B(it) + ?(tomo) + N(eurona) + G(en)= ?Bang!
Hip¨®tesis, realidades y ficciones cient¨ªficas en torno al aceler¨®n de la tecnolog¨ªa y el concepto de Singularidad
Si el Big Bang sirvi¨® para explicar el origen de todo, el Bang, a secas, va a definir el mayor salto de conocimiento de la humanidad. Tan solo poniendo unos saberes en contacto con otros. Bang es la conjunci¨®n de bits, ¨¢tomos, neuronas y genes y representa el potencial de las llamadas tecnolog¨ªas convergentes como la nanotecnolog¨ªa, la biotecnolog¨ªa, las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y la comunicaci¨®n (TIC) o las ciencias cognitivas, entre otras. Es dif¨ªcil saber a d¨®nde nos llevar¨¢ esta aceleraci¨®n o si se mantendr¨¢ en el tiempo. Hace tiempo que se debate cu¨¢ndo la tecnolog¨ªa superar¨¢ al ser humano y entraremos en la era de la Singularidad Tecnol¨®gica, otro big bang en ciernes. Instituciones como la Universidad de la Singularidad (patrocinada por Google y la Nasa, y con ramas en Espa?a) ya se preparan para la era hipertecnol¨®gica, en la que el ser humano puede ser superinteligente, superlongevo y superfeliz o bien desaparecer bajo la dictadura de m¨¢quinas dirigidas por la ilimitada Inteligencia Artificial. Este es un compendio de algunas ideas, debates y proyecciones sobre el vertiginoso progreso tecnol¨®gico.
La uni¨®n hace la fuerza (tecnol¨®gica)
La convergencia tecnol¨®gica. Uno de los ejemplos m¨¢s celebrados de este desarrollo multidisciplinar son los nanorobots que, inyectados en el flujo sangu¨ªneo, pueden llegar a combatir tumores cancer¨ªgenos, un ejemplo de c¨®mo la nanotecnolog¨ªa y la biolog¨ªa confluyen dando lugar a resultados no imaginados antes. ¡°Estas tecnolog¨ªas surgen cuando se pasa el tiempo en el que la f¨ªsica, la qu¨ªmica y la biolog¨ªa funcionaban por separado y empiezan a ir juntas. Esa uni¨®n es posible gracias a la nanotecnolog¨ªa, ya que todas aquellas ciencias est¨¢n trabajando en el ¨¢mbito de lo muy peque?o¡±, dice Jordi Aguil¨®, catedr¨¢tico de Arquitectura y Tecnolog¨ªa de Computadoras de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona y director del programa de Bioingenier¨ªa en el Ciber-Bbn. ¡°Adem¨¢s, ayudan las herramientas de c¨¢lculo cada vez m¨¢s potentes¡±, remacha Aguil¨® que es, adem¨¢s, autor de varios estudios sobre tecnolog¨ªas convergentes.
En 2002 la Fundaci¨®n Nacional para la Ciencia estadounidense (NSF por sus siglas en ingl¨¦s) observaba en su estudio Converging technologies for improving human perfomance (Tecnolog¨ªas convergentes para mejorar la actuaci¨®n humana) la combinaci¨®n de disciplinas como la nanotecnolog¨ªa, la biotecnolog¨ªa, las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y la comunicaci¨®n (TIC) o las ciencias cognitivas. Dos a?os m¨¢s tarde, en Converging Technologies. Shaping the future of european societies (Tecnolog¨ªas convergentes. Dando forma al futuro de las sociedades europeas), la Comisi¨®n Europea incid¨ªa en el mismo fen¨®meno. ¡°Si estas diferentes tecnolog¨ªas han creado por s¨ª solas oportunidades y, a la vez, pol¨¦mica, la creciente convergencia de estas disciplinas en el futuro se espera que produzca nuevos avances tecnol¨®gicos que impondr¨¢n retos no s¨®lo a los investigadores, sino tambi¨¦n a los responsables pol¨ªticos y la sociedad en su conjunto¡±, informa la Comisi¨®n.
A este entramado multidisciplinar se le ha bautizado con diferentes acr¨®nimos: NBIC (de nano, bio, info y cogno) y el llamativo BANG (de bit, ¨¢tomo, neurona y gen). ¡°Hay que hacer notar que la convergencia no significa superponer diferentes tecnolog¨ªas que se vayan alcanzando, sino pensar ese avance como un todo¡±, dice Aguil¨®, ¡°por eso son comunes los equipos multidisciplinares¡±. En su propia actividad el investigador aplica estas tecnolog¨ªas a des¨®rdenes mentales como, por ejemplo, c¨®mo medir objetivamente el estr¨¦s o la depresi¨®n, o comprender el alzh¨¦imer).
