Hacer picnic y running entre tumbas: los cementerios espa?oles cobran vida
Una asociaci¨®n funeraria quiere que nos reconciliemos con los camposantos para disfrutar de ellos, su arte y celebridades fallecidas. Solo en La Almudena se encuentran Lola Flores, Lina Morgan o ?ngel Cristo
Desde el coraz¨®n del madrile?o cementerio de La Almudena los nichos casi llegan al horizonte en todas direcciones. Aqu¨ª hay aproximadamente cinco millones de difuntos, un n¨²mero de muertos mayor que de vivos que pululan por la capital. Es bonito. Hay personas que aprovechan para hacer running entre l¨¢pidas, y se ven hermosos mausoleos y coloridos ramos de flores. Pero tambi¨¦n es inquietante: estar aqu¨ª dentro nos trae recuerdos de los que ya se han ido. Y tambi¨¦n nos evoca a pensar en nuestra propia finitud: alg¨²n d¨ªa estaremos aqu¨ª o en otro de estos. ?Ay!
La iniciativa Cementerios Vivos, de la Asociaci¨®n de Funerarias y Cementerios Municipales (AFCM, que re¨²ne cementerios p¨²blicos de 37 ciudades), quiere que nos reconciliemos con los cementerios y disfrutemos de sus bondades naturales, arquitect¨®nicas, hist¨®ricas, panor¨¢micas, etc. ¡°Se trata de poner en valor toda esa riqueza desconocida¡±, dice Jordi Valma?a, presidente de la asociaci¨®n.
"La iniciativa quiere que nos reconciliemos con los cementerios y disfrutemos de sus bondades naturales"
El cementerio: ?es parque o museo? ¡°En Espa?a son m¨¢s museo, con mucha obra arquitect¨®nica o art¨ªstica, pero en Europa son m¨¢s como parques p¨²blicos. En los pa¨ªses n¨®rdicos las familias van a hacer picnic al cementerio en los meses de buen tiempo¡±, dice Valma?a. Al parecer aqu¨ª solo visitamos los camposantos con motivo de los entierros o el D¨ªa de Todos los Santos. As¨ª que los responsables de los cementerios quieren atraer a la ciudadan¨ªa a disfrutar de estos espacios de otro modo. Luego est¨¢ la chavalada que va a hacer botell¨®n por la noche (e incluso cosas m¨¢s raras) o el t¨®pico de los siniestros de pelo cardado y riguroso negro que se sienten en ellos como en casa. ¡°Pero esto ya no nos interesa tanto¡±, afirma el presidente.
No es t¨ªpico el turismo en los cementerios espa?oles, pero s¨ª de otras latitudes. Por ejemplo, el cementerio de P¨¨re-Lachaise, en Par¨ªs, es una atracci¨®n tur¨ªstica de primer orden, tal vez el cementerio m¨¢s famoso del mundo. Un aut¨¦ntico Hall of the Fame. No es para menos: all¨ª descansan Jim Morrison, Marcel Proust, Oscar Wilde, ?dith Piaf, Fr¨¦d¨¦ric Chopin o Moli¨¨re, entre muchas otras grandes estrellas de todos los ¨¢mbitos. Hay tal cantidad de celebridades pret¨¦ritas que solo falta un photocall (fantasmal) en la puerta. Otros cementerios ampliamente visitados son el cementerio jud¨ªo de Praga, las catacumbas de Roma y Par¨ªs, o el cementerio de Highgate, en Londres, donde muchos peregrinan para hacerse un selfie revolucionario con la imponente efigie de la tumba de Karl Marx. En 1970 una leyenda urbana difundi¨® que por all¨ª pululaba un vampiro.
?Y en Espa?a? La Almudena congrega tambi¨¦n un nutrido grupo de celebridades: Lola Flores, Tierno Galv¨¢n, Lina Morgan, ?ngel Cristo, Santiago Ram¨®n y Cajal o Juan Carlos Onetti. Como ven se mezcla de todo. En el anexo cementerio civil est¨¢n Pasionaria o Pablo Iglesias (senior), entre otros izquierdistas, republicanos, ateos y librepensadores. Pero no todo es famoseo.
