El refer¨¦ndum de Renzi

Renzi sostiene que su reforma constitucional es racional, porque elimina la redundancia legislativa entre la C¨¢mara baja y el Senado, que ¨¦l considera el motivo de que abordar los problemas del pa¨ªs sea tan lento, farragoso e incluso imposible, y favorece al ciudadano frente a la casta, porque reduce los costes de la pol¨ªtica y arrebata argumentos a la demagogia populista (seg¨²n Renzi, el que vote no se inscribe en la misma ola reaccionaria que el lepenismo, el Brexity Trump).

Todo mentira. El Senado no se va a abolir. Lo designar¨¢n los consejeros regionales, y seguir¨¢ teniendo funciones legislativas, aunque m¨¢s limitadas. El art¨ªculo 70, que las enumera, es tan complicado y contradictorio que los grandes juristas han ofrecido ya cinco o seis interpretaciones incompatibles. Es previsible una avalancha de recursos para cada ley, por lo que el proceso legislativo no solo no ser¨¢ m¨¢s r¨¢pido, sino que quiz¨¢ incluso se paralice.

Los presidentes, consejeros regionales y alcaldes que sean nombrados senadores gozar¨¢n de inmunidad parlamentaria frente a cualquier acci¨®n policial, un valios¨ªsimo regalo para la casta, dado que, en los ¨²ltimos a?os, el n¨²mero de casos de corrupci¨®n (y condenas) en las regiones y los grandes municipios se ha disparado.

El ahorro es rid¨ªculo (57,7 millones de euros anuales, seg¨²n fuentes oficiales de la Oficina de Presupuestos del Estado); ser¨ªa mucho m¨¢s eficaz recortar las pensiones de los exparlamentarios o los sueldos de los parlamentarios actuales. Lo verdaderamente indecente de los costes de la pol¨ªtica son las decenas de miles de superfluos asesores pol¨ªticos y econ¨®micos en las Administraciones p¨²blicas, el inmenso galimat¨ªas de entes in¨²tiles, los millones de personas que ¡°viven de la pol¨ªtica¡±, y muy bien, por motivos que tienen muy poco que ver con el m¨¦rito. Una casta que Renzi est¨¢ consolidando.

Su contrarreforma (llam¨¦mosla por su verdadero nombre) cambia 47 art¨ªculos de 139 para engendrar una Constituci¨®n olig¨¢rquica, no solo porque da m¨¢s poderes al Ejecutivo, sino porque en la pr¨¢ctica elimina todos los controles (magistratura, organismos de garant¨ªa, etc¨¦tera). Si se aprueba junto con la nueva ley electoral, el partido mayoritario designar¨¢ como le parezca al presidente de la Rep¨²blica, el Tribunal Constitucional, todos los organismos y el Consejo General de la Magistratura, y acaparar¨¢ el control de los bienes culturales y medioambientales, que no ser¨¢n m¨¢s que meros ¡°recursos econ¨®micos¡±.

Hoy, las tres fuerzas pol¨ªticas principales (Renzi, Grillo, Berlusconi/Salvini) tienen una base electoral del 25%-30%. Con menos de un tercio (que en realidad es poco m¨¢s de un cuarto, porque solo vota el 60%), el vencedor de las elecciones tendr¨¢ unos poderes que la tradici¨®n democr¨¢tica liberal ha considerado siempre protototalitarios.

Renzi dice demag¨®gicamente que votar no significa inmovilismo. Pero el verdadero inmovilismo es su contrarreforma, dise?ada para reforzar y consagrar un sistema olig¨¢rquico. En Italia, la verdadera bandera reformista y progresista ha sido siempre la aplicaci¨®n de la Constituci¨®n de 1946, a la que se han opuesto los sucesivos Gobiernos por el car¨¢cter igualitario y social de un texto nacido en la Resistencia.

En realidad, la contrarreforma de Renzi no es m¨¢s que una versi¨®n (peor) de la de Berlusconi de hace 10 a?os. Berlusconi hoy dice no, pero sus televisiones hacen propaganda a favor del s¨ª. En los dos bandos hay elementos diversos y contradictorios, pero el componente esencial del no son los millones de ciudadanos (la sociedad civil) que en los ¨²ltimos 25 a?os se han manifestado (a menudo de forma masiva) por una pol¨ªtica de justicia y libertad y contra el compromiso de facto entre Berlusconi y el PD.

La ¨²nica expresi¨®n que encuentran hoy estas fuerzas est¨¢ en el Movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo. Ambiguo y contradictorio, pero muy diferente de los populismos de derechas que est¨¢n triunfando en el mundo, pese a lo que repite Renzi en estos d¨ªas para infundir miedo y conquistar el voto de ese sector. Grillo ha recordado ¡ªcon raz¨®n¡ª que, sin su movimiento, la protesta habr¨ªa encontrado en Italia su propio Amanecer Dorado u otro partido similar. Por eso la victoria del s¨ª significa la perpetuaci¨®n del conformismo y el sistema (con una casta nueva en lugar de la vieja), y la victoria del no, el renacer de la esperanza, aunque sea dif¨ªcil y laborioso.

Paolo Flores d¡¯Arcais es fil¨®sofo, director de la revista MicroMega. Su ¨²ltimo libro es La guerra del Sacro. Terrorismo, laicit¨¤ e democrazia radicale.

Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.