Posici¨®n Yuste
ME HAN HECHO esa pregunta tantas veces que celebro la oportunidad de poder responderla en esta p¨¢gina.
?Cu¨¢l cree usted que es la responsabilidad social del escritor? ?Se considera una escritora comprometida? ?Cree que los escritores deben implicarse en los conflictos de la sociedad civil o mantener una fidelidad a su obra que excluya cualquier otro protagonismo? Las formulaciones pueden llegar a ser infinitas, mi respuesta siempre la misma. El compromiso con la realidad est¨¢ impl¨ªcito en la escritura, porque escribir es mirar el mundo y comunicar esa mirada. Si un solo hecho puede provocar muchas versiones diferentes, se debe a que cada escritor, como cada persona, criba los acontecimientos que le toca vivir en el cedazo de su propia identidad, filtr¨¢ndolos a trav¨¦s de los atributos que nos convierten en seres ¨²nicos, irrepetibles. Por eso, aunque el marxismo est¨¦ muy pasado de moda, la m¨¢xima acu?ada por los cr¨ªticos marxistas sigue siendo irrebatible. Una obra literaria puede tener que ver o no con la pol¨ªtica ¨Ceso depende de la voluntad de su autor¨C, pero es siempre, necesariamente, un producto ideol¨®gico, porque no se puede contar el mundo sin tomar partido. Los llamados escritores comprometidos son s¨®lo quienes asumen p¨²blicamente ese compromiso. La obra de quienes lo rechazan no est¨¢ ni m¨¢s ni menos comprometida con su propia ideolog¨ªa que cualquier otra.
Eso respondo, y que rechazo la figura del intelectual como un gur¨² que se?ala con el dedo la direcci¨®n en la que deber¨ªa moverse la sociedad, porque aparte de escritora soy ciudadana, y como ciudadana me implico en las causas que me importan, para poner mi voz a su servicio. Y siempre que digo esto en p¨²blico en Alicante, a menudo tambi¨¦n en otros lugares de Espa?a, al terminar el acto se me acercan los irreductibles de Petrer, un grupo de activistas de la memoria que no se resigna a vivir en un pa¨ªs anormal.
Su reivindicaci¨®n es l¨®gica, es justa, es necesaria y, por ser, es hasta barata, pero llevan d¨¦cadas luchando sin resultado para que la finca El Poblet, m¨¢s conocida en los libros de historia como Posici¨®n Yuste por haber sido la ¨²ltima sede del Gobierno de la II Rep¨²blica en territorio espa?ol, sea declarada bien de inter¨¦s cultural. Esta finca, una propiedad privada milagrosamente bien conservada, fue escogida por el Gobierno de Negr¨ªn para plantear una postrera estrategia de resistencia que no lleg¨® a consumarse. En el edificio principal sigue estando la escalera, con su balaustrada, y sus farolas, y sus jarrones decorativos, por la que salieron, camino del exilio, los ¨²ltimos representantes de la soberan¨ªa popular espa?ola en casi cuatro d¨¦cadas. Alrededor, un espeso jard¨ªn sigue camuflando la residencia de recreo a los ojos de quienes circulan por la antigua carretera Madrid-Alicante. Todo est¨¢ igual. Todo est¨¢ all¨ª, todav¨ªa.
"Llevan a?os luchando para que la ¨²ltima sede de la II Rep¨²blica sea reconocida como bien de inter¨¦s cultural".
En un pa¨ªs normal, El Poblet ser¨ªa hoy un museo, un lugar de memoria con una exposici¨®n permanente abierta a la curiosidad de los visitantes, excursi¨®n ineludible para los alumnos, como m¨ªnimo, de los colegios de la zona. En cualquier otro pa¨ªs, esta finca habr¨ªa sido expropiada por motivos de inter¨¦s general hace muchos a?os. Como Espa?a es diferente, el Colectivo Memoria Hist¨®rica de Petrer ni siquiera aspira a eso. Pide tan s¨®lo que el conjunto sea declarado bien de inter¨¦s cultural (BIC), una medida que no implica desembolso alguno ¨Clo repito, no cuesta un c¨¦ntimo¨C, pero bastar¨ªa para garantizar su conservaci¨®n, impidiendo que este recinto de historia viva desaparezca cuando a alg¨²n promotor inmobiliario se le ocurra comprarlo para hacer 200 chalets adosados.
Este art¨ªculo es una respuesta y una interpelaci¨®n. Esto es lo que yo entiendo por ser una escritora comprometida, y en tal condici¨®n me dirijo p¨²blicamente al Gobierno progresista de la Comunidad Valenciana y le exijo que tome medidas para proteger la Posici¨®n Yuste. Aunque personalmente me parece inconcebible que El Poblet siga estando en manos privadas, asumo la causa de los activistas de Petrer y me conformo con una declaraci¨®n de BIC.
Si esta p¨¢gina no sirve para tanto, servir¨¢ al menos para que los responsables no puedan alegar que ellos no sab¨ªan nada.
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