24 horas en el coraz¨®n de Unicef
?Qu¨¦ ocurre en un d¨ªa de trabajo en la sede del Fondo de la ONU para la Infancia en Nueva York? Te lo contamos
George da la bienvenida: ¡°Buenos d¨ªas¡±. Lo repite con los m¨¢s de 1.000 trabajadores, entre personal fijo y consultores externos de 113 nacionalidades distintas, que acuden cada d¨ªa a la sede Unicef en el n¨²mero 3 de la UN Plaza en Nueva York. Tras m¨¢s de 20 a?os en su puesto, el recepcionista sabe si eres o no de la casa. Y mucho m¨¢s. A los habituales, les llama por su nombre o apellido. ¡°?A qui¨¦n viene a visitar?¡±, dice amablemente a los extra?os.
La actividad empieza bien temprano; a las ocho de la ma?ana las puertas ya llevan rato abiertas y el ajetreo va en aumento. Algunos como Christine Nesbitt ya habr¨¢n le¨ªdo sus correos ¡°desde la cama¡±. La responsable del departamento de fotograf¨ªa aclara: ¡°Nos mandan im¨¢genes desde cualquier huso horario¡±. Caf¨¦ en mano, los empleados van llenando las 15 plantas del edificio, los despachos separados con biombos al m¨¢s puro estilo a?os ochenta, las salas de reuniones, la cafeter¨ªa... Los seis ascensores se hacen esperar en la hora punta de la ma?ana. El tiempo que tardan en llegar desde que se pulsa la planta a la que uno se dirige, bien se puede aprovechar en un lavado de manos con el bactericida en los dispensadores junto a las puertas (y en los ba?os). La higiene es una de las banderas en las campa?as del organismo para evitar enfermedades. Y en su sede no iba a ser menos.
A las 8.45, la espa?ola Paloma Escudero, responsable mundial de comunicaci¨®n del organismo, tiene una reuni¨®n con el director ejecutivo, Anthony Lake, y los jefes de las divisiones de Programas, Recaudaci¨®n de Fondos, Operaciones y Gabinete. ¡°Son 30 minutos¡±, explica. ¡°Yo ya traigo preparados los temas candentes de la prensa mundial cada d¨ªa sobre los derechos de la infancia". Y los enumera: "Ahora son los refugiados, las migraciones... que en los conflictos no se respeta la legislaci¨®n humanitaria¡ ?se bombardean escuelas!"; la violencia, sobre todo la sexual, la de g¨¦nero, el acoso por Internet¡; la discriminaci¨®n de la infancia excluida...¡±. Pero el asunto estrella en los ¨²ltimos a?os, asegura, es la seguridad. O m¨¢s bien la falta de ella por el creciente desprecio que diferentes grupos muestran hacia el trabajo humanitario y quienes lo ejercen. ¡°Al menos 100 personas de la organizaci¨®n pueden ser destinadas en cualquier momento a un destino con nivel 3 de riesgo, el m¨¢ximo grado de inseguridad en el que est¨¢n Yemen o Siria en la actualidad¡±, aclara Escudero.
Desde el Centro de Operaciones de la Divisi¨®n de Programas de Emergencia, en la segunda planta de la sede central, un equipo de una decena de personas controla exactamente la situaci¨®n del personal de Unicef en el mundo. Vigilan aquellos "contextos" con mayor inestabilidad pol¨ªtica, y si el tiempo amenaza con causar una cat¨¢strofe. ¡°Somos como el 112 tambi¨¦n para el personal¡±, comenta Sean Mc Donald, el jefe del departamento. ¡°Estamos atentos por si hay un secuestro, un ataque, un incidente¡¡±, a?ade. Pero no solo velan, ni mucho menos, por la seguridad de sus colegas en terreno, matiza veloz. ¡°Desde el punto de vista humanitario, nuestra labor consiste en facilitar una respuesta r¨¢pida ante una crisis, por ejemplo, un terremoto. Avisamos, establecemos una estrategia de respuesta y somos el nexo entre la sede central y las oficinas en el terreno¡±, detalla mientras se?ala las distintas pantallas que cuelgan de la pared con todo tipo de informaci¨®n, desde las noticias de Al Jazeera hasta un mapamundi que refleja la situaci¨®n meteorol¨®gica mundial.
Esta sala es el nexo de uni¨®n entre la palpitante Manhattan y lo que ocurre a miles de kil¨®metros, en los 128 pa¨ªses en los que est¨¢ presente Unicef, all¨ª donde los ni?os padecen desnutrici¨®n o sufren abusos. Bia Albernaz forma parte del equipo que tiene los pies en la isla estadounidense y la cabeza en el resto del mundo. Por ejemplo, leyendo la prensa local de los lugares pertinentes o revisando las redes sociales para tratar de detectar posibles estallidos de violencia o predecir lo imprevisible.
