Arte p¨²blico al servicio del espacio urbano
Un conversatorio con Rodrigo Olvera, autor del proyecto Amarillo P¨²blico
¡°La ciudad de M¨¦xico es la segunda ciudad del mundo con m¨¢s museos, con 141 recintos concentrados en el centro y sur de la ciudad, lo cual estamos delante de una exclusi¨®n de acceso a la cultura y el arte en el norte de la zona metropolitana" Rodrigo Olvera.
La ciudad de M¨¦xico se posiciona ¨C considerando toda su zona Metropolitana del valle- como una de las mayores capitales del continente americano con m¨¢s de 21 millones de habitantes.
La movilidad urbana en el valle de la ciudad se enfrenta a varias distorsiones e insuficiencias tanto en los varios modos de transporte como en la red vial disponible. Las largas horas de desplazamiento entre el lugar de residencia y trabajo son un hecho habitual para la mayor¨ªa de los mexicanos. Pero ante este gran reto urbano, el joven artista visual llamado Rodrigo Olvera, lo convirti¨® en una oportunidad para idear y solucionar alguno de los problemas de su ciudad, mientras observaba los problemas de la periferia mexicana.
De los largos desplazamientos desde su casa a La Esmeralda, una escuela de arte multidisciplinario situada en las afueras de la capital, surgi¨® el proyecto ¡®Amarillo P¨²blico¡¯ focalizado principalmente en culturizar el espacio p¨²blico.
En estos viajes rutinarios, Olvera se plante¨® cu¨¢l era el papel del arte en la periferia de la ciudad de M¨¦xico frente a los espacios ganados por la publicidad, el control y la censura del gobierno as¨ª como el aumento descontrolado de los centros comerciales.
En una entrevista virtual mantenida con el artista, ¨¦ste cuenta que leyendo el libro ¡°Las ciudades invisibles¡± de Italo Calvino tom¨® el color amarillo como un signo que le ayud¨® a transformar y pensar de qu¨¦ forma puede existir el arte en un entorno como es la periferia de la ciudad.
Seg¨²n Olvera, el color amarillo se utiliza en las ciudades contempor¨¢neas en un sistema de signos. Es el color designado para dar orden y sentido al caos urbano y cada ciudad utiliza este color a su manera. Su significado cambia seg¨²n como y donde sea utilizado pero la mayor parte de sus significados son: prevenci¨®n, restricci¨®n, advertencia, guiar, se?alar, limitar, entre otras. Todas estas acciones tienen en com¨²n controlar las posibilidades de la interacci¨®n humana con el espacio.
Conversando con Rodrigo, a ¨¦l le interesa insertar su trabajo dentro de ese sistema de signos para alterar su significado desde dentro y llevarlo a lo opuesto. Es decir, para ¨¦l la ciudad debe estimular la creatividad e imaginaci¨®n de sus habitantes pero esta nueva imagen de la ciudad debe estar provista desde quien la habita. Tal como menciona Yona Friedman, ¡°la est¨¦tica urbana es el resultado del efecto colectivo de peque?os cambios individuales¡±. Son los habitantes quienes deben aportar su subjetividad para dotar de cierta identidad visual a la calle.
Es por este motivo que la intenci¨®n de Rodrigo Olvera es utilizar el color amarillo para mimetizar y legitimar sus intervenciones en el espacio urbano, con la intenci¨®n de contradecir su uso habitual de orden y control.
¡°El espacio p¨²blico es la casa de todos¡± comenta. ¡°Las ciudades juegan un rol muy importante en nuestras vidas, y a veces, no nos paramos a pensar en el impacto que ¨¦stas tienen en nosotros¡±.
El espacio p¨²blico es la construcci¨®n social donde convergen los desacuerdos, donde conviven las divergencias pol¨ªticas y culturales, donde debe habitar la pluralidad y lo heterog¨¦neo.
Y a este artista le interesa mimetizar los procesos de servicio y trabajo en la ciudad, a partir de su trabajo art¨ªstico. Parte del proyecto son sus conocidas intervenciones amarillas, pero otra parte es lo que ¨¦l llama la ¡®deriva¡¯ o la performance que realiza cuando sale a pintar y/o a colocar letreros, ya que se viste con un uniforme que se cose con el entorno urbano, convirti¨¦ndose como otro profesional m¨¢s que presta un servicio en la calle; as¨ª como lo hace tambi¨¦n un barrendero, un polic¨ªa, electricista o un jardinero. ¡°El uniforme me da cierta legitimidad de acci¨®n en la calle y al mismo tiempo me blinda de la polic¨ªa¡±, asegura.
?l no trabaja solo sino que le ayuda Luis S¨¢nchez, un vecino que por las ma?anas vende uno de los platillos t¨ªpicos de la cultura mexicana, los famosos tamales, y por las tardes aporta su inteligencia y energ¨ªa al proyecto ¡®Amarillo P¨²blico¡¯.
Su trabajo es muy amplio ya que se centra en distintas escalas de la ciudad: desde peque?os espacios del suelo hasta las alturas de los postes de luz. Trabaja con flores, rellenando grietas de las calles, interviniendo en las se?al¨¦ticas y los ¨¢rboles, etc. siempre en b¨²squeda de espacios p¨²blicos- residuales y mobiliario urbano en desuso.
Rodrigo ha realizado distintas visitas a escuelas de primaria y secundaria as¨ª como tambi¨¦n ha organizado exposiciones fotogr¨¢ficas itinerantes por los mercados ambulantes del barrio con el fin de hablar sobre el arte de la ciudad.
Ambos formatos le sorprendieron por la respuesta de los vecinos ya que todos ellos conoc¨ªan a la perfecci¨®n su barrio pero, por otro lado, les costaba trabajo entender y categorizar su labor como artista.
Y es que, muchas veces, el trabajo de todo aquel que interviene en la ciudad para aportar un cierto cambio no est¨¢ plenamente aceptado socialmente. Y este, precisamente, es el objetivo del proyecto ¡®Amarillo P¨²blico¡¯: trastocar los par¨¢metros cl¨¢sicos de lo que socialmente se reconoce como art¨ªstico.
De todos modos, este proyecto no pretende rescatar ning¨²n espacio en concreto sino que pretende alterar la forma en c¨®mo percibimos la ciudad; como algo definido y donde los ciudadanos se sienten como espectadores pasivos.
Su intenci¨®n es actuar en contra de eso y hacer ver que la ciudad es un ente de cambio constante, un lugar donde la rutina y la monoton¨ªa no son sin¨®nimo de ciudad y es necesario transgredir lo cotidiano. Es necesario hacer reflexionar a la poblaci¨®n que las calles son de todos y por ende, debemos aportar algo para mejorarlas.
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