La sonrisa de Camer¨²n
Diario de campa?a de seis dentistas espa?oles en la selva del pa¨ªs centroafricano

Marie Laure lleva ya varias horas en la sala de espera del hospital Monavebe de Sangmelim¨¢, la capital de una de las regiones del sur de Camer¨²n. Tiene unos 20 a?os y se asoma constantemente a la puerta con cara de mucha preocupaci¨®n. ¡°?Por fin!¡±. Le cambia el semblante cuando ve aparecer a los seis dentistas blancos con sus grandes maletas llenas de material. Mientras espera su turno, explica que debe asegurarse de que los dentistas la vean, porque no hay odont¨®logos en Sangmelim¨¢ y ha hecho un viaje de varias horas para venir hasta la consulta. Minutos despu¨¦s, sale sin algunos dientes, con las mismas prisas pero sonriendo y aclarando a modo de despedida r¨¢pida: ¡°Tengo que volver lo antes posible. Vivo en la selva¡±.
De la selva han salido la mayor¨ªa de los casi 400 pacientes a los que seis dentistas espa?oles han devuelto la sonrisa y aliviado el dolor durante los seis d¨ªas de campa?a de cooperaci¨®n que los han llevado, en diciembre de 2016, por la capital de Camer¨²n, Yaund¨¦, y por pueblos remotos, mal comunicados y aislados de la selva ecuatorial camerunesa. Eso que a un europeo le cuesta imaginar y que Marie Laure y sus compatriotas llaman precisamente la brousse: una postal de casas de adobe dispersas que salpican un paisaje de verde espesura tropical y caminos imposibles de intenso barro rojo donde viven millones de cameruneses con escaso o nulo acceso a cuidados odontol¨®gicos.

El gusanillo de la cooperaci¨®n
Pero como la campa?a termin¨® aqu¨ª en Sangmelim¨¢, comencemos por el principio. El inicio de esta historia bien podr¨ªa ser el d¨ªa de la llegada de los seis cooperantes a Bikop, uno de estos pueblos considerados brousse, en la zona central de Camer¨²n. Aqu¨ª se encuentra una de las misiones cat¨®licas de las Esclavas del Sagrado Coraz¨®n de Jes¨²s y aqu¨ª ser¨¢ la ¡°base de operaciones¡± de la campa?a y donde se situar¨¢ un equipo permanente de consulta y tratamiento en el centro de salud que las hermanas dirigen en la misi¨®n.

El programa ser¨¢ igual cada d¨ªa: un equipo formado por la mitad de los cooperantes trabajar¨¢ en Bikop y los otros tres profesionales, que ir¨¢n variando para que todos tengan oportunidad de visitar otras zonas, pasar¨¢n consulta en diferentes pueblos de la regi¨®n. As¨ª que es de camino al primer destino, a Mbalmayo, hoy lunes 5 de diciembre, donde Emilio Mart¨ªnez (Villablino, 1968) nos ayuda a remontarnos al verdadero inicio: ¡°La primera campa?a odontol¨®gica de cooperaci¨®n la hicimos en el 2008 en Guinea Ecuatorial con la asociaci¨®n espa?ola Dental Coop y con varias congregaciones religiosas presentes en el pa¨ªs. Un a?o antes, hab¨ªa coincidido en una cena con un amigo que se iba al mismo pa¨ªs y ah¨ª me entr¨® el gusanillo de poner todo en marcha. A Camer¨²n no vinimos hasta el 2009¡±.
Durante la media hora que dura el viaje entre Bikop y Mbalmayo, este dentista que vive en Madrid y que tiene su consulta en Pozuelo de Alarc¨®n, nos cuenta al detalle todas y cada una de las campa?as. Las tiene muy presentes, pues es el ¡°alma del grupo¡±, coinciden todos. La persona que las organiza y se encarga del grueso de la log¨ªstica y el programa, as¨ª como de invitar, a?o tras a?o, al equipo de odont¨®logos que lo acompa?an. Este a?o ha contado con Jos¨¦ Daniel Molina (Eibar, 1968), al que todos llaman Dani. 2016 supone el tercer viaje para este vasco que vive y trabaja en su consultorio de Bilbao desde 1998 y que fue el ¨²nico compa?ero de equipo de Emilio en ese primer viaje a Guinea.
¡°Cuando Emilio me invit¨®¡±, explica, ¡°ni me lo pens¨¦. Mi mujer y yo tenemos un esp¨ªritu muy solidario, supongo que por el hecho de que tenemos un ni?o con s¨ªndrome de Down y somos socios de un mont¨®n de asociaciones¡±. Dani viene hoy tambi¨¦n a Mbalmayo. Muestra con orgullo un frontal adaptado al que una dinamo de bicicleta ha aumentado enormemente la potencia lum¨ªnica. Porque si hay algo que caracteriza las campa?as, es la precariedad de las infraestructuras locales y la necesidad de adaptarse al medio y prever todo el material necesario.