Al menos 100 personas de la organizaci¨®n pueden ser destinadas en cualquier momento a un destino con el m¨¢ximo grado de inseguridad Paloma Escudero, directora de Comunicaci¨®n
Pero hay otras v¨ªas de entrada de informaci¨®n. Planta seis. La pantalla avisa que vendr¨¢ el ascensor D para subir a la Unidad de Innovaci¨®n. Creada hace menos de una d¨¦cada, en 2007, esta divisi¨®n se nutre de un equipo joven con amplia presencia espa?ola, en parte procedente de la empresa privada, para crear y aprovechar las novedades tecnol¨®gicas en favor de la infancia.
All¨ª, con perceptible orgullo, Dana Zucker explica el programa U-Reportes. Y no es la ¨²nica que lo destaca en la casa. Desde Anthony Lake, el director ejecutivo, hasta la oficial de comunicaci¨®n de este departamento, hablan de ¨¦l como se hace de los hijos predilectos. Este sistema de recogida de testimonios y encuestas a trav¨¦s de mensajes gratuitos de texto enviados por tel¨¦fono m¨®vil ¨Cgracias a acuerdos con compa?¨ªas de telecomunicaciones¨C es el invento en marcha m¨¢s querido por el equipo. Casi tres millones de reporteros por el mundo, predominantemente varones de entre 15 y 35 a?os, env¨ªan sus cr¨®nicas desde terreno. ¡°Un d¨ªa, nos empezaron a llegar rumores de que en una zona de Liberia se podr¨ªan estar dando casos de abusos sexuales en la escuela. As¨ª que lanzamos una encuesta a los U-Reporters en el ¨¢rea y nos respondieron que s¨ª, que exist¨ªa tal problema, y se pudo avisar a las autoridades¡±, explica Zucker con entusiasmo mientras maneja la herramienta en su ordenador. Hace click aqu¨ª y all¨¢ con soltura dif¨ªcil de seguir dado el sinf¨ªn de datos.
¡°Mi parte favorita del d¨ªa es leer estos art¨ªculos. Te das cuenta de lo importante que es para ellos lo que hacemos y tener un espacio donde expresarse. Esto es parte de un puzzle muy grande. Hay reuniones de alto nivel y Unicef est¨¢ donde est¨¢n los l¨ªderes, pero tambi¨¦n en lo local¡±. Habla Katarzyna Pawelczyk del programa del que es encargada: formaci¨®n de blogueros Voces de la Juventud. Durante tres meses, gu¨ªa a los seleccionados y les da consejos para mejorar su redacci¨®n. El contenido: libre. La mayor¨ªa opta por contar sus experiencias, su situaci¨®n, lo cotidiano. Esta es, seg¨²n Pawelczyk, una relaci¨®n de ganancia mutua. Los redactores perfeccionan su estilo y disponen de la inmensidad de Internet para lanzar sus mensajes al mundo. Y en Unicef sienten cercano el lejano terreno.
Robots y drones
Cualquier artefacto es v¨¢lido para mantener el contacto. Desde Irlanda, Suad Aldarra, interviene en una reuni¨®n con los colegas del equipo de Ciencia de la Unidad de Innovaci¨®n. A pesar de la distancia, Aldarra se mueve entre sus compa?eros Alex Rutherford y Manuel Garc¨ªa Herranz en Nueva York. Una pantalla con su cara y una c¨¢mara, sobre un list¨®n met¨¢lico con ruedas facilita su participaci¨®n activa. El robot puede moverse o pivotar e incluso trasladar a la trabajadora de una habitaci¨®n a otra en tiempo real si la conversaci¨®n cambia de emplazamiento.
U-Reporters es un programa para que personas de todo el mundo manden mensajes de textos gratis contando su situaci¨®n o contesten a encuestas lanzadas por Unicef
Quiz¨¢ Aldarra necesite ir rodando al cub¨ªculo contiguo donde Allison Burtch eval¨²a las posibilidades que tienen los drones para ayudar a los ni?os. ¡°Vimos que pod¨ªamos usarlos de tres maneras. Para emergencias, donde ya se est¨¢n usando. Para conexiones: llevar WiFi e Internet a zonas remotas. Y para transporte de bienes, por ejemplo, all¨¢ donde las carreteras son imposibles. Veremos grandes programas con esta tecnolog¨ªa, que de momento, est¨¢ poco explotada¡±, detalla. ¡°Todo lo que desarrollemos aqu¨ª es open source (c¨®digo abierto), es decir, cualquiera lo puede escalar y adaptar. No estamos aqu¨ª para crear soluciones que est¨¦n disponibles solo para unos pocos¡±, a?ade.
Para que peque?as empresas y emprendedores locales se puedan beneficiar del conocimiento y los fondos disponibles en el n¨²mero 3 de la UN Plaza de Nueva York, Unicef ha creado el primer fondo de innovaci¨®n dentro del sistema de Naciones Unidas para la financiaci¨®n de startups tecnol¨®gicas de c¨®digo abierto. En febrero y julio de 2016 lanzaron una primera convocatoria, y el pasado 21 de noviembre anunciaron en su p¨¢gina web la primera seleccionada, la sudafricana 9Needs, que ¡°habilitar¨¢ digitalmente los programas de desarrollo infantil temprano en Sud¨¢frica¡± y recibir¨¢ 100.000 d¨®lares (unos 93.500 euros) para desarrollar su plataforma piloto.
