El informe de los olvidados
La Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones publica el segundo volumen de 'Fatal Journeys', una investigaci¨®n anual que registra las muertes de las migraciones mundiales
En lo que va de 2016, ya son 3.843 los fallecidos o desaparecidos alrededor del mundo que no tienen una tumba a la cual su familia pueda llorar. Eran migrantes: murieron a cientos, incluso miles, de kil¨®metros de sus lugares de origen y, en algunos casos, en un continente distinto del que partieron. Si contin¨²a la tendencia que se registra desde 2014, este a?o ser¨¢ el m¨¢s mort¨ªfero a nivel migratorio desde que se recogen estad¨ªsticas globales.
Missing Migrants es el proyecto que contabiliza a estos olvidados. La Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones (OIM) comenz¨® el programa tras los naufragios de octubre de 2013 en Lampedusa, con el objetivo de registrar los fallecimientos o desapariciones que se producen en las rutas migratorias mundiales. Resultado de este trabajo es el informe Fatal Journeys, del que se ha publicado su segundo volumen el mes pasado.
De entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que estableci¨® la ONU para 2030, uno de ellos menciona la necesidad de ¡°establecer mecanismos de cooperaci¨®n internacional para garantizar v¨ªas seguras a la migraci¨®n dentro del respeto a los derechos humanos y el tratamiento humanitario de los migrantes independientemente de su condici¨®n como migrantes, refugiados o personas desplazadas¡±.
Pero 5.400 migrantes dejaron de existir el a?o pasado. Una cifra muy cauta ya que, dice el informe, ¡°el verdadero n¨²mero de migrantes muertos en el mundo es seguramente mucho mayor". Las personas de las que se desconoce si han muerto, desparecido o llegado a un destino y nunca son encontradas, son invisibles a las estad¨ªsticas. "Muchos viajes tr¨¢gicos no aparecen en ning¨²n registro¡±, alertan los autores. Desde el a?o 2000, a?aden, son m¨¢s de 40.000 las muertes ocurridas y de las que se tiene constancia durante alg¨²n proceso migratorio. Un n¨²mero que es ¡°un baremo m¨ªnimo de muertos respecto al n¨²mero real¡±. Por eso, ¡°el n¨²mero de migrantes que han muerto en sus viajes es desconocido¡±, se?ala la OIM.
En 2015, 5.400 migrantes murieron en su b¨²squeda de una vida mejor
M¨¢s de la mitad de esas muertes se las llev¨® el Mediterr¨¢neo, por donde, seg¨²n el informe, ¡°m¨¢s de un mill¨®n de solicitantes de asilo y migrantes cruzaron tratando de llegar a Europa en 2015¡±. En su intento por alcanzar las distintas costas del sur, 3.770 personas han muerto ahogadas en este agujero negro. Negro, tambi¨¦n, por el color de piel que predomina en el fondo del Mediterr¨¢neo. Dice la OIM que ¡°mientras que sirios, afganos o iraqu¨ªes realizaron m¨¢s de las tres cuartas partes de todas las llegadas irregulares por mar a Europa, las muertes predominaron entre los africanos ¨Ca causa del uso desproporcionado de la m¨¢s peligrosa ruta, la del Mediterr¨¢neo central¡±.
Unas 800 personas perdieron la vida en una de las rutas m¨¢s concurridas durante 2015, la del Mar Egeo, por la que m¨¢s de 850.000 refugiados desembarcaron en costas griegas, en su mayor¨ªa procedentes de Siria, Iraq y Afganist¨¢n. Ocho de cada diez llegadas irregulares por mar a Europa se produjeron por esta ruta, a?ade el documento.
Llamativo es el dato que aporta la OIM sobre el sexo de las muertes en el Egeo: cuando se han podido identificar los cuerpos, 91 mujeres murieron por cada 100 hombres, lo que demuestra el cambio de la tendencia migratoria en esta ruta. Cada vez hay m¨¢s mujeres, hasta un 50% m¨¢s en 2015 respecto al a?o anterior. Los autores del informe subrayan el aumento de familias compuestas por madres y ni?os ¨Cen muchas ocasiones menores no acompa?ados¨C que salen para reencontrarse con maridos, padres, hermanos u otros familiares ya residentes en Europa. Lo que ha derivado en un aumento de la mortalidad infantil en el Egeo: un tercio de los muertos eran menores (270), la mayor¨ªa con menos de 10 a?os, 40 de ellos ten¨ªan menos de dos.
Las fronteras terrestres que conectan Europa y ?frica tambi¨¦n son una v¨ªa de entrada de migrantes: en 2015, unas 4.000 personas entraron a Espa?a con ¨¦xito a trav¨¦s de Ceuta y Melilla. En ocasiones, a¨²n alcanzado el sue?o europeo, el viaje acaba en tragedia. En Francia, seg¨²n recoge el estudio de la OIM, la organizaci¨®n Calais Migrant Solidarity ha contabilizado en 2015 m¨¢s v¨ªctimas (30) que cualquier otro a?o documentado.
En la ruta del Egeo, un tercio de los muertos eran menores (270), la mayor¨ªa ten¨ªa menos de 10 a?os, 40 de ellos no hab¨ªan cumplido los dos
Las rutas migratorias que tienen su origen en distintos pa¨ªses africanos suponen trayectos de miles de kil¨®metros y el cruce de numeras fronteras. ¡°Pueden tardar meses o a?os en realizarse¡±, se?ala el documento. El estudio explica que esta movilidad interna por el continente tambi¨¦n es peligrosa. En 2015, al menos 70 personas fallecieron mientras migraban entre el S¨¢hara y el Magreb. La cifra es muy conservadora ya que no hay apenas mecanismos para conocer las muertes que se producen en pleno desierto o en pa¨ªses como Libia, estado fallido en el que se cometen reiterados abusos, torturas y condiciones inhumanas y donde entre 5.000 y 10.000 migrantes estuvieron detenidos el a?o pasado, seg¨²n el informe anual de Human Rights Watch.
