?Se puede pensar la desnutrici¨®n desde los derechos humanos?
La falta de alimentos se relaciona tambi¨¦n con la carencia de atenci¨®n, de abandono y de trato indigno
Recientemente se viraliz¨® la historia de Hope, un ni?o de pocos a?os que fue abandonado por sus padres en Nigeria, por considerarlo un ni?o brujo¡ªpose¨ªdo por el demonio. Hope sobreviv¨ªa de los desechos de los transe¨²ntes hasta que Anja Ringgren Lov¨¦n, una trabajadora social, lo rescat¨®. Cuando lo encontr¨®, el beb¨¦ estaba desnutrido y lleno de gusanos. Las fotos del antes y el despu¨¦s de ser rescatado son milagrosas: muestran todo lo que somos capaces de hacer los seres humanos con los ni?os, para bien y para mal.
Resulta una obviedad que la desnutrici¨®n infantil tenga que ver con el hambre, pero hay tambi¨¦n algo m¨¢s. La situaci¨®n de Hope, como la de muchos ni?os, se relaciona m¨¢s con la carencia de atenci¨®n, de abandono y de trato indigno, que con falta de alimentos. ?Pueden pensarse estas situaciones desde los derechos humanos?
La respuesta es s¨ª. Las convenciones internacionales de derechos humanos son rigurosas e irrebatibles en esta materia exigiendo el reconocimiento de la dignidad intr¨ªnseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana, especialmente los ni?os, por su particular situaci¨®n de vulnerabilidad.
Situaci¨®n a nivel mundial y continental
Seg¨²n datos oficiales de Naciones Unidas en el mundo la nutrici¨®n deficiente provoca casi la mitad (45%) de las muertes de ni?os menores de cinco a?os, esto es, 3,1 millones de ni?os al a?o. Adem¨¢s, uno de cada cuatro ni?os padece retraso del crecimiento, mientras que en los pa¨ªses en desarrollo la proporci¨®n puede ascender a uno de cada tres. En el mundo en desarrollo, 66 millones de ni?os en edad de asistir a la escuela primaria acuden a clase hambrientos, 23 millones de ellos solo en ?frica.
En Am¨¦rica Latina y el Caribe la situaci¨®n no es tan distante. Seg¨²n UNICEF, seis millones de ni?os y ni?as menores de cinco a?os est¨¢n afectados por desnutrici¨®n cr¨®nica; mientras que 3,5 millones de ni?os y ni?as menores de cinco a?os tienen sobrepeso. Solo uno de cada tres ni?os menores de seis meses recibe lactancia materna exclusiva.
Otra cifra alarmante de nuestro continente es que en 2015 fallecieron 196.000 ni?os menores de cinco a?os; cada tres minutos muere un ni?o. De ellos, el 50% muere en los primeros 28 d¨ªas de vida.
Los derechos humanos y la desnutrici¨®n infantil
Al fil¨®sofo griego Anax¨¢goras se le atribuye la frase ¡°Todo tiene que ver con todo¡±. La sentencia es aplicable a las obligaciones de los Estados en la lucha contra la desnutrici¨®n, pues cuestiones que tal vez a primera vista no tienen relaci¨®n con los alimentos, impactan de lleno en la seguridad alimentaria de las personas y en sus derechos humanos. La vivienda (o el derecho a la vivienda digna), los servicios p¨²blicos (el derecho a acceder a los servicios p¨²blicos de manera igualitaria), la educaci¨®n (o el derecho a la educaci¨®n) son muestras del punto al que vamos: la desnutrici¨®n infantil no se soluciona solo con alimentos.
Uno de los presupuestos indispensables para mejorar la situaci¨®n es la contenci¨®n en el n¨²cleo familiar. La familia es el factor que m¨¢s incide en el bienestar de los ni?os, aunque en casos como el de Hope, puede generar todo lo contrario, abandono, desnutrici¨®n y hasta la muerte. La relevancia de la familia ha sido analizada en Los Primeros A?os, una reciente publicaci¨®n del BID en donde se sostiene: ¡°los padres deciden c¨®mo alimentar a sus hijos y cu¨¢ndo llevarlos al m¨¦dico. El entorno familiar en el que crecen los ni?os puede ser positivo y c¨¢lido, o severo y fr¨ªo. Al hablar y jugar con ellos, leerles o contarles historias (o no), los padres y otros miembros de la familia determinan cu¨¢nta estimulaci¨®n reciben los ni?os. Todas estas decisiones tienen efectos profundos y duraderos en el desarrollo infantil¡±
El art¨ªculo 17 de la Convenci¨®n Americana de Derechos Humanos, sobre protecci¨®n de la familia, debe ser optimizado en este sentido.
Claramente, tambi¨¦n es muy importante trabajar en la seguridad alimentaria. El derecho a la alimentaci¨®n se encuentra expresamente recogido en el Pacto de Derechos Econ¨®micos, Sociales y Culturales, en su art¨ªculo 11. Sin embargo, los firmantes del PIDESC s¨®lo se comprometieron a lograr progresivamente la plena efectividad de los derechos recogidos en el mismo. Desde el activismo de derechos humanos es fundamental desarrollar estrategias creativas al respecto, que contemplen la realidad de la trascendencia del rol de las madres, sobre todo en los primeros meses de vida. La OMS recomienda la lactancia exclusiva durante los seis primeros meses de vida para lograr un crecimiento, un desarrollo y una salud ¨®ptimos. Un estudio de UNICEF advierte que la mortalidad en general es 14 veces mayor en beb¨¦s a los que no se amamanta que en beb¨¦s que reciben lactancia materna exclusiva.
Una buena nutrici¨®n va m¨¢s all¨¢ de los alimentos
UNICEF sugiere que el trabajo para educar a las madres acerca de la importancia de la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses es crucial, pero tambi¨¦n lo es garantizar que el ni?o est¨¦ vacunado, tenga agua potable y conozca una serie de medidas simples de salud, como el lavado de manos con jab¨®n. Esto, tan simple, puede y debe encararse desde una perspectiva de derechos humanos.
La desnutrici¨®n infantil est¨¢ directamente relacionada con el hambre, pero tiene mucho que ver con otros derechos humanos. Empezando por el primero de ellos, el trato digno de las personas, y siguiendo por el acceso a servicios indispensables. Las pol¨ªticas p¨²blicas deben ser debidamente planificadas y tener objetivos estrat¨¦gicos bien delineados. El relevante valor que se encuentra en juego, la vida y el futuro de nuestras sociedades, exige un compromiso mayor de nuestros funcionarios. El rol de los organismos internacionales y de la sociedad civil es tambi¨¦n relevante como aliados y promotores en la lucha contra este preocupante flagelo. Se juega aqu¨ª nuestro futuro.
Federico Morandini es el Director Ejecutivo e Ignacio Boulin Victoria es el Presidente del Centro Latinoamericano de Derechos Humanos.
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