Saturnales
En Roma, a finales de diciembre, se celebraban ritos en honor del dios que gobernaba el ciclo agrario con banquetes, regalos, dulces y peque?as figuras de barro
Los primeros reyes de Roma eran labradores. De hecho marcaron con un arado tirado por bueyes el espacio donde se levant¨® la ciudad. Araban la tierra, sembraban el grano, despu¨¦s se sentaban en un trono de olivo y dictaban leyes. A finales de diciembre, terminada la sementera, los primeros romanos comenzaron a celebrar ritos en honor a Saturno, el dios que gobernaba el ciclo agrario. Si la semilla no muere y se pudre, no puede germinar. Con el tiempo se estableci¨® en Roma el culto de Mitra, el dios persa de la luz y la sabidur¨ªa, que hab¨ªa nacido de una virgen y que tambi¨¦n mor¨ªa y resucitaba. A este misterio de muerte y resurrecci¨®n estaban dedicadas las fiestas saturnales, que en Roma se celebraban con banquetes p¨²blicos e intercambio de regalos, dulces y peque?as figuras de barro, adquiridos en mercadillos montados en el foro, semejantes al que ha derribado en el Kudamm de Berl¨ªn ese infame terrorista con un cami¨®n de gran tonelaje. Durante las saturnales se subvert¨ªan las normas sociales. Los esclavos se sentaban a la mesa principal y eran servidos por sus amos. Juntos com¨ªan y beb¨ªan, cantaban y brindaban por la mutua felicidad, una ficci¨®n que ha llegado hasta nuestros d¨ªas bajo el falso deseo de paz y amor del esp¨ªritu navide?o. Esa ficci¨®n duraba, como hoy, solo unos d¨ªas. Los romanos cre¨ªan que los dioses lares constitu¨ªan el fundamento de la familia y a ellos les dedicaban el fuego sagrado que ard¨ªa de forma perenne en el lar y en torno a ese fuego se reun¨ªan por estas fechas los ni?os que llegaban a la vida y los viejos que se iban al m¨¢s all¨¢. Nada que no muera puede renacer, como el sol del solsticio y todas las semillas. Pero con el tiempo los romanos cayeron en la cuenta de que los verdaderos dioses lares eran los esclavos, puesto que sin ellos no hay felicidad, siempre que est¨¦n controlados.
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