¡®Las hijas¡¯ de Jane Fonda

Bernie Sanders advirti¨® v¨ªa Twitter a Donald Trump de que su estrategia para fragmentar y enfrentar a la poblaci¨®n estadounidense, en realidad, estaba dando los frutos opuestos. Porque el todos contra Trump, transcurrida una semana desde su investidura, es hoy por hoy uno de los pocos mensajes unificadores en un mundo desglosado en mil y un colectivos e ideolog¨ªas. Pero de todos los ataques que el 45? presidente de EE UU ha lanzado, es el discurso mis¨®gino el que probablemente le salga m¨¢s caro. Lanzar insultos contra la mitad de la poblaci¨®n ha creado, entre otras cosas, un hist¨®rico encuentro de celebridades femeninas de tres generaciones.

Quiz¨¢ la imagen m¨¢s representativa de este fen¨®meno fue la de Jane Fonda y Miley Cyrus en la marcha de las mujeres de Los ?ngeles. La primera, probablemente, no contaba con salir a las calles a luchar por m¨¢s causas. Ella, que se opuso a la guerra de Vietnam tan ardientemente que la apodaron Hanoi Jane y hasta se fotografi¨® con el pu?o en alto en pleno registro policial, sinti¨® de nuevo el ardor activista a los 79 a?os. Cyrus, por supuesto, tom¨® buena nota como nuevo s¨ªmbolo de inconformismo, aunque sea a t¨ªtulo menos social y m¨¢s individual. A sus 25 a?os, volvi¨® a sacar la lengua esta vez por una buena causa: los derechos reproductivos y la planificaci¨®n familiar contra la que atenta su flamante presidente. Se code¨® no solo con la protagonista de Danzad, danzad, malditos sino con otra voz femenina hist¨®rica de Hollywood: Barbra Streisand, la misma que descubri¨® que s¨ª pod¨ªa ser contestataria como actriz en Tal como ¨¦ramos, pero que se lo pondr¨ªan m¨¢s dif¨ªcil como directora con Yentl. En su discurso fue clara: ¡°La elecci¨®n de Donald Trump refleja abiertamente lo que ha estado en la sombra por un tiempo: que, de muchas maneras, las mujeres siguen siendo ciudadanas de segunda en pleno siglo XXI¡±. Sab¨ªa de lo que hablaba.

El nuevo inquilino de la Casa Blanca tambi¨¦n ha despertado discursos enardecidos en celebridades veteranas tradicionalmente m¨¢s moderadas, como el ya c¨¦lebre discurso de Meryl Streep en los Globos de Oro ¡ªaunque ya con George Bush pregunt¨® en San Sebasti¨¢n que cu¨¢nto costaba comprar una casa all¨ª, por si se exiliaba¡ª o ha generado, pese a su homofobia, un momento de j¨²bilo en el colectivo gay al unir en una misma foto a sus dos megadivas (Cher y Madonna) durante la marcha en Washington. La primera dispara desde su Twitter su postura contraria a la construcci¨®n del muro con M¨¦xico, con emoticonos y abreviaturas. La segunda, que con George Bush tir¨® la piedra y escondi¨® la mano al retirar el v¨ªdeo sat¨ªrico de American Life, esta vez va con todo el arsenal: ya hab¨ªa denunciado en su Instagram la pasi¨®n por la caza de los hijos de Trump, ya hizo un concierto callejero en apoyo a Hillary Clinton y en la marcha dijo que hab¨ªa pensado ¡°volar la Casa Blanca¡±.

Frente a esas voces m¨¢s expertas y provocadoras, estos d¨ªas se han visto los g¨¦rmenes de las que quiz¨¢, con el tiempo y el devenir de los acontecimientos, acaben siendo la Susan Sarandon de su generaci¨®n. El mismo d¨ªa de las elecciones, Jennifer Lawrence escribi¨® en Vice y sin pelos en la lengua una carta abierta al nuevo presidente, y en las recientes manifestaciones, descubrimos a la hasta ahora pol¨ªticamente inexistente Scarlett Johansson, con un hermosos discurso autobiogr¨¢fico sobre lo importante que hab¨ªan sido para su descubrimiento como mujer la discreci¨®n y la eficiencia de los centros de planificaci¨®n familiar que ahora corren peligro. Tambi¨¦n se reafirma en esta coyuntura Emma Watson como la nueva superdotada pol¨ªtica del cine, quien ya puso en pie a la audiencia de Naciones Unidas el a?o pasado con su discurso feminista. Y, por su condici¨®n de doble afectada ¡ªmujer y latina¡ª no se puede dejar fuera a America Ferrara de ese grupo de mujeres guerreras. Eso s¨ª, muchos se preguntaron d¨®nde estaba la comprometida Angelina Jolie o la feminista Beyonc¨¦.