Las diferentes maneras de pensar sobre migraci¨®n y desarrollo
El codesarrollo se inspira en ideas aparentemente opuestas, que sin embargo tienen una idea de fondo com¨²n
Una teor¨ªa: Las migraciones fomentan, y mucho, el desarrollo de los pa¨ªses de origen. Frente a ella, otra: las migraciones estancan estos pa¨ªses en el subdesarrollo porque refuerzan las desigualdades del sistema mundial. Las dos corrientes cl¨¢sicas del pensamiento sobre migraci¨®n y desarrollo adoptan posiciones completamente opuestas, siendo conocida la primera perspectiva como optimismo de las migraciones y la segunda como pesimismo de las migraciones. Sin embargo, la realidad es mucho m¨¢s compleja.
Los fundamentos te¨®ricos del codesarrollo se cimientan en ambas teor¨ªas. B¨¢sicamente, lo que pretenden acad¨¦micos y pol¨ªticos es remediar las principales preocupaciones del enfoque pesimista y frenar las migraciones. Pretenden lograr eso a trav¨¦s de programas estatales que involucran estancias temporales ¡ªel migrante vuelve a su pa¨ªs de origen despu¨¦s de un tiempo¡ª y circulares, una constante ida y venida entre ambos pa¨ªses. Todas estas influencias te¨®ricas se basan en el supuesto de que las migraciones son el resultado de desigualdades entre pa¨ªses.
La idea de fondo de los optimistas es que hay un exceso de mano de obra y salarios bajos en el pa¨ªs de origen. Las personas van a otro lugar donde escasean los trabajadores y las remuneraciones son m¨¢s altas. Disminuye la mano de obra en el pa¨ªs de origen y aumentan los salarios. ?stos se reducen en el de destino porque aumenta la poblaci¨®n activa. Se elimina la brecha y disminuyen las migraciones.
Seg¨²n las teor¨ªas pesimistas, la movilidad internacional quita mano de obra cualificada al pa¨ªs de origen, por lo que disminuye la producci¨®n y el empleo. La econom¨ªa local llega a depender del dinero que env¨ªan los migrantes, las remesas. Aumenta la desigualdad, dejando en la pobreza a familias que no deciden enviar miembros al extranjero. El intercambio cultural incentiva a las personas en el pa¨ªs de origen a consumir bienes producidos en pa¨ªses industrializados, lo que refuerza a¨²n m¨¢s este efecto.
Todas las influencias te¨®ricas se basan en el supuesto de que las migraciones son el resultado de desigualdades entre pa¨ªses
Hay investigadores que desaf¨ªan estas posiciones. Seg¨²n Hein de Haas, los movimientos internacionales son el resultado de las aspiraciones y las capacidades de los migrantes. Un buen ejemplo es la educaci¨®n: un mejor acceso a ¨¦sta ¡ªes decir un cierto aumento del desarrollo de un pa¨ªs¡ª aumenta la cualificaci¨®n de las personas. As¨ª tienen m¨¢s facilidades para encontrar trabajo en otros pa¨ªses, es decir, m¨¢s capacidades migratorias. La educaci¨®n tambi¨¦n proporciona informaci¨®n sobre la vida en estos pa¨ªses, que puede parecer atractiva a potenciales migrantes: aumentan sus aspiraciones migratorias. Cuando el nivel de desarrollo permite vivir igual de bien en el pa¨ªs de origen que en otros, pueden disminuir estas aspiraciones.
Las remesas son otro ejemplo clave que ilustra estas diferentes maneras de pensar. Seg¨²n los pesimistas, el dinero que env¨ªan los migrantes se utiliza para consumir bienes producidos en los pa¨ªses de destino, por lo que aumentan los precios y la inflaci¨®n. No se invierten en proyectos productivos que podr¨ªan crear empleo. Pero esto en realidad podr¨ªa deberse una falta de oportunidades en el pa¨ªs de origen. La corrupci¨®n, la burocracia y los sectores econ¨®micos predominantes pueden dificultar el proyecto, es decir, limitar las capacidades de inversi¨®n del migrante.
A partir del a?o 2001, se empieza a percibir una cierta euforia por las remesas en la academia y la pol¨ªtica, dado que superaban a la Inversi¨®n Extranjera Directa y la ayuda al desarrollo. Se pensaba que reduc¨ªan las desigualdades, aumentaban la calidad de vida y se utilizaban para invertir. Estas transferencias permitir¨ªan a las familias comprar comida y ropa, mejorar su vivienda y facilitar educaci¨®n a sus hijos, entre otras cosas. El migrante retornado adquiri¨® una imagen de emprendedor innovador que lleva conocimientos, ideas y actitudes a su pa¨ªs.