Procedentes del cuerno de ?frica, llegaron a Yemen unas 360.000 personas, mayoritariamente et¨ªopes y somal¨ªs, que cruzaron los mares Rojo y Ar¨¢bigo. Un flujo de doble sentido, pues unos 79.000 yemen¨ªes han huido de la guerra en su pa¨ªs, matiza la OIM. El balance que recoge Fatal Journeys en esta zona es de 95 migrantes muertos en 2015.
Otro de los puntos m¨¢s mort¨ªferos para los migrantes se encuentra en el sudeste asi¨¢tico, con cerca de 800 personas fallecidas o desaparecidas el a?o pasado. Tambi¨¦n la frontera entre Estados Unidos y M¨¦xico registr¨® la muerte de al menos 320 migrantes y refugiados provenientes, en su mayor¨ªa, de Centroam¨¦rica.
Familias en el olvido
¡°El tel¨¦fono empez¨® a sonar a primera hora de la ma?ana. Era mi hermano. Acababa de ser liberado en Turqu¨ªa. Gritaba: ¡®He perdido a Mohammad, he perdido a Mohammad¡¯. Me di cuenta que ten¨ªa que hacer algo. Encontr¨¦ la web de la Cruz Roja. Tras 24 horas, el Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja (ICRC en ingl¨¦s) en Atenas hab¨ªa encontrado a Mohammad en una comisar¨ªa de polic¨ªa de una de las islas del Egeo [¡] Cuando escuch¨¦ la voz de Mohammad al otro lado de la l¨ªnea diciendo ¡®Pap¨¢, pap¨¢¡¯, no pude contener las l¨¢grimas¡±.
La historia de Hussein tiene un final feliz, pero no es el habitual. La OIM hace especial hincapi¨¦ en las familias como elemento fundamental a tener en cuenta al hablar de muertos o desaparecidos durante el proceso migratorio. Aunque hoy es m¨¢s f¨¢cil mantener el contacto, cuando el final es tr¨¢gico el procedimiento de identificaci¨®n ¨Cen caso de ser necesario¨C es complicado, costoso ¨C son necesarias pruebas de ADN¨C y rara vez los Estados suelen destinar recursos a este proceso. Los cementerios de Ceuta o Lampedusa, con numerosos restos de migrantes recuperados del mar y enterrados, suelen se?alar sus tumbas, en el mejor de los casos, con una breve descripci¨®n de la persona fallecida. El procedimiento m¨¢s corriente es que se les designen n¨²meros. Que se desconozca su nombre, su edad, su procedencia se debe a que a lo largo del viaje, estas personas o los traficantes habitualmente se deshacen de los documentos de identidad para poder evitar posibles deportaciones.
Sin bases de datos centralizadas o acceso a mecanismos nacionales e internacionales, pocas familias saben d¨®nde buscar o a qui¨¦n preguntar sobre sus desaparecidos
Una identidad que se descubre en condiciones extremas. Dice el informe: ¡°Es com¨²n para los migrantes escribir sus nombres o los tel¨¦fonos de sus familiares dentro del casco del barco, o en sus camisetas, cuando la embarcaci¨®n comienza a hundirse en el agua. Antes de la primera tragedia de Lampedusa en octubre de 2013, cuando el barco se aneg¨® y comenz¨® a hundirse, aquellos en cubierta que sab¨ªan que no podr¨ªan sobrevivir gritaron sus nombres y los nombres de sus aldeas para que los supervivientes pudieran llevar consigo a tierra las noticias de sus muertes¡±.
¡°Muchas familias nunca saben de la muerte de sus seres queridos¡±, advierten los autores. Y subrayan: ¡°Las familias quedan en un segundo plano cuando se habla de las muertes de migrantes; la distancia las hace invisibles¡±. Una de las principales denuncias que hace la OIM est¨¢ justo aqu¨ª: ¡°Sin bases de datos centralizadas o acceso a mecanismos nacionales e internacionales, pocas familias saben d¨®nde buscar o a qui¨¦n preguntar¡±.
Como en el caso de Hussein, las iniciativas salen de organizaciones civiles u ONG. Y son limitadas. Search and find your family for refugees es una p¨¢gina de Facebook donde los familiares pueden buscar a las personas a quienes hayan perdido el rastro en su tr¨¢nsito a Europa. Tambi¨¦n hay iniciativas como RefugeeMap que permite geolocalizar la situaci¨®n en tiempo real de los refugiados en territorio europeo. Otro ejemplo surgido de la sociedad civil est¨¢ en Marruecos, donde se emite un programa de televisi¨®n dedicado a localizar y reunir a migrantes desaparecidos con sus familias.
Fatal Journeys Vol.2 recuerda, en su parte final, que la mayor parte de migraciones se hacen por motivos econ¨®micos y ambientales. El recuerdo de quienes no llegaron pertenece, sin embargo, a otras motivaciones que poco tienen que ver con el dinero. ¡°La cultura dice que no puedes desaparecer [¡] Alg¨²n d¨ªa tendremos que poder ense?ar su tumba a cualquiera que venga a verla¡±, reza el testimonio de un migrante subsahariano en Sud¨¢frica recogido por los investigadores.?
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