Podemos, en lucha
Frente a Iglesias, Errej¨®n defiende una visi¨®n moderna, abierta y con futuro
Desde que en septiembre pasado Pablo Iglesias e ??igo Errej¨®n hicieran p¨²blicas sus diferencias, Podemos es escenario de una dura lucha interna entre facciones. De la primera escaramuza de ese conflicto, dirimido en Madrid a favor del sector oficialista liderado por Ram¨®n Espinar, Iglesias y Errej¨®n han extra¨ªdo lecciones que pretenden ahora trasladar a la batalla por el control del partido, cuyo congreso se celebrar¨¢ el pr¨®ximo mes de febrero.
Frente a Iglesias, que reclama manos libres para su poder personal ¡ªpresentado como la coherencia entre propuestas pol¨ªticas y liderazgo¡ª, Errej¨®n defiende un Podemos mucho m¨¢s moderno, democr¨¢tico y abierto, distinto por completo de la confusi¨®n generada por Iglesias en torno a una estrategia de radicalizaci¨®n ideol¨®gica y movilizaci¨®n callejera cuyo efecto est¨¢ siendo diluir la fuerza y capacidad negociadora del partido en el Parlamento y en las instituciones.
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Iglesias pretende un modelo de congreso en el que las propuestas pol¨ªticas y organizativas se vinculen a las candidaturas a la direcci¨®n del partido. Que 300 cargos p¨²blicos e internos pr¨®ximos a Errej¨®n, incluidos una quincena de parlamentarios, hayan lanzado un manifiesto rechazando que los ¡°concursos de popularidad¡± se antepongan a los debates de ideas muestra la preocupaci¨®n de sus partidarios ante la posibilidad de verse laminados por la alianza entre los fieles a Iglesias y la izquierda anticapitalista, cuyas ideas distan mucho de poder configurar un partido moderno y de amplia base.
Se dirime por tanto si Podemos va a ser una fuerza pol¨ªtica al servicio exclusivo de un l¨ªder o si admite una democracia interna abierta a corrientes y matices. Si hasta ahora tanto Iglesias como Errej¨®n hab¨ªan minimizado sus diferencias, a partir de la publicaci¨®n del manifiesto de los afines a Errej¨®n y su llamada a la recogida de apoyos contra Iglesias, al que se acusa de exigir el ¡°sometimiento¡± de los cr¨ªticos, el enfrentamiento entre ambos no puede ser ya ocultado.
Podemos ha recorrido mucho camino desde que celebr¨® su primera asamblea de Vistalegre y proclam¨® su objetivo de ¡°asaltar los cielos¡±. Rebasados dos a?os desde aquel entusiasmo fundacional, y dilapidados los ¨¦xitos electorales iniciales en una serie de poco meditados giros estrat¨¦gicos, Iglesias parece ahora m¨¢s interesado en consolidar su poder interno y blindarse ante las cr¨ªticas por su gesti¨®n al frente del partido que en dibujar un modelo de partido abierto y con futuro en donde existan espacios para el disenso.
Hasta ahora, Podemos ha extra¨ªdo su empuje de la frustraci¨®n de muchos votantes con la crisis econ¨®mica y la proliferaci¨®n de esc¨¢ndalos de corrupci¨®n. Ese desencanto ha sido h¨¢bilmente explotado por los dirigentes de Podemos para construir un partido que, apelando a demandas mayoritarias de la sociedad, tambi¨¦n esconde entre sus l¨ªderes evidentes tentaciones caudillistas. Como es aplicable a los dem¨¢s partidos pol¨ªticos, Podemos no puede pretender regenerar la democracia en este pa¨ªs sin demostrar primero que conf¨ªa plenamente en ella para dirimir sus diferencias internas.
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