Sacar al sistema sanitario de la UCI
Somos los mejores haciendo trasplantes, pero nuestro sistema sanitario no est¨¢ preparado frente a los enormes retos del inmediato futuro. Hemos de transformar el modelo para que pueda resistir el creciente impacto de las patolog¨ªas cr¨®nicas
Saltar de crisis en crisis sin afrontar las cuestiones de fondo no va a indicarnos el camino a seguir. Los problemas de la sanidad p¨²blica espa?ola son urgentes, pero requieren una estrategia a medio plazo que sea capaz de abordarlos en toda su complejidad. El mayor reto organizativo y econ¨®mico de esta d¨¦cada va a ser dar respuesta a una de las mayores tasas de envejecimiento y cronicidad de Europa. El 91% de la mortalidad en nuestro pa¨ªs se debe ya a enfermedades cr¨®nicas, muchas de ellas prevenibles. El crecimiento de la obesidad en adultos y ni?os, por ejemplo, traer¨¢ un aumento de diabetes, enfermedades cardiovasculares y c¨¢ncer, y tambi¨¦n habr¨¢ que atender al creciente n¨²mero de espa?oles con enfermedades complejas como la esclerosis lateral amiotr¨®fica (ELA), que hoy mata ya tanto como los accidentes de autom¨®vil.
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El impacto en salud y sufrimiento que nos espera es abrumador. Somos los mejores haciendo trasplantes pero no estamos preparados para los retos del inmediato futuro. Para afrontar ese escenario disponemos hoy de una organizaci¨®n asistencial reactiva que espera que lleguen los enfermos a urgencias y al hospital en lugar de intervenir antes para evitar que las patolog¨ªas se compliquen y agraven. Es un modelo fragmentado, poco preventivo, muy ineficiente y a menudo peligroso. As¨ª las cosas, no resulta extra?o que se est¨¦n encendiendo todos los indicadores posibles de alarma: listas de espera m¨¢s largas, urgencias saturadas, investigaci¨®n bajo m¨ªnimos, desmotivaci¨®n profesional, fuga de profesionales y una progresiva p¨¦rdida de calidad asistencial.
Adem¨¢s del fuerte impacto sobre la organizaci¨®n, el escenario descrito tendr¨¢ enormes consecuencias para la econom¨ªa del pa¨ªs. La OCDE calcula que, si seguimos empe?ados en hacer la medicina del siglo XXI en un chasis asistencial del siglo pasado, para el a?o 2040 el gasto sanitario en Espa?a se llevar¨¢ todo el presupuesto p¨²blico. Pero esta previsi¨®n no es inexorable. Podemos evitarla con un plan a medio plazo para garantizar la calidad y sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y Servicios Sociales. Para conseguirlo, debemos evitar que la sanidad y los servicios sociales sean utilizados como arma arrojadiza de un blame game continuo entre las diferentes fuerzas pol¨ªticas. El juego de las culpabilizaciones mutuas entre los partidos nos impide encontrar soluciones constructivas a un reto que es de todos. Y en ese juego se tiende a olvidar a los enfermos.
El 1% de pacientes complejos y de alto riesgo acapara el 30% del presupuesto sanitario
La falta de una pol¨ªtica constructiva tiene otro efecto alarmante: la insostenibilidad econ¨®mica del sistema nacional de salud. Este problema no es atribuible a la acci¨®n de los partidos que han gobernado, sino al propio modelo asistencial. Eso es lo que hay que cambiar. Sabemos hacerlo y hemos de hacerlo con acuerdo entre todos los partidos pol¨ªticos. Transformar el modelo debe ser considerado una prioridad social y econ¨®mica por parte de quienes gobiernen el pa¨ªs. Pero no lo lograremos sin cambiar las pol¨ªticas de los ¨²ltimos a?os. Se ha reducido a inversi¨®n sin aplicar medidas transformadoras, lo que ha dado lugar al peor escenario posible.
Afortunadamente hay soluciones. Sabemos c¨®mo transformar el sistema hacia un modelo m¨¢s sostenible, preventivo y adaptado a las diferentes necesidades de la poblaci¨®n. Por ejemplo, las de los pacientes de alto riesgo, que son muy vulnerables y requieren mucha atenci¨®n. Este 1% de pacientes complejos acapara el 30% del presupuesto sanitario. Pero hoy podemos predecir qu¨¦ pacientes tendr¨¢n m¨¢s necesidades asistenciales y ser¨¢n m¨¢s costosos en el pr¨®ximo a?o. ?Estamos preparando hoy un plan individualizado para esos pacientes que van a ingresar en nuestros hospitales por urgencias, la parte m¨¢s cara del sistema? No, no lo estamos haciendo.
