Toda la vida es ahora
A?O NUEVO, misma ambici¨®n. Pero con el tiempo, sucede que a veces las ganas de triunfar decaen. Todos tenemos en mente a equipos que, hartos del ¨¦xito, ven c¨®mo la chispa se apaga dando paso a la comodidad, mientras sus mayores competidores trabajan al m¨¢ximo para llegar donde est¨¢n ellos. Una vez que alcanzas el objetivo de ganar t¨ªtulos y reconocimientos, hay algo que se va escapando. El viaje fue bonito mientras dur¨®, pero, llegados al destino, cuesta m¨¢s pelear por algo que ya se ha conseguido. Pero tambi¨¦n tenemos en mente a equipos o deportistas que nunca se conformaron. Adem¨¢s de ganar, hicieron historia, demostrando as¨ª que la disciplina y el deseo de seguir creciendo siguen presentes. Ya escrib¨ª en esta misma columna sobre la gesti¨®n del fracaso. Pero la del ¨¦xito, por extra?o o incongruente que les parezca, tambi¨¦n tiene importancia.
Perder o ganar es complicado, pero tampoco es f¨¢cil el momento de decir adi¨®s. Se han visto casos de deportistas que decidieron poner punto final a su carrera tras una gran victoria, a pesar de seguir siendo j¨®venes y de tener una gran proyecci¨®n. Como si todo lo que viniera despu¨¦s fuera una versi¨®n adulterada del ¨¦xito y que lo mejor ser¨ªa dejarlo. Una retirada a tiempo es una victoria, dijo Napole¨®n. Pero tambi¨¦n hay quienes en el ocaso de sus carreras deciden prolongarlas en lugares m¨¢s apetecibles, menos competitivos e igual o mejor remunerados.
¡°Ser fiel a uno mismo, sin olvidar nunca tus ra¨ªces y sin dejar que el ¨¦xito te aleje de lo que realmente es importante¡±.
El verano pasado, quiz¨¢ porque se trataba probablemente de mi ¨²ltima cita en los Juegos Ol¨ªmpicos, la prensa y los aficionados me hicieron muchas preguntas sobre si esa ser¨ªa mi ¨²ltima participaci¨®n con la selecci¨®n. Una cuesti¨®n quiz¨¢ alentada por la retirada ol¨ªmpica de dos grandes del baloncesto, Manu Gin¨®bili y Tony Parker, que anunciaban su emotiva decisi¨®n despu¨¦s de tant¨ªsimos a?os de compromiso con sus respectivos equipos nacionales. Lo ¨²nico que yo ten¨ªa en mente era ayudar a mi equipo a ganar una nueva medalla. Una vez m¨¢s, nos sobrepusimos a la adversidad y pudimos conseguir el objetivo. Unas semanas antes del comienzo de los Juegos de R¨ªo, firm¨¦ por uno de los mejores equipos de la Liga estadounidense, los Spurs de San Antonio, considerado a?o tras a?o como uno de los aspirantes al disputado trofeo de la NBA. Mi elecci¨®n pudo ser completamente diferente: m¨¢s ex¨®tica, menos competitiva y mejor remunerada. Sin embargo, lo que me motiv¨® fue la ambici¨®n y la ilusi¨®n de vivir una nueva etapa de m¨¢xima exigencia profesional.
Os aseguro que no he venido a San Antonio con el ¨²nico fin de disfrutar del sol texano. Los Spurs son un modelo de equipo que goza del prestigio de toda la Liga. Aqu¨ª no vale meterse en los playoffs de cualquier manera, ni entrenar a medias, ni dejarse llevar. Afortunadamente, esto se corresponde con mi filosof¨ªa. Ahora que comienza 2017, mi prop¨®sito deportivo no puede ser otro que el anillo de campe¨®n de la NBA. ?Y despu¨¦s? Es evidente que un d¨ªa mi carrera como jugador de baloncesto se acabar¨¢. No hay nada dram¨¢tico en ello. Pero siempre me centro en el presente y en todo lo que puedo hacer para aprovechar el momento sin pensar en lo conseguido ni en lo que vendr¨¢. Hoy es siempre todav¨ªa. Toda la vida es ahora.
Hace un mes tuve la suerte de presenciar c¨®mo los Spurs homenajearon a Tim Duncan, uno de los jugadores a los que m¨¢s he admirado en mi carrera, al retirarle la m¨ªtica camiseta con el n¨²mero 21. Fue una sencilla y emotiva ceremonia. Todo un ejemplo de excelencia, pero siempre desde la humildad y el respeto. Una de las frases que m¨¢s significado tuvo para m¨ª fue la que pronunci¨® el entrenador Gregg Popovich en su discurso: ¡°Tim sigue siendo la misma persona hoy que la que conoc¨ª hace 19 a?os cuando le draftearon (es decir, cuando le seleccionaron en 1997) para formar parte del equipo¡±. Ser fiel a uno mismo, sin olvidar nunca tus ra¨ªces y sin dejar que el ¨¦xito te aleje de lo que realmente es importante. Esa es la clave.
A la vez que sigo viviendo la vor¨¢gine de la NBA, reflexiono sobre la vida que tendr¨¦ despu¨¦s, pero sin que esos planes futuros me distraigan o me desv¨ªen de mi actual objetivo. Ya llegar¨¢n nuevos compromisos, retos e ilusiones que no cabr¨¢n en los cuatro cuartos que dura un partido, pero a los que, estoy seguro, dedicar¨¦ todo mi esfuerzo y mi ambici¨®n.
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