Una espa?ola lleva hasta Europa una demanda por ¡°ces¨¢rea forzosa¡±
Es la primera vez que ocurre. La mujer denuncia ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos un "trato vejatorio" durante su parto. Nunca consinti¨® la intervenci¨®n
L.C. fue al hospital de Virgen del Roc¨ªo de Sevilla a parir con toda normalidad. Tras ser sometida a varias pruebas injustificadas, la experiencia acab¨® con la pr¨¢ctica de una ces¨¢rea no consentida, ya que no firm¨® ning¨²n documento de consentimiento informado. Esta situaci¨®n le llev¨® a demandar el hecho ante el Servicio P¨²blico de Salud andaluz, llegando hasta el Tribunal Constitucional. En ambos juzgados se desestim¨® su petici¨®n. Ante esta situaci¨®n, este 26 enero ha presentado una demanda contra el Estado Espa?ol ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Demanda que, seg¨²n relata la abogada y experta en legislaci¨®n sanitaria Francisca Fern¨¢ndez Guill¨¦n en un texto, ¡°ha sido posible gracias a la inestimable ayuda de Women¡¯s Link, sin cuyo soporte t¨¦cnico y moral no habr¨ªa sido posible. Ha contado tambi¨¦n con la colaboraci¨®n de la web El Parto es Nuestro".
"Esta es la primera demanda por ces¨¢rea forzosa en Espa?a que llega al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, si finalmente se admite. Ya ha habido demandas similares de otros pa¨ªses, como Inglaterra o Polonia", explica por tel¨¦fono Francisca Fern¨¢ndez Guill¨¦n. "Ser¨ªa una manera de dar voz a este tipo de problemas. La vulneraci¨®n de los derechos de las embarazadas. Profesionales que asumen que la mujer en gestaci¨®n no tiene derecho a decidir, poniendo muchas veces por delante la opini¨®n del doctor o el supuesto beneficio para el beb¨¦", contin¨²a. "Si no lo admite, llegaremos a Naciones Unidas. Si bien es cierto que el Tribunal Europeo admite muy pocas", reitera la abogada.
"En el caso de L.C. se han pasado por alto todos los controles. Y hay que conseguir que mujeres como ella no se sientan indefensas. Es inadmisible que las futuras madres no puedan decidir. Imaginemos un ejemplo. Si un padre es el ¨²nico donante de m¨¦dula para su hijo enfermo, ?meter¨ªamos, sin contar con su voluntad, a ese hombre, por amor, en el quir¨®fano para sac¨¢rsela y que salve a su hijo? Pues no. Pues tampoco podemos hacer lo mismo con las embarazadas", explica Fern¨¢ndez.
"Si finalmente, el Tribunal la admite, se juzga y ganamos, quedar¨¢ claro, qu¨¦ es lo que queremos conseguir, demostrar que en este caso Espa?a ha vulnerado el derecho al consentimiento informado a una gestante. La mujer no es un contenedor, y una sentencia positiva para nosotros puede ayudar a muchas otras madres a atajar este tipo de problemas", argumenta. "En Espa?a hay m¨¢s casos como el de L. C., algunos est¨¢n a las puertas del Tribunal Constitucional, otros han sido rechazados".
El relato del parto
La paciente sufr¨ªa una hernia de hiato -que se da cuando la parte superior del est¨®mago pasa a estar en el abdomen para alojarse en el t¨®rax permitiendo el paso de los ¨¢cidos del est¨®mago al es¨®fago-, y ¡°a pesar de que pod¨ªa ser tratada con medicamentos anti¨¢cidos, su demanda fue ignorada y se le oblig¨® a dilatar tumbada sobre la espalda, lo que le llev¨® a empeorar -el reflujo le abrasaba la garganta-¡±, seg¨²n se explica en un comunicado de prensa. La epidural le fue ejecutada por tres personas, ¡°dos en pr¨¢cticas y una doctora¡±, quien fue la que finalmente la realiz¨®, aunque a L.C, le tuvieron que pinchar tres veces, ¡°con el sufrimiento a?adido¡±. ¡°Una vez lleg¨® a los ocho cent¨ªmetros de dilataci¨®n¡±, prosigue el texto, ¡°y con un registro tococardiogr¨¢fico normal, una matrona le informa de que es la siguiente en entrar al paritorio¡±, tras o¨ªr una conversaci¨®n en la que aseguran la saturaci¨®n de los paritorios del hospital, le sugieren hacer una ces¨¢rea, a la que ni ella ni su marido firman el consentimiento. Aunque la intervenci¨®n se realiza¡±.
"Tal vez el que L. C. oyera la conversaci¨®n de la saturaci¨®n ha sido el punto flaco de este caso. Y el que la forma que encontraron los sanitarios para aliviar la saturaci¨®n fuera hacer ces¨¢reas. Mucha gente cree que este procedimiento es largo, pero no, son unos 20 minutos, en comparaci¨®n con un parto natural, que puede llegar a las cuatro horas o m¨¢s", a?ade la abogada.
