Apaga el m¨®vil y escucha a tus hijos
La experta estadounidense del MIT subraya, en este extracto de su nuevo libro, la necesidad de que las familias conversen
A primera vista, la vida familiar actual es igual que en el pasado: hemos conservado la forma de los rituales. Hay cenas, viajes escolares, reuniones familiares.
Pero si la observamos m¨¢s atentamente, veremos una vida familiar al cuadrado. Compartimos mucho m¨¢s con nuestra familia: v¨ªdeos, fotograf¨ªas, juegos, el mundo entero. Y podemos estar con nuestra familia de maneras distintas; en cierto modo, es posible no separarnos de ella jam¨¢s. A¨²n recuerdo la primera noche que pas¨¦ lejos de mi hija, cuando ella ten¨ªa un a?o. Recuerdo que estaba sentada, sola, en la habitaci¨®n de un hotel en Washington, y que hablaba con ella, que estaba en Massachusetts, por tel¨¦fono. Agarraba el auricular del tel¨¦fono mientras mi marido, en casa, lo sosten¨ªa a la altura de la oreja de la ni?a, y as¨ª yo fing¨ªa que mi hija comprend¨ªa que era yo la que hablaba desde el otro lado de la l¨ªnea. Cuando colgamos, me puse a llorar porque en realidad no cre¨ªa que lo hubiera entendido en absoluto. Ahora, mi hija y yo nos llamar¨ªamos por Skype. O por FaceTime. Si estuvi¨¦ramos separadas, podr¨ªa verla jugar durante horas.
Y si lo analizamos con un poco m¨¢s de detalle, veremos que el papel que la tecnolog¨ªa juega en la vida familiar es muy complicado. Del mismo modo que en muchos otros aspectos de la vida, nos tienta estar juntos, pero tambi¨¦n separados. Durante la cena y en el parque, padres e hijos encienden sus m¨®viles y tabletas. Las conversaciones que sol¨ªan producirse cara a cara ahora se mantienen en l¨ªnea. Las familias me dicen que les gusta discutir mediante mensajes de texto, correos electr¨®nicos y conversaciones de chat, porque eso les ayuda a expresarse con m¨¢s precisi¨®n. Algunos lo llaman ¡°pelea por el mensaje¡±.
En las familias, la progresiva ausencia de conversaciones se suma a una crisis de educaci¨®n. Las conversaciones familiares son ¨²tiles porque cumplen una funci¨®n: para empezar, ense?an a los ni?os cosas sobre s¨ª mismos y tambi¨¦n c¨®mo comportarse en sociedad. Conversar es imaginar otra mente, empatizar, disfrutar de los gestos, del humor y de la iron¨ªa del medio de comunicarse que constituye el intercambio de palabras. De la misma manera que ocurre con el lenguaje, la capacidad para aprender estas sutilezas humanas es innata, pero su desarrollo depende del entorno del ni?o. Por supuesto, las conversaciones en la escuela y durante el tiempo de juego son tambi¨¦n esenciales. No obstante, es la familia quien cuida del ni?o durante los primeros a?os, durante mucho tiempo, y en el contexto de las relaciones emocionales m¨¢s vitales para su desarrollo. Cuando los adultos se escuchan durante una conversaci¨®n, muestran a los ni?os c¨®mo se hace. Son las conversaciones en familia las que ense?an a los ni?os que sentirse escuchado y comprendido es agradable y reconfortante.
Roberta, de 21 a?os, se queja de que su madre publica en Facebook fotos de las comidas en casa: ¡°No puedo estar tranquila y relajarme¡±
Gracias a la conversaci¨®n familiar, los ni?os aprenden por primera vez a ver a los dem¨¢s como seres individuales, distintos de s¨ª mismos y dignos de ser escuchados y comprendidos. Es el momento en el que aprenden a ponerse en el lugar de los dem¨¢s, a menudo de un hermano o una hermana. Si tu hijo est¨¢ enfadado con un compa?ero de clase, se le puede sugerir que trate de comprender el punto de vista del otro ni?o.