Podemos ser proactivos y anticiparnos ofreciendo a estos pacientes un sistema que les procure mejores cuidados en casa y en la comunidad. Disponemos de la tecnolog¨ªa que permite monitorizar a los pacientes a distancia. Tambi¨¦n tenemos nuevos perfiles de profesionales capaces de atender a estos pacientes en casa. Con una reforma de este tipo, podr¨ªamos evitar el 35% de los ingresos.
Soluciones como esta son las que deben debatirse en los ¨®rganos de decisi¨®n pol¨ªtica en un proceso constructivo de deliberaci¨®n como el que ya se ha probado en otros pa¨ªses que han iniciado la transformaci¨®n de sus sistemas sanitarios. Pero para avanzar por este camino es preciso, en primer lugar, que los responsables pol¨ªticos tomen conciencia de la magnitud de los retos que afrontamos. Ahora est¨¢n claramente infravalorados. Es preciso hacerles comprender que en los pr¨®ximos ocho a?os el sector social y sanitario espa?ol sufrir¨¢ un impacto demogr¨¢fico equivalente al de los ¨²ltimos 40 a?os. Para hacerse una idea: en el a?o 2032 habr¨¢ un mill¨®n de espa?oles con demencia senil. No es con pol¨ªticas basadas en m¨¢s de lo mismo como podremos afrontar ese escenario.
En ocho a?os, la sanidad sufrir¨¢ un impacto demogr¨¢fico equivalente al de los ¨²ltimos 40
En segundo lugar, hay que ser conscientes de que, comparativamente con otros pa¨ªses, Espa?a no invierte suficiente en sanidad, servicios sociales e investigaci¨®n. De hecho la inversi¨®n en estos ¨¢mbitos es entre un 2% y 3% inferior a la de los pa¨ªses de nuestro entorno europeo. Superada la fase de recesi¨®n, la nueva realidad econ¨®mica del pa¨ªs nos brinda una oportunidad: un crecimiento del PIB del 3% debe permitir volver a invertir en sanidad, servicios sociales e investigaci¨®n. Pero no basta con reponer los recursos perdidos a causa de los recortes. Es preciso transformar al mismo tiempo el modelo. Solo la suma de m¨¢s inversi¨®n y medidas transformadoras permitir¨¢ hacer sostenible el sistema y convertir a Espa?a en un pa¨ªs moderno en el ¨¢mbito sanitario y de servicios sociales.
Transformar implica en nuestro caso desarrollar un modelo socio-sanitario nuevo como el que ya han empezado a construir algunos pa¨ªses europeos y EE?UU. En un primer momento, esta transformaci¨®n es un asunto pol¨ªtico. Los profesionales sanitarios ya han hecho bastante con mantener el sistema a flote estos a?os de ajustes. Ellos podr¨¢n apuntalar esta trasformaci¨®n en un segundo tiempo, una vez que el marco pol¨ªtico est¨¦ decidido. Ahora es el tiempo de los pol¨ªticos.
Se trata de construir un futuro mejor para los pacientes y las personas dependientes. Aunque hacer propuestas razonables puede ser interpretado como una muestra de debilidad por quienes buscan la atenci¨®n medi¨¢tica y del p¨²blico, debemos priorizar a los enfermos que no tienen voz y asegurar un modelo sostenible econ¨®micamente. Los pol¨ªticos no est¨¢n solos en la b¨²squeda de soluciones. Los retos son de tal magnitud que no se pueden afrontar de forma aislada. El potencial colaborativo entre el sector p¨²blico, el privado y el tercer sector debe ser visto como una gran oportunidad. El cambio es inevitable y es urgente iniciarlo. Si no, ser¨¢ el sistema de salud el que tenga que ingresar de urgencia.
Rafael Bengoa es Senior Fellow Harvard y miembro del Instituto para la Salud y Estrategia. Francisco Luz¨®n es el impulsor de la fundaci¨®n que lleva su nombre para la investigaci¨®n de la ELA.
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