Hola, Javier

Yo estudi¨¦ teatro. Eso que a Javier Mar¨ªas le parece una mierda.

Y ojo, que he visto algunas mierdas gordas, y he pagado por verlas, que es much¨ªsimo peor.

Mi profesora de Interpretaci¨®n dec¨ªa que de todos los montajes malos se aprende algo. Cuando estudi¨¢bamos, nos entraba el Javier Mar¨ªas y nos cre¨ªamos con todas nuestras fuerzas que fuera de los contornos de nuestro ojete era donde empezaba de verdad a oler a mierda. Nos ceb¨¢bamos con los trabajos de los compa?eros, con las obras institucionales, con los montajes atrevidos y las adaptaciones cl¨¢sicas. Est¨¢bamos tan locos por ser buenos que comet¨ªamos el error de bajarle el list¨®n al planeta en lugar de intentar saltar m¨¢s alto.

Nuestra maestra nos propuso que nunca hay un montaje del que no extraigas nada: si los actores est¨¢n muertos, f¨ªjate en la escenograf¨ªa, dec¨ªa. Si el texto es infumable, f¨ªjate en c¨®mo lo defiende el elenco. Si el espacio esc¨¦nico es espantoso, mira c¨®mo se las arregl¨® el t¨¦cnico para darle luz¡­ Siempre acabar¨¢s descubriendo que han hecho algo bien que puedes usar en el futuro.

Soy disc¨ªpula rebelde, y, a veces, me voy del teatro si no me gusta ¡ªsi se puede sin molestar (no es una performance, nunca hago evidente mi huida)¡ª y una vez en el bar aleda?o ca?a en mano me acuerdo de mi profesora, y pienso: mierda, me he perdido una clase gratis.

Hay otra lecci¨®n aqu¨ª: una mierda no arruina una calle. La mayor¨ªa de las veces voy a ver una obra y sucede que el resto de la humanidad hace cosas absolutamente hermosas y me deja verlas. Y las que no¡­ Javier, yo intento aprender.