El punto final

Qu¨¦ mujer.

Para la mayor¨ªa del p¨²blico, el m¨¢ximo logro de Carrie Fisher fue encarnar a la princesa Leia de Star Wars, y despu¨¦s de eso, la pobre fue devorada por el olvido y el fracaso. Obviamente, confundimos "famoso" con "exitoso". El fallecimiento de la actriz ha descubierto a una de las personalidades m¨¢s fascinantes de Hollywood. Mientras no luchaba contra Darth Vader, hizo una carrera inteligente, divertida, y sobre todo, valiente.

Es posible constatarlo en sus memorias y espect¨¢culos c¨®micos, como Wishful Drinking, disponible en HBO en espa?ol, donde Fisher se r¨ªe de su famoso personaje, y de paso, de sus adicciones a todo tipo de sustancias, de sus divorcios y de su trastorno bipolar: ("ahora recibo todo tipo de premios por ser una enferma mental. Por lo visto, soy buena en esto. Es un honor"). Supo usar el humor y la creatividad para enfrentar sus propias dificultades. Y ser honesta en un mundo en que todo el mundo intenta parece un perpetuo comercial de dent¨ªfrico.

Qu¨¦ contraste con otro de los muertos ilustres de las ¨²ltimas semanas. George Michael s¨ª parec¨ªa una estrella total: cien millones de discos vendidos y canciones grabadas en la piel de dos generaciones hac¨ªan ver que el cantante de Faith lo ten¨ªa todo. Pero todo no era suficiente. Su muerte puso los focos sobre las adicciones, cl¨ªnicas de rehabilitaci¨®n y depresiones que lo acompa?aban al bajar del escenario, hasta la espiral final.

La invisible, la "fracasada" Fisher, supo vencer a sus propios demonios. El triunfador George Michael muri¨® incapaz de luchar siquiera con el sobrepeso. Como en las novelas, en la vida no sabemos el sentido de una historia, hasta el punto final.