Las mujeres que est¨¢n salvando una de las ¨²ltimas reservas v¨ªrgenes del mundo
El parque natural de Karukinka, en Chile, contiene uno de los mayores bosques del extremo sur de la Tierra
![Nu?o Dom¨ªnguez](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F9dbc3f39-e6af-419d-8731-911cbacd8d76.jpg?auth=1fcdc0b04d2aa8c70c82cd8c026ba4236931a0777de631c8a3dc8bdc2ab99a72&width=100&height=100&smart=true)
![Colonia de albatros de ceja negra en Karukinka (Chile)](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/JR4KY3O5M3U7RRP4NDXF7EYQXA.jpg?auth=f69ab4a0a2fe6f364306c6f9ce95e581ece12c7ccab7e2bdc349350587d86c43&width=414)
B¨¢rbara Saavedra representa a uno de los mayores terratenientes de Chile y, desde luego, el m¨¢s at¨ªpico. Esta ec¨®loga de 50 a?os es una de las responsables de Karukinka, una enorme extensi¨®n de bosque y llanura patag¨®nica en el extremo sur del pa¨ªs. La organizaci¨®n a la que representa, la Wildlife Conservation Society (WCS), es la propietaria de las casi 300.000 hect¨¢reas de este parque natural, la mayor parcela privada de la pen¨ªnsula de Tierra del Fuego, donde un reducido equipo de profesionales con recursos limitados se afana por proteger uno de los mayores bosques australes del planeta.
En los 90, Trillium, una compa?¨ªa maderera de EE UU, compr¨® estas tierras para talar parte de sus bosques de lengas, el haya del sur. La empresa quebr¨® y la enorme finca qued¨® en manos de Goldman Sachs. En 2004, los ejecutivos del poderoso banco de Wall Street le cedieron todas las tierras a WCS, una ONG con sede en EE UU que gestiona proyectos de conservaci¨®n en 60 pa¨ªses. Fue la mayor cesi¨®n de tierra privada para conservaci¨®n de la naturaleza en todo el mundo. A parte de sacar pecho con una clara apuesta por el medio ambiente, el banco ganaba una cuantiosa rebaja fiscal en EE UU, seg¨²n reconoci¨® uno de sus ejecutivos a The New York Times.
En la actualidad Karukinka es uno de los mayores exponentes de un fen¨®meno creciente en Chile: enormes reservas naturales que son propiedad de mecenas extranjeros que quieren preservarlas y que incluyen los parques de Pumal¨ªn (277.00 hect¨¢reas) y Yendegaia (40.000 hect¨¢reas). Ambos fueron comprados por Douglas Tompkins, el fundador de North Face que muri¨® en diciembre de 2015 mientras hac¨ªa kayak en la Patagonia chilena.
¡°La p¨¦rdida de biodiversidad a nivel mundial es el mayor problema medioambiental que afrontamos, pero no es ni de lejos tan conocido como otros¡±, explic¨® Saavedra durante una visita a Karukinka organizada por WCS e Imagen de Chile a la que fue invitado este diario. ¡°Este parque es uno de los ¨²ltimos ecosistemas intactos que quedan en el planeta, aunque va camino de dejar de serlo, en parte por la presencia de especies invasoras¡±, se?al¨® la ec¨®loga, directora de WCS en Chile.
Erradicar al castor
Karukinka es uno de los epicentros de la lucha contra el castor, una especie introducida en la Patagonia argentina en 1946 que, tras d¨¦cadas de vida sin depredadores, se ha multiplicado de forma incontrolada. Los responsables de Karukinka estiman que puede haber unos 200.000 animales. Su impacto en el parque es patente: r¨ªos desviados por las presas que construyen los roedores, terrenos anegados y grandes extensiones de ¨¢rboles muertos. En Karukinka se va a comenzar a implementar un proyecto piloto de erradicaci¨®n dotado con dos millones de d¨®lares en el marco de un acuerdo entre Chile y Argentina para deshacerse de la plaga.
