Biopsia
Las voces saben lo que dicen. Mi sacrificio hab¨ªa tenido su recompensa
Nos hall¨¢bamos 10 o 12 personas alrededor de la mesa de novedades de una librer¨ªa, cuando son¨® un m¨®vil y todo el mundo se ech¨® las manos al bolsillo, como si el primero en desenfundar lograra hacerse con la llamada, que finalmente era para un joven que tras observar la pantalla con expresi¨®n de hast¨ªo resolvi¨® no atenderla. Termin¨¦ de hojear los libros, pero una voz interior me orden¨® que no me moviera hasta que sonara otro m¨®vil cuya llamada fuera atendida por su due?o. En caso contrario, ocurrir¨ªa una desgracia. Como no sonaba ninguno, empec¨¦ a leer pacientemente los textos de las contraportadas. Hab¨ªa despachado dos o tres, que me parecieron escritos por la misma pluma, cuando son¨® otro m¨®vil, en esta ocasi¨®n el m¨ªo, por lo que dud¨¦ si la llamada me liberaba o no de la condena. Decid¨ª que no, por precauci¨®n, y segu¨ª dando vueltas a la mesa de novedades, picoteando ahora unas p¨¢ginas de una novela, otras de otra, tambi¨¦n muy parecidas entre s¨ª.
Cada vez que obedeciendo a un impulso de la raz¨®n me alejaba un poco de la mesa, notaba en el pecho un nudo de angustia que me obligaba a regresar. Al rato, se acerc¨® un empleado a preguntarme si buscaba algo. Le dije que s¨ª, que una frase. El hombre, al ver mi expresi¨®n de p¨¢nico, se retir¨® prudentemente, pero continu¨® observ¨¢ndome desde la caja. Pas¨® un cuarto de hora eterno hasta que por fin son¨® el tel¨¦fono de una mujer de unos 40 a?os que se encontraba a mi lado. Lo descolg¨®, escuch¨®, solt¨® un suspiro de alivio y colg¨®. Luego se volvi¨® hacia m¨ª, sin duda porque era la persona que ten¨ªa m¨¢s cerca, y me dijo que acababan de darle los resultados de la biopsia y que el tumor era benigno. Las voces saben lo que dicen. Mi sacrificio hab¨ªa tenido su recompensa.
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