¡°Hoy vemos absurdo conectar una cafetera a Internet, pero dentro de diez a?os puede que nos preguntemos c¨®mo pod¨ªamos vivir sin eso Javier Hidalgo, Fundaci¨®n La Caixa
Se pueden mover objetos con la mente, sin magia ni poderes sobrenaturales. El fen¨®meno se puede ver en Tecnorrevoluci¨®n, la exposici¨®n producida por la Obra Social La Caixa (ahora est¨¢ en Zaragoza, a partir de marzo se podr¨¢ ver en Valencia y luego en Sevilla) que explica de forma did¨¢ctica la convergencia tecnol¨®gica y algunas de sus aplicaciones. ¡°Estas ciencias trabajan de manera colaborativa y entran en un estado de avance sin precedentes¡±, dice Javier Hidalgo, responsable de divulgaci¨®n y exposiciones de la Fundaci¨®n La Caixa. La tecnolog¨ªa Mindball es la que permite mover cosas como por telequinesis: detecta la ondas cerebrales y, si uno se concentra lo suficiente, puede mover una peque?a bola. Los ejemplos de esta colaboraci¨®n interdisciplinar tambi¨¦n se ven en la vida cotidiana: aspiradoras aut¨®nomas, cosm¨¦tica con nanopart¨ªculas, aplicaciones biotecnol¨®gicas en la industria alimentaria o continuos avances en el ¨¢mbito de la informaci¨®n y la comunicaci¨®n. El futuro es dif¨ªcil de predecir. ¡°A d¨ªa de hoy vemos absurdo conectar una cafetera a Internet, pero dentro de diez a?os puede que nos preguntemos c¨®mo pod¨ªamos haber vivido sin eso antes¡±, opina Hidalgo.
Que viene la Singularidad
Gordon E. Moore, cofundador de Intel, fue una de las primeras personas que repar¨® en la forma en la que la tecnolog¨ªa evoluciona y formul¨® una pauta para explicarla. Seg¨²n una ley emp¨ªrica conocida como Ley de Moore, propuesta en 1965, el n¨²mero de transistores en un microprocesador se duplica aproximadamente cada dos a?os, es decir, la capacidad de computaci¨®n crece de forma exponencial. Adem¨¢s de m¨¢s potente, la tecnolog¨ªa es cada vez m¨¢s barata. Desde entonces, su predicci¨®n se viene cumpliendo con cierta exactitud y mide el aceler¨®n tecnol¨®gico en el que vivimos inmersos, donde el silicio coloniza todos los ¨¢mbitos de la existencia.
M¨¢s all¨¢ de todo esto, el pol¨¦mico concepto de Singularidad Tecnol¨®gica (ST), defendido principalmente por el ingeniero de Google Ray Kurzweil, trata de predecir hacia donde converge este desarrollo tecnol¨®gico. Kurzweil defiende una Ley de los Rendimientos Acelerados, que viene a ser una generalizaci¨®n de la Ley de Moore a todas las tecnolog¨ªas (Moore solo hablaba de circuitos integrados). En virtud de esta ley, la constante aceleraci¨®n de la potencia tecnol¨®gica y la integraci¨®n de las diferentes ramas llevar¨¢n a un punto de ruptura en la historia de la humanidad, cuando la inteligencia artificial supere a la humana. Kurzweil estima que eso ocurrir¨¢ no demasiado tarde: en el a?o 2045.
Es imposible predecir qu¨¦ ocurrir¨¢ despu¨¦s de la Singularidad Tecnol¨®gica, aunque se abre un interesante abanico de posibilidades. El movimiento transhumanista, por ejemplo, celebra la aceleraci¨®n tecnol¨®gica y el acercamiento de la Singularidad como un modo de mejorar las capacidades humanas, acabar con la enfermedad y alargar la vida ostensiblemente. ¡°Usada sabiamente, la tecnolog¨ªa puede propiciar un futuro de superinteligencia, superlongevidad y superfelicidad¡±, dice el fundador de la organizaci¨®n transhumanista Humanity Plus, David Pearce. La evoluci¨®n humana habr¨¢ acabado y comenzar¨¢ la poshumanidad. Quiz¨¢s seremos ciborgs o, qui¨¦n sabe, tal vez el ser humano podr¨¢ convertirse en conciencia pura y vivir en una unidad USB. Las m¨¢quinas inteligentes podr¨ªan autorreplicarse, ser conscientes y suponer el siguiente paso evolutivo. Parece ciencia ficci¨®n, pero son hip¨®tesis que los futuristas consideran plausibles.