Uno de cada cuatro partos en Espa?a es por ces¨¢rea
En Espa?a, la tasa de partos por ces¨¢rea se ha incrementado casi un 10% en los diez ¨²ltimos a?os, seg¨²n datos de 2015. Exactamente representan un 25,25% del total de partos, seg¨²n los ¨²ltimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud recomienda situar la tasa de parto por ces¨¢rea en un 10-15% para reducir los datos mundiales de fallecimientos de las madres y de los beb¨¦s en el parto. Espa?a, desobedeciendo a la OMS, solo puede presumir de tener una comunidad aut¨®noma que cumple las indicaciones de la organizaci¨®n: el Pa¨ªs Vasco, que cuenta con una tasa de un 12,64%, seg¨²n los datos de 2011 publicados por el mismo organismo.
Seg¨²n relata el comunicado, la paciente present¨® ¡°intolerancia a la actividad; debilidad generalizada; reposo en cama o inmovilidad; expres¨® sentimientos sobre la p¨¦rdida y refiri¨® estar muy dolorida y no querer moverse¡±. Una vez dada de alta, ¡°apenas pudo caminar, se ca¨ªa con frecuencia, era totalmente dependiente de la ayuda de terceras personas; ten¨ªa dolor agudo en el abdomen y padec¨ªa insomnio y ansiedad¡±.
Tan solo, ¡°se le prescribi¨® medicaci¨®n ansiol¨ªtica y permaneci¨® en una situaci¨®n de baja laboral prolongada¡±, asegura el texto. La paciente se sinti¨® torturada.
El proceso legal
L.C. presenta en primer lugar una reclamaci¨®n de responsabilidad patrimonial ¡°ante el servicio p¨²blico de salud andaluz, del que depende el Hospital Virgen del Roc¨ªo, a la que la Administraci¨®n no responde, por lo que se ve obligada a presentar una demanda que recae en el Juzgado de lo Contencioso Administrativo n.? 8 de Sevilla¡±. La denuncia se acompa?¨® de una prueba pericial de obstetricia que concluy¨® que "en el presente proceso de parto la actuaci¨®n del personal sanitario no se ha ajustado a la lex artis, ignor¨¢ndose las recomendaciones y protocolos para atenci¨®n al parto de las instituciones p¨²blicas sanitarias y organizaciones y sociedades cient¨ªficas m¨¢s reputadas, incluyendo la Gu¨ªa de Buenas Pr¨¢cticas para la atenci¨®n al parto del propio Servicio Andaluz de Salud, la administraci¨®n de epidural fue dificultosa y en ella participaron al menos tres personas¡±. Por ¨²ltimo, ¡°se procedi¨® a realizar la ces¨¢rea interrumpiendo un proceso de parto que transcurr¨ªa dentro de la normalidad¡±. ¡°El Servicio Andaluz de Salud, por su parte, aleg¨® que la ces¨¢rea se hab¨ªa realizado por un estancamiento de la dilataci¨®n, pero no aport¨® ninguna prueba pericial que apoyase la validez de esa afirmaci¨®n¡±.
"No presentaron durante el juicio ninguna prueba pericial. Obviamente, no hab¨ªa consentimiento informado. Es muy raro", a?ade la experta.
Tras la negativa, no fue hasta marzo de 2016, tras un periplo judicial agotador, que el caso lleg¨® al Tribunal Constitucional, en el que se present¨® recurso de amparo, que fue inadmitido a tr¨¢mite por considerar que los hechos carec¨ªan de ¡°especial trascendencia constitucional¡±, agotando as¨ª todos los recursos internos disponibles.
El pasado 26 enero, se interpuso una demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos contra el Estado Espa?ol por violaci¨®n del derecho a no sufrir tortura ni ¡°tratos inhumanos o degradantes, violaci¨®n de la dignidad y la intimidad de L.C. y su derecho a un juicio equitativo y a no sufrir discriminaci¨®n¡±. Seg¨²n la abogada, ¡°la discriminaci¨®n ocurre porque solo las mujeres pueden quedarse embarazadas y necesitan tratamientos en salud maternoinfantil y cuando se les niega, se restringe u obstaculiza de manera injustificada el acceso a una atenci¨®n de calidad y respetuosa con sus derechos, coloc¨¢ndose en una posici¨®n de desventaja y de desigualdad en el acceso a servicios de salud¡±.
"Tendremos que esperar la resoluci¨®n del Tribunal Europeo. No s¨¦ cu¨¢nto tiempo puede tardar. Pero adem¨¢s de las consecuencias f¨ªsicas y psicol¨®gicas que padece L. C. tras el episodio, que nosotros llamamos tortura, ha sido condenada a pagar los costes de pleitear. Y esta situaci¨®n es intolerable", termina la abogada.
?"La verdad es que no espero nada. Despu¨¦s de todo lo que he pasado, tengo poca esperanza. Si cumplir la ley, ellos la han cumplido, pero yo era novata y no me pod¨ªa defender. Me dieron un mont¨®n de papeles, de chorradas, pero ninguno sobre la ces¨¢rea", explica L.C. por tel¨¦fono. "Si el tribunal lo admite, si ganamos, solo quiero que no vuelva a ocurrir. Me est¨¢ costando mucho dinero y esfuerzo, pero el objetivo es bueno: que no le vuelva a ocurrir a ninguna mujer", termina. Ahora. L.C., solo puede esperar. Un poco m¨¢s.
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