C¨®mo enfrentarse al pr¨®ximo desaf¨ªo mundial en salud p¨²blica

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Gracias a la cooperaci¨®n internacional sin precedentes, el mundo est¨¢ logrando avances impresionantes en la lucha contra la malaria. Seg¨²n el reci¨¦n publicado Informe Mundial sobre la Malaria, de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, las tasas de mortalidad por malaria en el grupo de ni?os menores de cinco a?os han disminuido en un 69% desde el a?o 2000.

Y este progreso no se limita a la malaria. Muchos pa¨ªses han reducido las nuevas infecciones por el VIH en un 50% o m¨¢s durante un per¨ªodo similar, y las tasas de infecci¨®n por otras enfermedades tropicales debilitantes, como la lepra y la enfermedad del gusano de Guinea, disminuyeron significativamente en los ¨²ltimos a?os.

Sin embargo, a pesar de que las tasas de mortalidad por enfermedades infecciosas est¨¢n disminuyendo, los estilos de vida sedentarios, el consumo de tabaco y las dietas deficientes de los pa¨ªses desarrollados se est¨¢n popularizando en el mundo en desarrollo y, por consiguiente, las enfermedades no transmisibles (ENT), como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el c¨¢ncer est¨¢n aumentando a un ritmo alarmante.

Las ENT, en la actualidad, matan a 38 millones de personas al a?o, y casi el 75% de esas muertes ocurren en pa¨ªses de bajos y medianos ingresos. Las perspectivas para los pa¨ªses en desarrollo son graves; por ejemplo, en el a?o 2030 se espera que las ENT causen m¨¢s muertes en ?frica que las enfermedades transmisibles, las enfermedades maternas y las nutricionales combinadas.

M¨¢s all¨¢ de constituirse en amenazas para la vida de las personas, las enfermedades no transmisibles pueden desestabilizar las econom¨ªas, especialmente en pa¨ªses con infraestructuras de salud limitadas. El desaf¨ªo para los Gobiernos y los organismos de salud a nivel mundial es continuar avanzando en la lucha contra las enfermedades infecciosas, mientras que al mismo tiempo tambi¨¦n abordan la creciente amenaza que representan las ENT.

Afortunadamente, podemos aplicar lecciones de la lucha exitosa contra las enfermedades infecciosas a la lucha emergente contra las ENT. Al trabajar con agencias sin fines de lucro, organizaciones intergubernamentales y empresas privadas, los l¨ªderes mundiales pueden tener un impacto profundo en la salud p¨²blica, incluso si los presupuestos de ayuda extranjera est¨¢n tensionados.

Para empezar, necesitamos innovaci¨®n. Sin el gran salto adelante en el tratamiento antirretroviral en a mediados de la d¨¦cada 90, no tendr¨ªamos las herramientas que tenemos hoy para controlar el VIH. Y, sin los tratamientos combinados basados en la artemisinina que tambi¨¦n surgieron en esa d¨¦cada, las tasas de mortalidad de la malaria permanecer¨ªan en niveles obstinadamente altos. Las pol¨ªticas que mejoran el acceso a la atenci¨®n de la salud tambi¨¦n deben apoyar a la innovaci¨®n y nunca deben socavarla.

Las ENT matan a 38 millones de personas al a?o, y casi el 75% en pa¨ªses de bajos y medianos ingresos

M¨¢s all¨¢ de la innovaci¨®n, necesitamos alianzas s¨®lidas para manejar las ENT y garantizar que los pacientes tengan acceso al tratamiento que necesitan. La gesti¨®n eficaz del VIH ha transformado dicha enfermedad de una sentencia de muerte a una condici¨®n cr¨®nica en la mayor¨ªa de los lugares; pero, por supuesto, ahora necesitamos soluciones sostenibles para proporcionar atenci¨®n continua a largo plazo.

