Cuando viejos y j¨®venes (con)viven
El siglo XX podr¨ªa definirse como el de la especializaci¨®n en muchos sentidos. Por ejemplo se crearon las residencias geri¨¢tricas para los m¨¢s mayores y las guarder¨ªas para los m¨¢s peque?os. Que todo el mundo pueda ir a trabajar -hombres y mujeres por igual- sin estorbos, l¨¦ase personas que se lo impidan. Y llega el siglo XXI con nuevos aires. Publiqu¨¦ hace unos meses un post sobre una experiencia piloto en un pueblo de Francia, donde han confundido en un mismo espacio la residencia geri¨¢trica y la escuela primaria. Mayores y peque?os comparten espacio com¨²n como el comedor o la biblioteca. Comen juntos, aprenden en clase e incluso salen juntos de excursi¨®n. Y todo ello para satisfacci¨®n de unos y de otros.
Saco a colaci¨®n el tema porque he le¨ªdo hace poco que en Holanda tambi¨¦n buscan desdibujar esas fronteras del pasado que quiz¨¢ ahora nos parecen incluso irracionales y artificiales. Una residencia geri¨¢trica holandesa ha propuesto alojamiento gratis a j¨®venes universitarios a cambio de 30 horas al mes en las que deben ?actuar como vecinos? para los residentes oficiales, los pensionistas. Parte de este ejercicio de ?buena vecindad? consiste en ense?ar a los m¨¢s mayores habilidades ?de joven? como por ejemplo, utilizar el email, las redes sociales, o c¨®mo Skypear un rato. Pero se trata tambi¨¦n de que el joven se relacione con sus ?compa?eros de residencia? y, por ejemplo, avise si detecta que alg¨²n residente desmejora. Tal como har¨ªa un buen vecino.
La propuesta de esta residencia geri¨¢trica busca combatir los efectos perniciosos de la soledad. Seg¨²n un estudio publicado en el 2013 la soledad y el aislamiento de los mayores aumentan el riesgo de avanzar la fecha de defunci¨®n mientras que la compa?¨ªa y la integraci¨®n, por el contrario, favorecen alargar la esperanza de vida. ?Qu¨¦ beneficios puede conseguir, por su parte, el veintea?ero instalado en el geri¨¢trico? De entrada, los econ¨®micos, est¨¢ claro. Pero tambi¨¦n recibir¨¢ beneficios intangibles, como la satisfacci¨®n de dar un servicio a otra persona que es m¨¢s vulnerable que ¨¦l mismo y el hecho de sentirse parte de una comunidad.
Espero poder enterarme pronto de otras iniciativas que permitan poner en relaci¨®n a dos colectivos que, de entrada, habitan en universos paralelos. ?Por qu¨¦ no instalar por ejemplo clubes de la tercera edad en guarder¨ªas? ?Por qu¨¦ no comedores universitarios en residencias geri¨¢tricas? El siglo XXI nos est¨¢ ense?ando que ya no tiene sentido la ciudad compartimentada, a la americana, con sus zonas restringidas para comprar, las de trabajo y las residenciales. No tiene sentido por insostenible desde el punto de vista ecol¨®gico y econ¨®mico, y por generar tambi¨¦n aislamiento social. El futuro es la mezcla. Y lo mismo est¨¢ pasando con las personas. Si ponemos en com¨²n nuestras propiedades y nuestras habilidades, nuestros bienes y nuestros saberes, salimos todos favorecidos y enriquecidos del encuentro.
Foto: Old People Crossing Sign v¨ªa Flickr / Creative Commons
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