Karukinka est¨¢, casi literalmente, en el fin del mundo, sin servicio de transporte p¨²blico o privado que llegue hasta su entrada. Situado en el sur de la Pen¨ªnsula de Tierra del Fuego, el ej¨¦rcito chileno sigue construyendo la primera carretera que tiene previsto adentrarse en el extremo sur del pa¨ªs hasta alcanzar el canal Beagle. Melissa Carmody es la coordinadora del parque, que vigilan ocho guardas y que ni siquiera tienen un veh¨ªculo fijo para controlar una extensi¨®n de bosques, llanuras y turberas unas 50 veces m¨¢s grande que Manhattan. ¡°Chile es uno de los pa¨ªses que menos fondos invierten en conservaci¨®n de todo el mundo¡±, reconoce Carmody. A pesar de estar concebido inicialmente para la conservaci¨®n y de ser tan remoto, el parque est¨¢ abierto al p¨²blico y tiene decenas de kil¨®metros de rutas de senderismo y bicicleta. Apenas recibe unos pocos cientos de visitantes al a?o, parte de ellos cient¨ªficos que vienen a estudiar las m¨¢s de 100 especies que lo habitan.
¡°La gran mayor¨ªa de nuestros fondos son adquiridos por postulaci¨®n a ayudas del extranjero o peque?as donaciones¡±, explica Daniela Droguett, responsable de WCS en la provincia de Magallanes, vecina a Tierra del Fuego. ¡°El gobierno nos apoya en nuestros proyectos de conservaci¨®n, no necesariamente con dinero directo, pero s¨ª con apoyos en gesti¨®n o en llevar iniciativas en conjunto¡±, a?ade.
![Melissa Carmody junto a una de las pilas de madera de lenga que se talaron antes de la declaraci¨®n del parque natural de Karukinka, en Chile](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/4HZYFWBICCBGOPMYRSUVIV5UMM.jpg?auth=4d11104784ca79d6fd56e74413020f76336ef123cbdd52ff32ed1dbba6c9599d&width=414)
El parque y su entorno cercano es hogar de varias especies amenazadas. Ping¨¹inos rey, elefantes marinos y la ¨²nica colonia de albatros de ceja negra que habita tierra adentro y que est¨¢ amenazada por el vis¨®n, otras especie invasora. ¡°Antes de que abri¨¦semos hace seis a?os la gente se colaba para hacerse el bendito selfie con los animales, les pon¨ªan sus gafas de sol, los abrazaban e incluso se los llevaban¡±, explica Cecilia Dur¨¢n, jefa de operaci¨®n del Parque Ping¨¹ino Rey, otra iniciativa privada cercana a Karukinka. ¡°Ahora hay siempre una persona de guardia¡±, asegura, y se ha conseguido que la poblaci¨®n de unos 150 ejemplares de esta especie, la m¨¢s grande despu¨¦s del ping¨¹ino emperador, se haya asentado en la zona tras haber desaparecido en los 90.
Para garantizar la conservaci¨®n, las responsables de Karukinka quieren dar a conocer mejor su trabajo en el parque para evitar suspicacias. ¡°Hay gente a la que le molesta que las tierras no sean de Chile, sino de EE UU, que piensan que tenemos mucho dinero o que hay segundas intenciones¡±, reconoce Saavedra. La ec¨®loga conoci¨® Karukinka en 1995, cuando fue contratada como cient¨ªfica para analizar el ecosistema e intentar que la explotaci¨®n maderera fuese sostenible. Veinte a?os despu¨¦s capitanea el equipo encargado de salvar este entorno, con una importante presencia femenina. ¡°No he forzado que haya mujeres en el equipo, pero me importa, cuando eres consciente de la discriminaci¨®n en todos los ¨¢mbitos tienes que pelear contra ello¡±, asegura.
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