Sara Desir¨¦e Ruiz, educadora social: ¡°Es saludable que el adolescente cuestione los l¨ªmites, lo contrario podr¨ªa ser s¨ªntoma de un problema¡±
En su ¨²ltimo libro, ¡®En esta casa mando yo y punto¡¯, la psicoterapeuta explica c¨®mo establecer y comunicar las normas en casa sin da?ar la convivencia y respetando las necesidades de todos los miembros de la familia
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La educadora social y experta en adolescencia Sara Desir¨¦e Ruiz (Granollers, Barcelona, 46 a?os) acaba de publicar su cuarto libro, En esta casa mando yo y punto (Grijalbo, 2025), una gu¨ªa que ayuda a establecer l¨ªmites en el hogar sin caer en el autoritarismo y que explica el da?o que puede ocasionar en las personas adolescentes el utilizar frases como la que da t¨ªtulo al libro. Ruiz, autora tambi¨¦n de El d¨ªa que mi hija me llam¨® zorra (Almuzara, 2022), Te necesita aunque no lo parezca (Grijalbo, 2023) y la novela Lo que dejan las madres (Planeta, 2024), lleva 25 a?os trabajando con adolescentes y acompa?ando a familias y educadores. Y comenz¨® pronto. Ruiz se involucr¨® a los 19 a?os en obras de teatro social para j¨®venes, de ah¨ª decidi¨® estudiar Educaci¨®n Social, hasta llegar a especializarse en atenci¨®n a la adolescencia y en dise?o y gesti¨®n de programas educativos en el tiempo libre juvenil. Su perfil de Instagram cuenta con m¨¢s de 190.000 seguidores.
En una entrevista telef¨®nica, la tambi¨¦n psicoterapeuta que ofrece consultas y conferencias online en su web, adelanta alguna de las claves que hacen posible una convivencia arm¨®nica en la familia. Lo que propone Ruiz es un cambio de perspectiva para acercarse a los j¨®venes con una mirada comprensiva y humilde: ¡°Porque la cr¨ªtica constante y el menosprecio de sus estados emocionales pueden causar estragos en una etapa en la que su identidad est¨¢ en proceso de construcci¨®n¡±.
PREGUNTA. ¡°En esta casa mando yo y punto¡±, ?qu¨¦ consecuencias puede tener esta frase para los adolescentes?
RESPUESTA. Muchas. Para empezar, les est¨¢ indicando que no tienen ni voz, ni voto en lo que sucede para la convivencia. Y que, por lo tanto, no hay di¨¢logo posible, no se les tiene en cuenta y no se les entiende y esto es terrible en un momento en el que est¨¢n empezando a buscar su identidad y a encontrar su sitio. A veces, se nos escapan frases como esa y tiene mucho que ver con nuestra propia incapacidad para comunicar las cosas cuando las personas adultas estamos secuestradas por las emociones.
P. Como se?ala en su libro, en la etapa adolescente los l¨ªmites son muy necesarios, ?cu¨¢les ser¨ªan las claves para comunicarlos sin caer en el autoritarismo?
R. S¨ª, los l¨ªmites son importantes porque les ayudan a conseguir sus metas, a sentirse seguros en el entorno en el que est¨¢n y a entender lo que pueden esperar de ellos las personas y los diferentes entornos por los que se mueven. La clave a la hora de comunicarlos est¨¢ en c¨®mo lo hacemos. Hay que eliminar la idea de que los l¨ªmites est¨¢n relacionados con el poder. Comunicar l¨ªmites no tiene que ver con imponer nuestras opiniones, sino con informar de las necesidades, evidenciar consecuencias y, si es necesario, emprender acciones restaurativas.
P. Se?ala, adem¨¢s, cuatro claves a la hora de comunicar l¨ªmites: expectativas, responsabilidades, consecuencias y apoyo. ?Por qu¨¦ son tan importantes cada una de ellas?
R. A la hora de establecer un l¨ªmite siempre hay que tener en cuenta las expectativas: hay que establecer el l¨ªmite y explicar por qu¨¦ es relevante. En cuanto a las responsabilidades, cuando las aceptan y las cumplen, desde las m¨¢s simples como hacer la cama hasta las m¨¢s complejas como administrar el dinero, les genera confianza en s¨ª mismos. Con las consecuencias aprenden a evaluar sus decisiones y los efectos de su conducta. Adem¨¢s, los l¨ªmites tienen mayor impacto si se acuerdan en colaboraci¨®n y les transmitimos siempre nuestro apoyo, porque eso les proporciona la seguridad que necesitan.
