Treinta a?os de acercamiento

Hace treinta a?os Espa?a e Israel establecieron relaciones diplom¨¢ticas. De este modo, el Gobierno espa?ol ¡ªpresidido en 1986 por Felipe Gonz¨¢lez¡ª pon¨ªa fin a la pol¨ªtica franquista de no reconocer al Estado creado por mandato de Naciones Unidas en 1948. El dictador usaba recurrentemente la coletilla antisemita ¡°conspiraci¨®n judeo-mas¨®nica¡± para evocar fantasmag¨®ricas amenazas contra su r¨¦gimen. No es casualidad pues que Espa?a fuera el ¨²ltimo pa¨ªs occidental que reconoci¨® a Israel, y que no lo hiciera hasta que estuvo asentada la democracia, coincidiendo con la entrada en la Comunidad Europea.

A pesar de la normalizaci¨®n diplom¨¢tica, estas tres d¨¦cadas han registrado un preocupante aumento de actos de car¨¢cter antisemita en Espa?a denunciados en diversos informes. Es algo que hay que atajar, para lo cual el papel de la educaci¨®n desde las escuelas es fundamental. No estar¨ªa de m¨¢s que los diferentes sistemas educativos en Espa?a ¡ªal igual que se hace con otros colectivos que sufren discriminaci¨®n¡ª abordaran el antisemitismo y cuestiones hist¨®ricas de trascendencia como la expulsi¨®n de los jud¨ªos en 1492 y el Holocausto. Adem¨¢s, en demasiadas ocasiones, la cr¨ªtica a las pol¨ªticas de Israel cruza el umbral de la protesta leg¨ªtima en una democracia para desembocar en actitudes de car¨¢cter discriminatorio ¡ªque se extienden no solo a Israel y sus ciudadanos sino a miembros de la comunidad jud¨ªa espa?ola o a espa?oles simpatizantes de Israel¡ª absolutamente inaceptables.

En el lado positivo est¨¢ la aprobaci¨®n en 2015 de la ley de concesi¨®n de la ciudadan¨ªa espa?ola a los descendientes de los espa?oles sefard¨ªes expulsados en 1492. Se trata de la reparaci¨®n de una injusticia respecto a unos ciudadanos a los que nunca se debi¨® expulsar y la demostraci¨®n de que la democracia asume una actitud responsable ante los errores hist¨®ricos.