Desvelos
A Christine Lagarde le han precedido verdaderos rufianes, tendr¨¢ que esforzarse para estar a la altura
Si hoy es martes, viven ustedes en un pa¨ªs en el que el empresario responsable del fraude de venta masiva de entradas para una fiesta de Halloween que le cost¨® la vida a cinco chicas, montar¨¢ una macrofiesta de Fin de A?o. Porque la inhabilitaci¨®n y el destierro se reservan ac¨¢ para los Unamunos. Y ha dimitido el empresario que, envalentonado por el alcohol y amparado en la manada de directivos, le propin¨® una humillante simulaci¨®n de beso a la pol¨ªtica andaluza Teresa Rodr¨ªguez. Ojal¨¢ que ninguna empleada con menos eco social haya tenido que tragar con bromitas semejantes del patr¨®n. Pero quiz¨¢ el m¨¢s tremendo agravio nos lo acaban de propinar los tribunales franceses con la condena a Christine Lagarde. Ya puede lucir la directora del FMI un lampar¨®n en su curr¨ªculum. En su cargo le han precedido verdaderos rufianes, tendr¨¢ que esforzarse para estar a la altura.
El tes¨®n de los tribunales franceses para perseguir un perjuicio al Estado ha sido definitivo para concluir el asunto que afectaba a Lagarde. Al parecer, no fue lo suficientemente vigilante para recurrir y evitar que el Estado tuviera que indemnizar al empresario Tapie con 400 millones de euros por da?os morales, en lo que se considera una negligencia grave para una ministra de Finanzas. Los espa?oles se habr¨¢n quedado patidifusos si se paran a compararlo con tres casos recientes en nuestra jurisdicci¨®n. La indemnizaci¨®n por el fallido almac¨¦n energ¨¦tico del proyecto Castor, la sospechosa compra por una hundida Telemadrid de los derechos televisivos del Atl¨¦tico y el Getafe y el rescate de las autopistas de peaje quebradas. Nadie discute la aparente legalidad de los contratos ni importa demasiado el nombre con que se bautiza a las maniobras, pero en la ventanilla de pago se respira una certeza, que los gestores estatales no velaban por los intereses econ¨®micos del pa¨ªs, sino m¨¢s bien lo contrario.
El rescate de las autopistas ha proporcionado al peque?o empresario espa?ol un manual de c¨®mo se firma un contrato con el Estado. Corran, corran a ver si consiguen condiciones iguales. Si la cosa sale bien te llevas los beneficios y si sale mal, que se lo coman los contribuyentes. A Christine Lagarde le hubiera encantado ser ministra de Finanzas en Espa?a, pero ha tenido la mala suerte de serlo en Francia. Entre nosotros la impunidad es un atributo que solo podr¨ªa frenarse si los que tienen que velar por que no queden sin castigo los da?os a las cuentas del Estado se arremangan y se enfrentan a un poder pol¨ªtico omn¨ªmodo, que lo abraza y comprende todo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.