El sector privado est¨¢ cada vez m¨¢s comprometido con este enfoque. La iniciativa Cambiar la atenci¨®n diab¨¦tica de Novo Nordisk y la Alianza de las ENT de Eli Lilly son s¨®lo dos ejemplos de c¨®mo las empresas est¨¢n colaborando con gobiernos y organizaciones de salud en pa¨ªses con recursos limitados para desarrollar programas escalables, sostenibles y dirigidos localmente para combatir la diabetes. Y el programa de Acceso a la atenci¨®n sanitaria de Novartis, que nuestra compa?¨ªa lanz¨® en el a?o 2015, es un emprendimiento socialmente orientado que trabaja con los Gobiernos, las ONG y otros clientes del sector p¨²blico en pa¨ªses de bajos ingresos. Tenemos dos objetivos para el programa: ampliar el acceso a medicamentos asequibles para tratar enfermedades no transmisibles, como las enfermedades del coraz¨®n, la diabetes tipo 2, las enfermedades respiratorias y el c¨¢ncer de mama; y, cooperar con organizaciones locales e internacionales para fortalecer los sistemas de atenci¨®n de la salud. Hasta ahora, hemos observado que los pa¨ªses en desarrollo necesitan cambiar su paradigma para la adquisici¨®n de medicamentos y actualizar sus listas nacionales de medicamentos esenciales.

Una tercera lecci¨®n de la lucha contra las enfermedades infecciosas es que el compromiso pol¨ªtico es crucial. Como Chatham House y otros observadores independientes han advertido, muy pocos gobiernos ¡ªespecialmente en los pa¨ªses en desarrollo¡ª gastan el 5% recomendado del PIB anual en la promoci¨®n de la salud. Incluso cuando los presupuestos nacionales est¨¢n muy apretados, las inversiones en salud valen la pena; despu¨¦s de todo, una onza de prevenci¨®n vale una libra de cura. Los pa¨ªses de ingresos m¨¢s bajos que est¨¢n fuertemente afectados por las ENT tienen todo que ganar con las inversiones que har¨¢n que su poblaci¨®n sea m¨¢s saludable y m¨¢s productiva. Como hemos aprendido de la gesti¨®n del VIH, las inversiones en salud p¨²blica crean un c¨ªrculo virtuoso: a medida que las personas y las comunidades comienzan a experimentar una mejor salud, invierten m¨¢s en lograr que la salud sea una prioridad.

La gesti¨®n del aumento r¨¢pido de las ENT requerir¨¢ un pensamiento de largo plazo, y los l¨ªderes del Gobierno tendr¨¢n que hacer inversiones que podr¨ªan dar frutos s¨®lo despu¨¦s de que ya no est¨¦n en el cargo. Este es un desaf¨ªo muy serio, especialmente en las democracias electorales; pero, los pol¨ªticos de todo el mundo pueden unirse para aprovechar sus inversiones y aquellas emprendidas por el sector privado. E incluso si la mayor¨ªa de los pa¨ªses alcanzan el gasto recomendado del 5% del PIB, el mundo seguir¨¢ necesitando mecanismos y pol¨ªticas innovadoras de financiamiento para permitir la colaboraci¨®n p¨²blico-privada.

Los l¨ªderes de todo el mundo deben dar prioridad a la lucha mundial contra las ENT. Con este fin, los Gobiernos y las agencias mundiales de salud deben aplicar las lecciones aprendidas de la lucha exitosa contra las enfermedades infecciosas. A trav¨¦s de la innovaci¨®n, de las alianzas din¨¢micas para fortalecer los sistemas sanitarios y la voluntad pol¨ªtica, el mundo puede sostener los avances obtenidos contra las enfermedades infecciosas, al mismo tiempo que combate eficazmente las enfermedades no transmisibles.

Traducci¨®n del ingl¨¦s al espa?ol por Roc¨ªo Barrientos.

J?rg Reinhardt es presidente de la Junta Directiva de Novartis.

Copyright: Project Syndicate, 2016.