El zika, un a?o despu¨¦s
Doce meses despu¨¦s de declarar la emergencia, queda mucho por hacer en prevenci¨®n y control
Este 1 de febrero se cumple un a?o desde que la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) declarara la epidemia por el virus del Zika una ¡°Emergencia de Salud P¨²blica de Inter¨¦s Internacional¡±, o PHEIC por sus siglas en ingl¨¦s. Hasta ese momento, la OMS solo hab¨ªa realizado una declaraci¨®n de emergencia similar en tres ocasiones: por la pandemia de gripe porcina (2009), por la reemergencia de la polio (2014) y por la epidemia del ¨¦bola en ?frica Occidental (2014).
Desde noviembre de 2016, la urgencia ha dado paso a un periodo de transici¨®n en el que los mecanismos de gesti¨®n y recomendaciones de emergencia temporales han de ser sustituidos por otros de car¨¢cter m¨¢s robusto y que garanticen la respuesta a largo plazo. Es importante destacar que los ¨²ltimos an¨¢lisis de la OMS concluyen que la epidemia de zika mantiene su riesgo a nivel global y que los casos de infecciones por el virus contin¨²an report¨¢ndose en nuevas regiones y pa¨ªses de todo el mundo.
La emergencia del virus en Brasil se asoci¨® desde el inicio con la aparici¨®n de graves malformaciones del sistema nervioso central en neonatos potencialmente expuestos al virus durante el embarazo. Aunque el n¨²mero total de casos reportados ha declinado en los ¨²ltimos meses, el virus se ha propagado por toda Am¨¦rica. Todos los pa¨ªses del continente excepto tres (Chile, Paraguay y Canad¨¢) han reportado casos aut¨®ctonos de infecci¨®n. En la regi¨®n del Pac¨ªfico, el virus contin¨²a circulando y se han reportado diferentes brotes en ?frica y el Sudeste asi¨¢tico, donde es muy posible que acabe extendi¨¦ndose.
Pero el impacto real sigue siendo desconocido y m¨¢s de 2.000 millones de personas viven en lugares con riesgo de infecci¨®n. Aunque el virus se puede transmitir por v¨ªa sexual, la trasmisi¨®n por picadura de mosquito (g¨¦nero Aedes) es la v¨ªa fundamental de diseminaci¨®n. En lugares donde no existe un vector competente el riesgo de emergencia es m¨ªnimo y los esfuerzos deber¨ªan centrarse en identificar a aquellas mujeres embarazadas que pudieran haber contra¨ªdo la infecci¨®n. Ya sea tras viajar a un pa¨ªs con transmisi¨®n activa del virus o por contacto sexual con una persona infectada.
Pese a los avances cient¨ªficos logrados en el ¨²ltimo a?o, existen todav¨ªa muchas lagunas en el conocimiento sobre la enfermedad. Sabemos, por ejemplo, que la infecci¨®n durante el embarazo supone un riesgo de que el feto desarrolle microcefalia y otras malformaciones neurol¨®gicas, pero no podemos cuantificar dicho riesgo ni predecir c¨®mo evolucionar¨¢ a lo largo del embarazo. Tampoco conocemos el espectro completo de los defectos cong¨¦nitos, ni c¨®mo ser¨¢ el desarrollo de los ni?os nacidos de madres infectadas, o si podr¨¢n caminar y hablar normalmente.
El diagn¨®stico de laboratorio de la infecci¨®n sigue limit¨¢ndose a los centros especializados, lo cual constituye un gran reto en lugares con recursos limitados. Aunque existen varios estudios prometedores, a¨²n no contamos con una prueba diagn¨®stica r¨¢pida para el terreno que haya demostrado ser suficientemente sensible y espec¨ªfica.
Las enfermedades transmitidas por artr¨®podos han pasado a ser prioritarias en la agenda mundial
Hasta la fecha, conocemos la existencia de dos linajes del virus ¡ªel africano y el asi¨¢tico¡ª, siendo este ¨²ltimo el responsable de las actuales epidemias del Pac¨ªfico y de Am¨¦rica. M¨¢s a¨²n, las complicaciones graves como las malformaciones cong¨¦nitas o los s¨ªndromes neurol¨®gicos solo se han visto asociadas al linaje asi¨¢tico. Hay cierta evidencia de que la inmunidad obtenida tras la infecci¨®n por uno de los linajes protege frente al otro, algo que no pasa, por ejemplo, con el virus del dengue.
Sin embargo, desconocemos cu¨¢nto tiempo dura la inmunidad frente al zika despu¨¦s de haber sido infectado por cualquiera de los linajes. Esta cuesti¨®n es clave en la consecuci¨®n de una eventual vacuna efectiva frente a la infecci¨®n. A d¨ªa de hoy, varios candidatos a vacuna se encuentran en fase cl¨ªnica, aunque en el mejor de los casos todav¨ªa ser¨¢n necesarios 2 a 4 a?os que una vacuna llegue al p¨²blico. De forma similar, un n¨²mero limitado de f¨¢rmacos ha mostrado tener actividad antiviral en el laboratorio, aunque el camino es todav¨ªa relativamente largo para llegar a tratar a mujeres embarazadas, el grupo m¨¢s vulnerable frente al virus.
La epidemia se ha unido a la ya compleja ¡°ecolog¨ªa¡± de los arbovirus (virus transmitidos por artr¨®podos). En las ¨²ltimas d¨¦cadas hemos sido testigos de la emergencia y expansi¨®n global de las infecciones por estos virus, incluyendo dengue, chikungu?a, virus del Nilo Occidental o fiebre amarilla, las cuales tienen en com¨²n como factores predisponentes la ¡°triada¡± del mundo moderno: urbanizaci¨®n, globalizaci¨®n y movilidad internacional. Las enfermedades por arbovirus han pasado a formar parte prioritaria de la agenda mundial de salud p¨²blica.
Pero esta priorizaci¨®n deber¨ªa ir unida a un apoyo adecuado a la investigaci¨®n e implementaci¨®n de medidas de salud p¨²blica que mejoren la prevenci¨®n, preparaci¨®n y respuesta. La combinaci¨®n de intervenciones que hayan demostrado ser eficaces frente a m¨²ltiples arbovirus es la estrategia que garantiza una mejor relaci¨®n coste-efecto y una mayor sostenibilidad. Sin embargo, es importante destacar que esa financiaci¨®n no debe ser ¡°redirigida¡± desde otros programas, a expensas de fondos para enfermedades de gran relevancia como por ejemplo malaria, VIH o tuberculosis.
Otro aspecto clave es el flujo de comunicaci¨®n entre la comunidad cient¨ªfica, las autoridades y la poblaci¨®n general. Dicha comunicaci¨®n es necesaria para una adecuada gesti¨®n de la informaci¨®n que implique dar soporte a las estrategias de prevenci¨®n y respuesta, as¨ª como evitar las reacciones de exagerada alarma.
La humanidad se encuentra bajo la amenaza constante de la emergencia de nuevos agentes infecciosos. Es fundamental establecer nuevas alianzas internacionales que favorezcan la combinaci¨®n de esfuerzos multidisciplinares y de recursos para garantizar respuestas m¨¢s r¨¢pidas y eficaces contra las enfermedades emergentes y reemergentes.
Pablo Mart¨ªnez de Salazar es coordinador de la respuesta al virus del Zika y otros arbovirus de ISGlobal.
Adelaida Sarukhan es doctora en Inmunolog¨ªa y redactora cient¨ªfica en ISGlobal.
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