En las enormes maletas que admiraba boquiabierta Marie Laure, traen instrumental de extracci¨®n, gasas, anestesia, guantes, mascarillas, medicinas, material de limpieza y esterilizaci¨®n y hasta un equipo port¨¢til para empastes y limpiezas. Las donaciones de familiares y amigos son las permiten contar con todo lo necesario. Fundamental para estas iniciativas solidarias es tambi¨¦n el apoyo material y econ¨®mico de entidades como la Fundaci¨®n Recover, Proclinic, la parroquia de Santa Mar¨ªa de Can¨¢ y casas comerciales como Lacer, Dentaid, BTI, Bionr e Isdin.
Algunas de estas marcas donan cepillos de dientes, conscientes de la importancia de la promoci¨®n de la higiene dental. En estos seis d¨ªas, veremos a muchas personas con la boca en muy mal estado, con dientes que en Espa?a podr¨ªan salvarse con empastes y reconstrucciones, pero, efectivamente, Mila confirma nuestras sospechas: ¡°la salud dental de los cameruneses es p¨¦sima. No hay cultura de limpieza y, de ah¨ª que sea necesario mentalizar de la importancia del cuidado de los dientes, porque vemos ni?os muy peque?os con las piezas destrozadas¡±. Mila es en realidad Milagros Velasco (Cuenca, 1970), una higienista dental que es adem¨¢s maestra y logopeda. Cuando viene a Camer¨²n, y ya va por su segundo a?o, compagina su labor de promotora de buenos h¨¢bitos dentales con su pasi¨®n por ayudar a ni?os con problemas del habla.