Aqu¨ª y ahora ya se trabaja, especulaciones futuristas aparte, en el aprovechamiento de estas exponencialidades tecnol¨®gicas; es el caso de Singularity University (SU, la Universidad de la Singularidad), sita en Silicon Valley. No se trata de una universidad oficial, ni se ocupa en estudiar el concepto de Singularidad. Se trata de una instituci¨®n acad¨¦mica, patrocinada por empresas como Google o Nasa, y dirigida por Kurzweil, cuyo fin es ¡°preparar a la humanidad para el acelerado cambio tecnol¨®gico¡±, seg¨²n reza su lema.
¡°Su misi¨®n declarada es formar a l¨ªderes que apliquen las tecnolog¨ªas exponenciales para afrontar los retos a los que se enfrenta la humanidad, con un claro enfoque econ¨®mico y empresarial¡±, explica Luis Rey, director del cap¨ªtulo de Sevilla, pionero en Espa?a, de este organismo. Ya existen unas 50 subsedes de la SU por todo el planeta. En Espa?a, adem¨¢s, se encuentran en Madrid, Barcelona Bilbao, y todas se dedican a divulgar esta ideas. Cada a?o viajan a California un grupo emprendedores, l¨ªderes e investigadores de todo el orbe, cuidadosamente seleccionados, para desarrollar sus proyectos. ¡°La idea es que cada proyecto mejore la vida de mil millones de personas en diez a?os¡±, afirma Rey.
Pel¨ªculas como Her o series como Westworld o Black Mirror dibujan posibles futuros dist¨®picos
¡°Seg¨²n la idea de Singularidad, en 2025 un ordenador tendr¨¢ la capacidad de c¨¢lculo de un cerebro y en 2045 la de toda la humanidad. Ser¨¢ el momento en el que la naturaleza biol¨®gica y tecnol¨®gica ser¨¢n indistinguibles¡±, dice Rey. Como ejemplo de esta convergencia entre biolog¨ªa y tecnolog¨ªa, Rey pone el ejemplo de la primera c¨¦lula con genoma artificial, creada por Craig Venter, gur¨² de la biolog¨ªa sint¨¦tica, en 2010. Su genoma hab¨ªa sido totalmente creado en un laboratorio. En el camino hacia nuevos estadios de la humanidad est¨¢n otros hitos como la inteligencia artificial Watson, de IBM, que responde preguntas en lenguaje natural y derrota a humanos en concursos televisivos de preguntas y respuestas, el m¨¦todo de edici¨®n gen¨¦tica CRISPR, que puede modificar el ADN de forma f¨¢cil y barata previniendo as¨ª enfermedades o permitiendo dise?ar caracter¨ªsticas corporales, o, sin ir m¨¢s lejos, los chips subcut¨¢neos o wearables como las Google Glasses que pueden mejorar el rendimiento de nuestro cuerpo (de alguna manera, los smartphones ya son casi una parte m¨¢s, tecnol¨®gica, de nuestro organismo). El cine echa el ojo al futuro, como en la pel¨ªcula Her, de Spike Jonze, donde existen inteligencias artificiales de las que los humanos pueden enamorarse, o en el mundo de la popular serie Westworld, ideado por el fallecido Michael Crichton (autor de Parque Jur¨¢sico y pionero del tecno thriller), donde los androides son casi indistinguibles de las personas de carne y hueso. Para todo tipo de vertientes dist¨®picas, los episodios de Black Mirror.
Distop¨ªas singulares
¡°En todo lo relacionado con la interfase biof¨ªsica, piel, ojos, nariz, miembros, no hay problema: es posible la conexi¨®n de la tecnolog¨ªa con el organismo¡±, explica Ulises Cort¨¦s, investigador en Inteligencia Artificial de la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a, ¡°sin embargo, integrar memoria con memoria, por ejemplo, guardar la organizaci¨®n mental en un microchip, es todav¨ªa ciencia ficci¨®n¡±.
