nuestra religi¨®n". Dicho queda. As¨ª sea.
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