Controlar el ciberespacio
Internet ha pasado del mito del de la neutralidad a las relaciones de poder
Bajo las grandes convulsiones que fueron el Brexity la elecci¨®n de Donald Trump, asoma la revoluci¨®n digital, que ha cambiado de naturaleza. Antes, las sacudidas eran sobre todo econ¨®micas y afectaban a las cadenas de valor y la jerarqu¨ªa empresarial. Ahora son pol¨ªticas y estrat¨¦gicas, tanto los populismos impulsados por la desestabilizaci¨®n de las clases medias y las redes sociales como el hecho de que la doctrina del cambio de r¨¦gimen se vuelva en contra de las democracias.
La revoluci¨®n digital se caracteriza por su velocidad de propagaci¨®n y transformaci¨®n. La m¨¢quina de vapor tard¨® 160 a?os en generalizarse, pero ha bastado un decenio para que tuvieran acceso a internet 4.500 millones de personas. La producci¨®n y la distribuci¨®n y, por tanto, la estrategia de las empresas, se centran en el control de los datos, y evolucionan en paralelo a las plataformas de servicios, que tienen el monopolio del valor. Como consecuencia, el empleo en los pa¨ªses desarrollados depende mucho m¨¢s de la robotizaci¨®n que de la competencia de los pa¨ªses emergentes.
La inteligencia artificial trastoca todos los campos del saber y de actividad, y plantea enormes problemas ¨¦ticos al situar al ser humano como manipulador de su propia naturaleza. La web est¨¢ revelando su cara oscura. El volumen de negocios de la ciberdelincuencia alcanza ya unos 450.000 millones de d¨®lares anuales. Y la guerra cibern¨¦tica es un arma asim¨¦trica de temible eficacia en manos de China y Rusia y las potencias que se oponen al orden internacional ¡ªIr¨¢n o Corea del Norte¡ª, pero tambi¨¦n de los yihadistas. El terrorismo isl¨¢mico es un camale¨®n cuya pr¨®xima mutaci¨®n ser¨¢ en forma de una red social en las sociedades avanzadas.
El volumen de negocios de la ciberdelincuencia alcanza ya unos 450.000 millones de d¨®lares anuales
Pensemos adem¨¢s en dos hechos recientes: el recurso de los partidos populistas a las redes sociales para desestabilizar las democracias y la intromisi¨®n rusa en la web del Partido Dem¨®crata estadounidense, que influy¨® en el resultado electoral. De ah¨ª la rebeli¨®n de los Estados y los ciudadanos contra el mundo cibern¨¦tico. Se multiplican los movimientos sociales contra las plataformas que acaparan valor econ¨®mico en detrimento de los productores de bienes y servicios.
Los Estados, los gobiernos locales e incluso la UE, con los correctivos impuestos a Apple y Amazon, luchan contra la evasi¨®n estructural de la econom¨ªa digital y tratan de someter a sus due?os al principio de territorialidad fiscal. A los ciudadanos les preocupan las amenazas contra su identidad digital, la p¨¦rdida de control y la explotaci¨®n abusiva de sus datos. Sin instituciones ni reglas, el mundo cibern¨¦tico est¨¢ pasando del mito libertario de la autorregulaci¨®n, la neutralidad y el intercambio altruista a la balcanizaci¨®n y la relaci¨®n de fuerzas. La red se configura en sistemas regionales o estatales que se superponen, con el consiguiente peligro para la infraestructura mundial y los servidores que garantizan su funcionamiento. Conviven bloques normativos heterog¨¦neos: Estados Unidos defiende el oligopolio de GAFA (Google, Apple, Facebook y Amazon), China y Rusia, el control del Estado, y Europa, la libertad de sus ciudadanos mediante el Escudo de Privacidad aprobado en 2016.
Internet se ha convertido en un reto para la seguridad y la soberan¨ªa
Internet se ha convertido en un reto para la seguridad y la soberan¨ªa y va a determinar la capacidad de las democracias para superar la crisis que viven. Las estrategias deben ser globales. En el plano tecnol¨®gico, hay que favorecer la inversi¨®n y la innovaci¨®n, sin limitarse a los servicios y evitando dejar el monopolio de la infraestructura de la red en manos de Estados Unidos y China. En el plano econ¨®mico y social, la prioridad debe ser un desarrollo integrador que incluya un amplio esfuerzo de formaci¨®n durante toda la vida. En lo jur¨ªdico, hay que apartar la red de la tutela estadounidense para confiarla a un organismo mundial, como se hizo con ICANN (el organismo que asigna direcciones IP) y con la energ¨ªa nuclear en los a?os cincuenta. Por ¨²ltimo, hay que hacer grandes inversiones en seguridad digital, como est¨¢ haciendo Francia.
El mundo cibern¨¦tico, como toda tecnolog¨ªa, no es bueno ni malo. Depende de c¨®mo se use. Internet es al mismo tiempo un bien com¨²n de la humanidad y un nuevo espacio de confrontaci¨®n. La revoluci¨®n digital puede dinamizar el crecimiento, impulsar el progreso social, fortalecer la democracia y contribuir a la paz, o aumentar las desigualdades, propagar la violencia y amenazar las libertades. No puede sustituir a la pol¨ªtica ni a los seres humanos, que son los que deben recuperar el control en la ¨¦poca de los datos.
Nicolas Baverez es historiador.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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