Es en las conversaciones familiares donde los ni?os tienen mayores oportunidades de aprender que lo que otras personas dicen (y c¨®mo lo dicen) es clave para saber c¨®mo se sienten. Y que eso es importante. As¨ª pues, las conversaciones en el seno de la familia son el campo de entrenamiento de la empat¨ªa. La conversaci¨®n familiar brinda la oportunidad de aprender a hablar las cosas en lugar de actuar seg¨²n nos dicten nuestros sentimientos. De esta forma, la conversaci¨®n familiar sirve para vacunar a los ni?os contra el acoso escolar. No hay mejor manera de desincentivar el bullying que dotar a los ni?os de la capacidad de ponerse en el lugar del otro y reflexionar sobre el impacto de sus acciones. La privacidad de la conversaci¨®n familiar ense?a a los ni?os que podemos vivir parte de nuestra vida en un c¨ªrculo cerrado y protegido. Eso siempre constituye una peque?a ficci¨®n, pero la idea de un espacio familiar protegido nos aporta muchos beneficios. Significa que las relaciones tienen l¨ªmites en los que puedes confiar.
As¨ª, la conversaci¨®n familiar nos permite desarrollar nuestras ideas sin autocensurarnos. En contraposici¨®n al mundo basado en la actuaci¨®n del ¡°comparto, luego existo¡±, la conversaci¨®n familiar es un espacio en el que ser aut¨¦ntico. La conversaci¨®n familiar tambi¨¦n nos ense?a que hay cosas que lleva tiempo desentra?ar¡ bastante tiempo. Y que es posible encontrar el tiempo, porque hay gente dispuesta a tomarse ese tiempo. Un tel¨¦fono sobre la mesa durante la comida puede interferir en todo esto. Una vez aparece un tel¨¦fono, te conviertes, como todos los dem¨¢s, en el competidor de todo lo dem¨¢s.
El c¨ªrculo privilegiado de la conversaci¨®n familiar es delicado. Roberta, de 21 a?os, se queja de que su madre ha empezado a publicar fotos de las comidas familiares en Facebook. Para Roberta, algo se ha roto. Ahora nunca siente que est¨¢ a solas con su familia: ¡°No puedo estar tranquila y ponerme los pantalones del ch¨¢ndal cuando me relajo con mi familia. Mi madre podr¨ªa colgar una foto¡±. Roberta lo dice medio en broma, pero lo que le molesta va mucho m¨¢s all¨¢ de la oportunidad de relajarse vestida con el pantal¨®n de ch¨¢ndal. Quiere tiempo en el que se pueda sentir ¡°ella misma¡± y no preocuparse por la impresi¨®n que est¨¦ dando.
Cuando dispones de un espacio protegido no necesitas vigilar todas las palabras que pronuncias. Pero hoy en d¨ªa, buena parte de lo que oigo hablar a padres e hijos es sobre que desean decirse las cosas ¡°adecuadas¡± unos a otros. Idealmente, el c¨ªrculo familiar es un lugar donde no tienes que estar constantemente preocupado por que todo est¨¦ perfecto. Es un entorno en el que sientes el apoyo de tu familia. Sientes confianza y seguridad. Para ofrecer a los ni?os estos dones, los adultos deben estar presentes, guardar el tel¨¦fono, mirar a sus hijos y escucharlos. Y despu¨¦s, repetir desde el principio.
S¨ª, repetir el proceso. En las conversaciones familiares, la mayor parte de los beneficios se producen a medida que los ni?os descubren que est¨¢n en un lugar seguro al que pueden volver ma?ana, y tambi¨¦n al d¨ªa siguiente, y al otro. Cuando los medios digitales nos animan a editarnos a nosotros mismos hasta conseguir decir las cosas ¡°bien¡±, es muy posible que perdamos de vista algo muy importante: las relaciones no se fortalecen porque digamos necesariamente algo en concreto, sino porque estamos lo bastante implicados en ellas como para presentarnos y mantener otra conversaci¨®n.
En las conversaciones familiares, los ni?os aprenden que lo m¨¢s importante no es compartir informaci¨®n, sino nutrir la propia relaci¨®n.
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