La Universidad, en entredicho
El plagio no afecta solo a la moral o al honor sino que socava el sistema cient¨ªfico
El sistema cient¨ªfico de un pa¨ªs se asienta sobre la presunci¨®n de veracidad y autenticidad. Si las autoridades recaudan impuestos y cobran tasas a los alumnos para construir universidades y remunerar a los profesores que all¨ª investigan e imparten docencia es porque quieren sostener un sistema de generaci¨®n y transmisi¨®n de conocimientos que sirva a su desarrollo econ¨®mico y cient¨ªfico.
Art¨ªculos anteriores
El fraude cient¨ªfico, una de cuyas expresiones m¨¢s graves es el plagio, no es por tanto una cuesti¨®n que ata?a en exclusiva a la moral o al honor de los que incurren en dichas pr¨¢cticas o son v¨ªctimas de ellas: es algo que socava el sistema cient¨ªfico y que, en consecuencia, debe ser prioritario para las autoridades acad¨¦micas. De ah¨ª que el penoso caso del rector plagiario de la Universidad Rey Juan Carlos, Fernando Su¨¢rez, no pueda ser considerado ni un litigio privado entre ¨¦l y la veintena de sus v¨ªctimas acreditadas ni una cuesti¨®n que pueda solventarse con su abandono del cargo.
Porque al falsear sus m¨¦ritos, los plagiarios como el rector Su¨¢rez, cuya deshonestidad ha vuelto a quedar en evidencia en un peritaje realizado por la Universidad de Barcelona, ascienden acad¨¦micamente de manera fraudulenta, cobran salarios indebidos del erario y desplazan de sus puestos a otros investigadores de mayor m¨¦rito y honestidad.
Hace tiempo que los organismos que acreditan y eval¨²an a los profesores universitarios (la CNEAI y la ANECA) deber¨ªan haber abierto sus propias investigaciones para saber si el profesor y rector Fernando Su¨¢rez merece los m¨¦ritos que le reconocieron. Y el ministro de Educaci¨®n y Ciencia, ??igo M¨¦ndez de Vigo, responsable ¨²ltimo de la integridad del sistema educativo y cient¨ªfico espa?ol, ten¨ªa que haber tomado hace tiempo cartas en el asunto. Urge restaurar la credibilidad del sistema de ciencia espa?ol, y compete al ministro promoverlo.
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