El cementerio de San Jos¨¦, en Granada, se encuentra dentro del entorno monumental de la Alhambra. Desde la Guerra Civil hasta bien entrado el franquismo, 1956, algunos historiadores calculan que all¨ª fueron fusiladas unas 4.000 personas. El cementerio de Monturque, en C¨®rdoba, muy andaluz, de muros blancos, esconde otro secreto: unas cisternas romanas subterr¨¢neas, que se descubrieron en 1885, cuando se hizo necesario ampliar el camposanto debido a una epidemia. All¨ª se celebran las curiosas jornadas culturales Munda Mortis, dedicadas a enfocar la muerte desde otros puntos de vista: ¡°cultural, tur¨ªstico y festivo¡±. En la ¨²ltima edici¨®n hubo concurso de gachas, taller de faroles de mel¨®n, recreaci¨®n de ritos funerarios romanos, teatro, conferencias, visitas guiadas y actividades infantiles, como una llamada Cementerio para los sentidos.
El de Monturque forma parte de la Ruta Europea de Cementerios Singulares, que re¨²ne 179 cementerios de 22 pa¨ªses, como el de La Almudena, el de Linares, el de Arenys de Mar, el de Vilafranca del Pened¨¦s, el de San Amaro en A Coru?a, el de los Capuchinos en Matar¨®, el de La Carriona en Avil¨¦s, el de Polloe en San Sebasti¨¢n o el de Camari?as en Galicia, entre otros. Lo que les diferencia es, sobre todo, su valor arquitect¨®nico y art¨ªstico. El de Camari?as, en A Costa de Morte, conocido como De los Ingleses, acoge a las v¨ªctimas del naufragio del nav¨ªo brit¨¢nico HMS Serpent en Punta do Boi, en 1890. De los 175 tripulantes solo sobrevivieron tres. La reina de Inglaterra, Victoria, agradeci¨® al pueblo con una carta, un reloj de oro para el alcalde, un bar¨®metro para el pueblo, una escopeta para el p¨¢rroco y 30 libras para los que colaboraron en el rescate.
¡°Se suele decir que en el cementerio de Montju?c se concentra la mayor cantidad de arte modernista por metro cuadrado de Barcelona¡±, apunta Valma?a. Y eso que en Barcelona hay mucho modernismo (del de antes y del de ahora). ¡°A la burgues¨ªa de principios del XX le gustaba pasear entre esa riqueza arquitect¨®nica tan espectacular, como si fuera el Paseo de Gracia, encontrarse y comentar la actualidad pol¨ªtica¡±, a?ade el presidente. Vamos, que era el sitio ideal para ver y ser visto, y tambi¨¦n un espacio donde las familias adineradas compet¨ªan por tener el mausoleo m¨¢s impresionante (y el tama?o s¨ª importaba). Alberga, adem¨¢s, un Museo de Carrozas F¨²nebres, donde se pueden ver 19 carruajes mortuorios.
Se han hecho hasta rankings: seg¨²n un premio organizado por la revista Adi¨®s Cultural, los cementerios m¨¢s bonitos de Espa?a fueron el Parque de la Paz en Valencia, totalmente ajardinado, el de Ballena, en Castro Urdiales, peque?o y frente al mar, como sacado de Moby Dick, y el de Alcaudete, en Ja¨¦n, de gran inter¨¦s art¨ªstico (la clasificaci¨®n recoge hasta 10). En cuarta posici¨®n est¨¢ el de Luarca, muy llamativo por estar encaramado a una atalaya que enfrenta al violento mar Cant¨¢brico, con grandes vistas panor¨¢micas, su ermita y su faro, y en el que reposan el premio Nobel Severo Ochoa o el recientemente fallecido director art¨ªstico de cine Gil Parrondo, ambos naturales del pueblo. Debajo de la atalaya est¨¢ el Museo del Calamar Gigante, digno de Julio Verne, que sufri¨® su gran aventura en el temporal de 2014 y no ha podido volver a abrir sus puertas debido a los destrozos causado por las olas vengativas.
¡°Visitar cementerios es tambi¨¦n una forma de homenajear a las generaciones que nos precedieron, nadie muere del todo mientras se le recuerda¡±, dice Valma?a. Tal vez, podemos a?adir, de tener una relaci¨®n m¨¢s natural con la muerte, acabar con ese tab¨², y vivir como lo que somos: mortales. ¡°Tenemos que vivir de cara a esa realidad y desdramatizar el tema de la muerte¡±, concluye el presidente. Este domingo, si hace bueno, a pasear entre las tumbas. El tiempo apremia.
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