El efecto del capital humano del migrante ¡ªde sus conocimientos y habilidades¡ª sobre el pa¨ªs de origen es otro tema de controversia. Los pesimistas hablan de fuga de cerebros: muchos trabajadores altamente cualificados se van de un pa¨ªs que invirti¨® mucho dinero y muchos a?os en su educaci¨®n, y en el que hace falta gente preparada. Esto supone una gran p¨¦rdida. Un ejemplo popular es el sector de la salud: en pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo se reduce el acceso a ella porque m¨¦dicos y enfermeros se van a trabajar a pa¨ªses industrializados.
Desde la pobreza absoluta no se puede emprender un proyecto migratorio. Se necesitan capacidades y aspiraciones
Los optimistas pensaban que al volver a vivir en su lugar de origen los migrantes transfieren conocimientos, habilidades e ideas. Las denominaban remesas sociales. Para casos de ida y vuelta constante entre ambos pa¨ªses, hablaban de circulaci¨®n de cerebros (brain circulation). Este concepto implica un intercambio constante de remesas sociales entre los pa¨ªses de origen y de destino.
En ingl¨¦s se refiere como brain gain a este proceso de transferencias sociales cuando el migrante retornaba definitivamente a su pa¨ªs. En espa?ol, esto se ha traducido mayoritariamente como ganancia de cerebros, aunque se suele mencionar con el t¨¦rmino ingl¨¦s. Otra traducci¨®n adecuada podr¨ªa ser alza de cerebros, dado que implica un retorno importante de migrantes con conocimientos nuevos, en contraposici¨®n a la fuga de cerebros que implica una salida sustancial de mano de obra cualificada.
C¨®mo se desenvuelve este proceso depende de las cualificaciones necesitadas en el pa¨ªs de destino. Robert E.B. Lucas afirmaba que cuando existe la opci¨®n de aumentar la calidad de vida y¨¦ndose a un pa¨ªs donde se necesita mano de obra barata, las personas podr¨ªan invertir menos en su educaci¨®n. Otros acad¨¦micos se?alaban que los conocimientos que los migrantes adquieren en sus pa¨ªses de destino no sirven a sus lugares de origen porque trabajan en sectores diferentes.
La idea subliminal, tanto de las teor¨ªas optimistas como de las pesimistas, es que la pobreza o el subdesarrollo son las causas principales de la emigraci¨®n. Uno de los fines de todas estas corrientes te¨®ricas fue frenar las migraciones a partir del desarrollo.
Desde la pobreza absoluta no se puede emprender un proyecto migratorio. Se necesita dinero para el viaje, capital humano para encontrar un trabajo y conocimientos o informaci¨®n del pa¨ªs al que uno quiera ir. Es decir, se necesitan capacidades y aspiraciones. La migraci¨®n es una decisi¨®n individual y personal, que se puede tomar tanto para ganar m¨¢s dinero como por curiosidad o porque a uno le gusta m¨¢s el clima o el estilo de vida en otro pa¨ªs. Un ejemplo de esto son los jubilados del norte de Europa que se mudan a Espa?a.
Existen patrones migratorios muy diversos. Seg¨²n datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica, en 2015 el n¨²mero de nacidos en Marruecos empadronados en Espa?a decreci¨® en unos 20.000 respecto al a?o anterior. Sin embargo, en diversas investigaciones se concluy¨® que los marroqu¨ªes suelen quedarse m¨¢s permanentemente en sus pa¨ªses de destino que migrantes de otro origen. La raz¨®n de esto podr¨ªan ser las pol¨ªticas de inmigraci¨®n restrictivas en Europa: Suponen un coste para el migrante, que har¨¢ lo posible para no perder el permiso de residencia que tanto le ha costado adquirir.
Que muchos latinoamericanos regresaran a sus pa¨ªses de origen por la crisis econ¨®mica tambi¨¦n ilustra esto: tardan menos a?os que otros en adquirir la nacionalidad espa?ola. Adem¨¢s, en muchos de sus pa¨ªses hab¨ªa mejorado el clima de oportunidades, lo que podr¨ªa fomentar la migraci¨®n de retorno.
Janina Ruth es investigadora en el Euro-Mediterranean University Institute (EMUI) de la Universidad Complutense de Madrid.
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