¡°Son cosas de ni?os¡± y otras frases que usamos para no ver el acoso
Es necesaria una reflexi¨®n profunda, una revisi¨®n de los modelos en los que educamos a nuestros hijos
Con alarmante frecuencia asistimos a la noticia de un ni?o o ni?a hospitalizado como consecuencia de haber sido v¨ªctima de maltrato escolar o bulliyng.
Hace falta llegar a extremos donde est¨¢ en juego la vida del ni?o, ya sea por una paliza o por un fallido intento de suicidio, para que motivados por el horror y la incomprensi¨®n, reflexionemos sobre el cr¨®nico discurso: ¡°Cosas de ni?os¡±, decimos los adultos mientras miramos para otro lado. ¡°Toda la vida ha sido as¨ª¡±, ¡°siempre hubo y siempre habr¨¢ fuertes y d¨¦biles¡±, ¡° t¨² no te metas¡±, ¡°si te pegan, devu¨¦lvela¡±¡
Un empuj¨®n repentino y repetido. Un insulto al entrar en el aula, una risa burlesca con el dedo que se?ala, un apodo humillante¡ se llama violencia. Se llama maltrato entre iguales.
En palabras de la ONG dedicada a la infancia Save the Children: "La violencia contra la infancia se define como la acci¨®n o la omisi¨®n que produce da?o y que se da en una situaci¨®n de indefensi¨®n o desequilibrio de poder". El bullying es el maltrato f¨ªsico y/o psicol¨®gico deliberado y continuado en el tiempo que recibe un ni?o o adolescente por parte de otros, con el ¨²nico objetivo de da?arle y someterle, a fin de lograr un objetivo determinado o simplemente por satisfacer el impulso violento del agresor. Puede implicar silencios, amenazas, agresiones f¨ªsicas, burlas, rechazo, exclusi¨®n. Suele estar iniciado y liderado por otro ni?o y seguido por un grupo de c¨®mplices necesarios. Unos forman parte activa, siguiendo las instrucciones del agresor, mientras que el resto, la inmensa mayor¨ªa, prefiere mirar para otro lado para ¡°no meterse en problemas¡±. La v¨ªctima se siente sola y muy indefensa, mientras los adultos de referencia, es decir, padres y profesores restan importancia a las quejas del ni?o agredido o ni siquiera llegan a saberlo.
Es cierto que el acoso escolar lo ha habido siempre y que las causas no han variado mucho con el tiempo, se suele atacar la diferencia: el que lleva gafas, el gordito, el estudioso, el fr¨¢gil. Sin embargo, las estad¨ªsticas hablan de un considerable aumento de los casos y de una nueva forma de acoso que solo puede darse ahora y que no deja escapatoria a la v¨ªctima: el ciberacoso.
Las causas del bulliyng son m¨²ltiples, por ejemplo, los entornos socioecon¨®micos y culturales precarios son m¨¢s propensos, la exposici¨®n de los ni?os y adolescentes a contenidos audiovisuales violentos, la ausencia de los padres en la educaci¨®n o la presencia de padres violentos¡ simplificando mucho la principal causa que propiciar¨ªa la aparici¨®n de la conducta violenta es la educaci¨®n basada en la ausencia de l¨ªmites, b¨¢sicamente punitiva a trav¨¦s de la cual se castiga mediante amenaza, intimidaci¨®n o directamente agresi¨®n f¨ªsica, y con la cual el ni?o interioriza que la violencia es un modo aceptable de lograr un objetivo.
Un ni?o educado con violencia f¨ªsica o ps¨ªquica aprender¨¢ de forma inconsciente a normalizarla y sin duda alguna la ejercer¨¢ sobre otros.
El agresor no ha aprendido a ser emp¨¢tico, ni ha sido educado en la ¨¦tica y los valores necesarios para el respeto a la diferencia, suele tener una autoestima muy fr¨¢gil y necesitada de reforzadores externos (de ah¨ª la exhibici¨®n del maltrato). Tiende a ser impulsivo, egoc¨¦ntrico, con malos resultados acad¨¦micos y es estad¨ªsticamente m¨¢s probable que proceda de un entorno socio cultural bajo.
Como educadores y padres debemos estar atentos a una serie de s¨ªntomas a trav¨¦s de los cuales podemos detectar que un ni?o est¨¢ siendo v¨ªctima de acoso:
- Cambios en su conducta tales como ansiedad, tristeza, irritabilidad, apat¨ªa, insomnio, pesadillas, verbalizaciones de culpa, conductas de huida, p¨¦rdida de autocontrol, llanto frecuente, rechazo a asistir al colegio, descenso brusco del rendimiento escolar, somatizaciones tales como dolor de cabeza, est¨®mago, ganas de vomitar.
- Pierde o trae el material escolar deteriorado (mochilas, estuches, etc.¡) de forma frecuente.
- No quiere asistir a excursiones ni actividades del colegio.
- No se relaciona apenas con sus compa?eros.
Las consecuencias del acoso escolar son devastadoras. Solo trascienden a la opini¨®n publica aquellos casos que terminan en el hospital o en el cementerio, no el resto, el que sobrevive al maltrato con secuelas, en algunos casos, de por vida. Secuelas que destruyen la autoestima de la v¨ªctima afectando a su rendimiento escolar, a sus relaciones presentes y futuras, a su visi¨®n del mundo. La mayor¨ªa de los ni?os que han sufrido acoso escolar presentan Trastorno por estr¨¦s postraum¨¢tico (TEPT), Ansiedad Generalizada, tendencia a la depresi¨®n¡ Hay que a?adir que los efectos no se quedan en el presente de la v¨ªctima, contaminando de forma irreversible su infancia, sino que trascienden a su vida adulta como ya demuestran numerosos estudios longitudinales, los cuales concluyen una correlaci¨®n entre el estr¨¦s sufrido por el acoso escolar y la tendencia a enfermar de forma f¨ªsica (enfermedades metab¨®licas y cardiovasculares) y tambi¨¦n psiqui¨¢trica tales como trastornos de alimentaci¨®n, abuso de alcohol y otros t¨®xicos, depresi¨®n e incluso algunos tipos de c¨¢ncer.
Es necesaria una reflexi¨®n profunda, una revisi¨®n de los modelos en los que educamos a nuestros hijos. Son excepcionales aquellos casos de acoso donde el agresor tiene una personalidad disfuncional o un trastorno psiqui¨¢trico. En la mayor¨ªa de los casos son una representaci¨®n del s¨ªntoma, la punta del iceberg de una sociedad desconectada, individualista y egoc¨¦ntrica que educa en la filosof¨ªa del ¡°no es asunto m¨ªo¡± y que busca la comodidad por encima de cualquier otro valor. Una sociedad que deja solos a los ni?os para que nos los eduquen otros, que no tiene tiempo para ellos, que vive incomunicada para s¨ª misma y para los dem¨¢s y que ha normalizado sutiles formas de violencia como medio para lograr un fin.
Quiero terminar con unas palabras rescatadas de la carta que Diego, de 11 a?os les dej¨® a sus padres antes de suicidarse v¨ªctima de acoso escolar:
¡°Por favor, espero que alg¨²n d¨ªa pod¨¢is odiarme un poquito menos¡±.
mamasypapas@elpais.es
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