Sonrisas de presos y ni?os de la calle
A Mila le ha tocado hoy trabajar con Jaime Real (Cuenca, 1969), su marido. Ambos forman parte del equipo que se desplaza el martes a Abang-mindi, un pueblo a media hora de Bikop al que cuesta considerar pueblo y del que cuesta creer, como dicen los locales, que se encuentre a¨²n m¨¢s en la selva profunda, porque a nosotros todo nos parece la m¨¢s espesa de las junglas. Aqu¨ª nos reciben dos seminaristas claretianos, responsables de ayudar a acondicionar el antiguo parvulario de la misi¨®n que har¨¢ hoy de consultorio y sala de espera. Jaime es todo un veterano, con su sexta campa?a en Camer¨²n a cuestas, pero la experiencia no deja de sorprenderle a?o tras a?o: ¡°Esta vez me ha impactado mucho un preso que estaba muy agradecido y que ha querido contarnos que, gracias a una comida que organizaron las monjas el a?o pasado¡±, explica emocionado, ¡°pudo comer en un plato y con cubiertos por primera vez en los 17 a?os que lleva de condena¡±.
La escasez de dentistas o la situaci¨®n de marginalidad no son las ¨²nicas barreras a las que se enfrentan los cameruneses, sobre todo los que viven en el campo, a la hora de acceder a servicios dentales de calidad. Los elevados precios son, adem¨¢s, un impedimento frecuente. Conscientes de ello, las campa?as permiten a los pacientes realizarse tratamientos como extracciones, empastes o limpiezas por el m¨®dico precio de 2.000 francos cameruneses, algo m¨¢s de tres euros todo incluido. Es decir, sin importar el n¨²mero de piezas extra¨ªdas o empastadas y pudiendo recibir tambi¨¦n antibi¨®ticos y analg¨¦sicos, que son donados por las farmacias Vega Gordon, de Le¨®n, y Mar¨ªa Paz Garc¨ªa-Tenorio, de Villafranca de los Caballeros, Toledo. El precio es insignificante comparado con lo que se puede llegar a pagar fuera.
Ese fue el monto que abonaron ayer los habitantes del peque?o municipio de Bikok, pero hoy jueves en Yaund¨¦, nadie paga. Ni los m¨¢s de 70 presos de la c¨¢rcel central a los que han visto Jaime, Emilio y Dani, ni los pacientes del Hogar de la Esperanza, un centro de acogida para ni?os de la calle tambi¨¦n en la capital. Aqu¨ª es el turno de Mila, Luc¨ªa G¨¹iza (Ciudad Real, 1973) y Ana Aguado (Madrid, 1973).
En su segundo a?o en Camer¨²n, Luc¨ªa, que trabaja en dos consultas en Getafe y en Madrid, est¨¢ dando un buen uso a la maleta port¨¢til de empastes. Afortunadamente, los ni?os, pese a venir y vivir a¨²n algunos en la calle, presentan menos extracciones y m¨¢s empastes. Pero no es la regla general, admite Luc¨ªa. ¡°Al no cuidarse ni tratarse los dientes, son irrecuperables, por eso la mayor¨ªa de los trabajos que hacemos son de quitar muelas¡±. Y se pone a¨²n m¨¢s seria para relatar lo mucho que le ha impresionado este a?o una chica con sida de 22 a?os a la que ha quitado 12 piezas. Todos admiten que este no es trabajo para reci¨¦n graduados, porque en Espa?a ya casi no se realizan extracciones y aqu¨ª, ¡°como tienen las mand¨ªbulas m¨¢s grandes, los dientes son tambi¨¦n de mayor dimensi¨®n y las ra¨ªces son m¨¢s fuertes¡±, explica Luc¨ªa.
Veremos a muchas personas con la boca en muy mal estado, con dientes que en Espa?a podr¨ªan salvarse con empastes y reconstrucciones
Algunas muelas ha quitado tambi¨¦n Ana en el centro de acogida. Seguro que m¨¢s que en su cl¨ªnica de La Coru?a, donde reside. Este es tambi¨¦n su segundo a?o en Camer¨²n y atr¨¢s ha dejado marido y ni?a de siete a?os. A Ana le preguntamos por un detalle que es fundamental en la decisi¨®n de aceptar este reto: el apoyo de la familia. Visiblemente emocionada, nos relata los numerosos viajes a pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo que han realizado los tres en familia, de modo que ¡°procuramos siempre mostrarle a mi hija la realidad del pa¨ªs al que vamos cada a?o¡°. Ana comenta orgullosa que su entorno la apoya al 100%, incluidos sus padres, a los que considera ¡°unas personas supersolidarias¡±.
Hoy ya es viernes y hay un grupo que ha ido a Nkolnessi, otro pueblo de casitas dispersas y selva profunda. Pero nosotros nos quedamos en Bikop, en el centro de salud. Todos coinciden en que las hermanas, su capacidad de convocar y organizar, pero, sobre todo, su hospitalidad y su admirable entrega al pr¨®jimo son la raz¨®n de que las ¨²ltimas campa?as y, probablemente las siguientes, tengan a Bikop como ¡°cuartel general¡±. Eso y la raz¨®n que esgrime Emilio, quien reconoce que ¡°si haces cooperaci¨®n, tienes que tener una continuidad, por mucho que te apetezca conocer otros pa¨ªses¡±. Una continuidad no exenta de autocr¨ªtica, como reconoce Luc¨ªa, quien no duda en admitir que ¡°la odontolog¨ªa no salva vidas¡±, y m¨¢s en una sociedad que ¡°es as¨ª y no cambia¡±, sentencia Emilio.
Haya o no haya cambios, se sea pesimista o realista, como dice Emilio, a¨²n probablemente sirviendo de poco la presencia del hombre blanco en ?frica, en palabras de Luc¨ªa, todos confiesan ¡°recibir m¨¢s de lo que dan¡±, aunque Marie Laure, cuando llegue hoy a su pueblo de casas de adobe y flora de libro de bot¨¢nica mostrar¨¢ orgullosa a su familia un rostro con menos dientes pero sin dolor. Y como ella, los casi 400 cameruneses a los estos seis dentistas, en seis d¨ªas, han dibujado una nueva sonrisa.
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Salvar vidas en mitad de la selva