Entre los cr¨ªticos a la idea de Singularidad se encuentran voces como la de Paul Allen, cofundador de Microsoft, que en su art¨ªculo La singularidad no est¨¢ cerca, expone que, si esta efectivamente se produce, a¨²n queda mucho tiempo para que suceda. Seg¨²n Allen, para llegar a esos niveles necesitar¨ªamos un conocimiento del funcionamiento del cerebro que a¨²n no poseemos, o crear un nuevo tipo de cerebro de la nada. Lo llama el ¡°freno de la complejidad¡±. El propio Gordon E. Moore (creador de la Ley de Moore) contempla que su ley deje de funcionar entre 2017 y 2022, y el desarrollo tecnol¨®gico se vaya frenando. Por otro lado, los fil¨®sofos futuristas Vicent C. M¨¹ller y Nick Bostrom realizaron en 2013 una encuesta entre expertos en Inteligencia Artificial que arroj¨® que hay una probabilidad del 50% de desarrollar una superinteligencia artificial en los a?os 40 de este siglo, que sube a 90% si consideramos el a?o 2075.
Existen otras objeciones: ¡°Si la Singularidad realmente ocurre podr¨ªa darse una sociedad dividida en la que solo los m¨¢s ricos pudieran acceder a los avances tecnol¨®gicos y mejorar su cuerpo¡±, explica Jos¨¦ Ram¨®n V¨¢zquez, doctor en Ciencias F¨ªsicas por la Universidad Complutense de Madrid y escritor de ciencia ficci¨®n, en un ejemplo que puede recordar a la pel¨ªcula Elysium, de Neil Blomkamp, que describe un futuro tecnol¨®gico en el que los poderosos se independizan de la Tierra en un sat¨¦lite artificial. ¡°Lo dec¨ªa el escritor William Gibson: el futuro ya est¨¢ aqu¨ª, solo que desigualmente distribuido. Muchos piensan en estos grandes avances tecnol¨®gicos de forma ut¨®pica pero tenemos que tener en cuenta que, por el momento, lo que ya vemos es que pueden acabar con los puestos de trabajo¡±.
Hay quien reivindica posturas humanistas frente a un posible futuro de posthumanidad. ¡°Nos est¨¢n anunciando que nuestra especie est¨¢ a punto de evolucionar artificialmente y convertirse en algo diferente de lo que era. Ante eso nosotros proponemos una visi¨®n humanista avanzada, porque lo que nos estamos jugando es un cambio radical en la esencia del ser humano¡±, dice Albert Cortina, abogado y urbanista, coautor, junto con Miquel-?ngel Serra de la trilog¨ªa de libros ?Humanos o posthumanos? (Fragmenta), Humanidad infinita (Eiunsa) y Singulares (Eiunsa). Cree que, simult¨¢neamente al salto tecnol¨®gico, habr¨ªa que ahondar en los aspectos fundamentales de la esencia humana, como la conciencia o los potenciales humanos a¨²n no explorados. ¡°Apostamos por una Singularidad Humana¡±, dice Cortina, ¡°existen varios panoramas de futuro, pero si no tenemos en cuenta ciertos principios y valores, uno de esos escenarios puede ser el de una humanidad robotizada, alienada, completamente manipulable y sometida por la tecnolog¨ªa. Creemos que en esta etapa evolutiva, las humanidades deber¨ªan coliderar el progreso cient¨ªfico y tecnol¨®gico¡±.
El c¨¦lebre f¨ªsico Stephen Hawking, que ya ha utilizado de hecho ampliamente la tecnolog¨ªa para mejorar su condici¨®n corporal, tambi¨¦n alert¨® en 2014 sobre los peligros de un desarrollo exagerado de la Inteligencia Artificial: ¡°Una versi¨®n m¨¢s elaborada de la IA podr¨ªa decidir redise?arse por cuenta propia e incluso llegar a un nivel superior. El desarrollo de una completa IA podr¨ªa traducirse en el fin de la raza humana¡±.
¡°Es normal que aparezcan voces discrepantes dado los cambios tan radicales que esta hip¨®tesis conlleva¡±, concluye Luis Rey, ¡°tal vez no estemos preparados para asumir esa perspectiva, pero la iremos integrando en nuestra vida cotidiana. Cuando empez¨® el ferrocarril hab¨ªa quien dec¨ªa que aquellas velocidades eran incompatibles con la vida humana¡±.
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