P. ?Qu¨¦ riesgos puede entra?ar que una persona adolescente no se sienta c¨®moda para expresarse en su propia casa?
R. Muchos. Por ejemplo, cuando tenga una duda ir¨¢ a buscar la informaci¨®n fuera del entorno familiar. En ocasiones, puede ponerse en riesgo y tener consecuencias de las que nos enteremos a?os despu¨¦s. Puede repercutir en su rendimiento acad¨¦mico, en sus habilidades sociales, a la hora de establecer l¨ªmites en sus relaciones¡ Tambi¨¦n puede afectar a su autoestima: ¡°Si no me validan, si no me valoran, si todo es cuestionado siempre, si no me dejan explorar lo que me interesa, pues, a lo mejor, no tengo la oportunidad de encontrarme a m¨ª misma y de sentirme a gusto en mi piel¡±. Un adolescente puede llegar a pensar as¨ª y, por esta raz¨®n, es importante estar a su lado de una forma prudente e informada, y una de las claves para lograr este entorno seguro en casa reside en el ejemplo que transmitimos a la hora de regular las emociones de forma tranquila.
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P. Esto de regular las emociones de forma tranquila no siempre es f¨¢cil... ?Qu¨¦ aconseja para conseguirlo?
R. En primer lugar, hay que entender que es natural que, a veces, no seamos capaces de controlar los nervios. M¨¢s con los ritmos que llevamos, con la cantidad de responsabilidades que tenemos y tal y como est¨¢ la vida montada. Adem¨¢s, seguramente, no nos han educado para desarrollar nuestra inteligencia emocional y para comunicarnos de forma asertiva. Por todo esto, es importante que reconozcamos que perder los nervios es humano y si nos pasa un d¨ªa, esto no quiere decir que nos vaya a pasar siempre y que no se pueda restaurar. Despu¨¦s de que nos cojan los nervios y que nos secuestren y que digamos cosas que no queremos, podemos emprender una acci¨®n restaurativa: pedir perd¨®n, dialogar, comunicar que est¨¢bamos nerviosas, comprometernos a no volver a hacerlo y hacer otra cosa en su lugar cuando nos pase. Es importante observarse y, si hay muchas dificultades para autorregularnos, hay que trabajar para aprender a hacerlo, porque la coherencia es fundamental a la hora de educar. Si, por ejemplo, les decimos que se habla con respeto y nosotras no lo hacemos, hay que aclararles que las personas mayores podemos perder los nervios en alg¨²n momento, pero eso no nos legitima y tambi¨¦n tenemos que pedir perd¨®n por ello.
P. Para estas situaciones, en el libro aconseja que es ¨²til repetir un mantra: ¡°No es personal, es cerebral¡±. ?Puede explicar qu¨¦ significa?
R. Esta frase es muy gr¨¢fica para explicar lo que pasa por una mente adolescente. Las personas adultas que les acompa?amos creemos que todo lo que les decimos les molesta y que nos odian. Pero hay que entender que esto no es una cuesti¨®n de odio, sino que su conducta es producto del mogoll¨®n de cambios cerebrales que est¨¢n experimentando. El desarrollo cerebral en esta etapa es complejo y el sistema de regulaci¨®n emocional todav¨ªa no est¨¢ desarrollado del todo, por eso son tan susceptibles a las cr¨ªticas, por ejemplo. De ah¨ª el mantra: ¡°No es personal, es cerebral¡±. Esta frase nos sirve para separar las emociones que nos brotan en los momentos de conflicto de la conducta adolescente. Respirar y repetirnos que eso que estamos viviendo, aunque nos est¨¦n diciendo lo m¨¢s grande, no es contra nosotras, sino que es producto de la dificultad que tienen para regular sus emociones.
P. ?Hay que preocuparse cuando un adolescente obedece y acepta las normas sin rechistar?
R. Cuando un adolescente acepta normas sin rechistar puede ser s¨ªntoma de que exista una buena comunicaci¨®n y haya alcanzado la madurez suficiente. Sin embargo, tambi¨¦n podr¨ªa ser una se?al de alarma que indique que hay problemas subyacentes. Sobre todo, si es un adolescente que nunca jam¨¢s cuestiona nada: ni en casa, ni en el instituto, ni con sus amistades¡ habr¨ªa que explorar. Lo m¨¢s habitual en esta etapa es que cuestionen los l¨ªmites, que argumenten lo que les decimos, que detecten nuestras incoherencias¡ que hagan este tipo de cosas es saludable. Si no lo hacen y hay obediencia m¨¢xima y silencio, seguramente tendremos ah¨ª un problema que habr¨ªa que explorar.
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