20.000 lenguas
Trump y otros pol¨ªticos instintivos conocen mejor c¨®mo funciona el cerebro humano que sus sesudos contrincantes
Para entender las lenguas viperinas, hablemos con ling¨¹istas. Y con cient¨ªficos cognitivos. Pero los hemos ninguneado. Los dem¨®cratas frente a Trump ¡ªy, en general, los intelectuales frente a los populistas¡ª hemos aplicado la l¨®gica cartesiana convencional: datos serios frente a emociones primarias, verdad frente a posverdad.
Pol¨ªticos y analistas hemos diseccionado escrupulosamente la realidad. ?Cu¨¢les son las pol¨ªticas que preocupan a los ciudadanos: sanidad, educaci¨®n, las consecuencias econ¨®micas del Brexit? Hemos intentado seguir las encuestas. Los populistas han intentado cambiarlas.
Y han tenido ¨¦xito. Porque Trump y otros pol¨ªticos instintivos conocen mejor c¨®mo funciona el cerebro humano que sus sesudos contrincantes. Es la tesis del ling¨¹ista George Lakoff quien, durante a?os, ha tratado infructuosamente de influir en la estrategia del Partido Dem¨®crata. Sus mensajes son sencillos. Har¨ªamos bien en escucharlos tambi¨¦n a este lado del Atl¨¢ntico.
La primera clave es dibujar el marco del debate. No caer en el encuadre del adversario, como cuando atacamos con datos objetivos propuestas alocadas de cerrar las fronteras o construir muros. Al atacar, nos sometemos a su marco de discusi¨®n. Si no queremos algo, no lo discutamos. Si te digo: ¡°No pienses en un elefante¡± (t¨ªtulo de uno de los libros de Lakoff), lo que haces es pensar en¡ un elefante. Hablemos pues de burros o mariposas. De lo que nos interese. ?C¨®mo?
Ah¨ª viene la segunda recomendaci¨®n: plantea los asuntos con valores, no con hechos. Por ejemplo, en lugar de defender una ley o regulaci¨®n que los populistas quieren eliminar, apela a la necesidad de proteger a los ciudadanos frente a las eventualidades. No digas que quieres mantener un determinado status quo legal o constitucional. Di que quieres proteger a los ciudadanos.
Rep¨ªtelo. Y vu¨¦lvelo a repetir. 20.000 veces. Esa es la tercera lecci¨®n. Las repeticiones nos aburren, pero solo al 2% de nuestro cerebro. El restante 98% es pensamiento inconsciente. Y a ese le gusta m¨¢s la repetici¨®n que el caramelo a un ni?o.
As¨ª ha llegado Trump a la Casa Blanca. As¨ª deber¨ªa salir.@VictorLapuente
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