Conviene ensanchar la brecha
A USTEDES no les dir¨¢ nada esta cara. Y es que no es una cara, es una jeta. Se llama Andrea Schaech?ter, trabaja para el FMI y un buen d¨ªa, mientras juzgaban a Christine Lagarde, su jefa, en Francia, por pr¨¢cticas dudosas, dio una rueda de prensa en Espa?a, junto a su portavoz, para decirnos, sin cortarse un pelo, c¨®mo deb¨ªamos administrarnos. De entrada, nos felicit¨® por las reformas llevadas a cabo que han hecho m¨¢s pobres a los que ya pasaban necesidades y m¨¢s ricos a quienes nadaban en la abundancia. Dijo que todo eso estaba muy bien, pero que no bastaba, miren ustedes, no es suficiente si quieren tenernos contentos. A¨²n queda d¨®nde apretar: en el IVA reducido, por ejemplo, que viene aplic¨¢ndose a los productos de primera necesidad, relacionados, entre otros, con el sector de la alimentaci¨®n. Pero eso no alcanzar¨ªa para aumentar la brecha entre los millonarios y los pobres, que es de lo que se trata. ?D¨®nde atacar entonces? Donde usted, avisado lector, est¨¢ pensando: en la sanidad y en la educaci¨®n. Venga, dijo, m¨¢s recortes en esos servicios esenciales.
Observen el gesto del portavoz, que no necesita hablar dada la locuacidad de la se?ora, y repasen mentalmente los nombres de los ¨²ltimos directores del FMI: Rodrigo Rato, s¨ª, nuestro Rodrigo Rato, el salvador de Espa?a; Dominique Strauss-Kahn, de impecable curr¨ªculo; y la ya citada Lagarde, que finalmente, dadas las pruebas, fue condenada por negligencia, aunque se la indult¨® en el mismo acto por puro corporativismo. Pero si ustedes desean conocer a fondo el FMI, estudien sus actuaciones en Latinoam¨¦rica.
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