¡°La idea de ¨¦xito es que lo que las compa?¨ªas prueben que algo funciona y se pueda replicar. Unicef normalmente trabaja con Gobiernos, pero ahora tambi¨¦n con startups. "Esto muestra la direcci¨®n para trabajar en el futuro¡±, apunta Burtch. En este sentido, el espa?ol Manuel Garc¨ªa Herranz, ya acabada la reuni¨®n con el robot de Aldarra y con un s¨¢ndwich sobre la mesa, concluye: ¡°Querer unir a cient¨ªficos de datos, con el sector privado y con una agencia de la ONU¡ es darse cuenta de que el mundo ha cambiado¡±.
Garc¨ªa Herranz no desaprovecha la ocasi¨®n para hablar de sus progresos, por ejemplo, para que el sector privado comparta informaci¨®n sobre sus clientes y mejorar as¨ª la ayuda. ¡°Somos muy buenos para pedirles dinero, pero no para compartir datos. Si alguien puede conseguirlo, es Unicef¡±. Habla del proyecto Magic Box, una plataforma para que empresas y Gobiernos compartan informaci¨®n y combinarla para ayudar a los programas de desarrollo. Desde los viajes reservados a trav¨¦s de una agencia, para estudiar y quiz¨¢ predecir la expansi¨®n de enfermedades; hasta el parte meteorol¨®gico. Esta utilidad del llamado big data aplicado al desarrollo y al trabajo humanitario es a¨²n una idea en pruebas. Tiene que salvar dos grandes escollos: la privacidad y el paso de los n¨²meros a la acci¨®n.
Es la hora de comer seg¨²n la costumbre estadounidense. En un despacho tres plantas m¨¢s arriba del ¨¢rea de trabajo de Garc¨ªa Herranz, un equipo de comunicaci¨®n debate sobre cu¨¢l ser¨¢ la estrategia para la campa?a del d¨ªa de lavarse las manos¡ y ya de paso el del retrete que ya se avecina. La sede de Unicef es una reuni¨®n constante. Casi todo el mundo por los pasillo dice ir a una, o se encuentra ya en otra en los peque?os cub¨ªculos que comparten entre varios, en la cafeter¨ªa o, por qu¨¦ no, en el exterior, en las mesas del parque que hay en la calle, a escasos metros de la puerta principal. Con buen tiempo, all¨ª es f¨¢cil ver a miembros del abultado equipo tomando caf¨¦, comiendo y/o debatiendo sobre el avance del virus Zika por Am¨¦rica Latina. O todo a la vez. En invierno, seg¨²n cuentan ellos, se suben a la terraza, donde las vistas de la ciudad acompa?an cualquier conversaci¨®n. Si nieva, quiz¨¢ hasta se distraigan all¨ª un rato lanz¨¢ndose unas bolas. Pero hoy en la plaza hace sol.
Cualquier lugar es bueno para una reuni¨®n: un despacho, una sala, la cafeter¨ªa y hasta el parque en la calle
?C¨®mo comunicar la importancia de lavarse las manos? ?Y de defecar en un retrete? Toda idea parece ya tratada y contada. Toca pensar algo nuevo. En viejas butacas de cuero que contrastan con las sillas de oficina, cinco miembros del equipo de comunicaci¨®n que dirige Escudero siguen con sus deliberaciones. ¡°Mirad este v¨ªdeo de India¡±. En la pantalla de uno de los ordenadores, un se?or disfrazado con mayas azules canta mientras se enjabona.
De repente, se abre la puerta. ¡°Va a empezar la fiesta¡±, interrumpe y anuncia la australiana Harriet Dwyer, del equipo de comunicaci¨®n. Lleva relativamente poco tiempo en Unicef y ya sue?a con irse al terreno porque all¨ª ser¨¢ m¨¢s ¨²til, piensa. ¡°Quiz¨¢ dentro de un par de a?os¡±, vaticina. Ella inicia su carrera en Unicef mientras que Rita Wallace, la homenajeada en la celebraci¨®n anunciada, la termina tras 32 a?os de servicio. Los congregados en la sala junto a la entrada del edificio picotean la comida servida para la ocasi¨®n. ¡°Se hace siempre que alguien de la casa se jubila¡±, comentan. El mism¨ªsimo Anthony Lake, director ejecutivo del organismo, baja de la plata 13 donde se encuentra su despacho para despedirse de Rita, que recibe emocionada una placa conmemorativa. ¡°Es una hist¨®rica¡±, repiten los coet¨¢neos con nostalgia y los m¨¢s j¨®venes con admiraci¨®n, rodeados por doquier por mensajes escritos por ni?os, dibujos pintarrajeados por ni?os y fotograf¨ªas de ni?os. El aviso constante de para qui¨¦nes trabajan.
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