Los portugueses vuelven a confiar en el futuro
Parece que el recalcitrante optimismo del presidente y del primer ministro han calado
El Brexit amenaza con echar a los miles de enfermeros portugueses que trabajan en Inglaterra; Trump no va a dejar entrar a nadie ni a nada, sin embargo el trumpetoso comienzo de a?o no ha hecho mella en la sociedad portuguesa. Seg¨²n su Instituto de Estad¨ªstica, el portugu¨¦s, de repente, se ha venido arriba; la confianza de los consumidores es la mayor desde el siglo pasado, la mayor desde que dej¨® de existir el escudo y se implant¨® el euro.
Las cifras del pa¨ªs no son para lanzar cohetes (deuda superior al 130% del PIB, intereses soberanos por encima del 4,2%), pero en lo que toca m¨¢s directamente al portugu¨¦s, hay se?ales positivas. El paro ha ca¨ªdo al 10,2%, la cifra m¨¢s baja desde 2010, el salario m¨ªnimo (que afecta a una gran parte de los trabajadores) ha subido un 9% en poco m¨¢s de un a?o y va a subir un 25% en cuatro y la crisis en Angola, gran importador de productos y trabajadores cualificados portugueses, parece que ha tocado fondo y su crecimiento remonta a la misma velocidad que el precio del barril de petr¨®leo. Seg¨²n el INE, el indicador conjunto de la confianza de los consumidores no estaba tan alto desde el inicio del 2000; en el caso de la evoluci¨®n de la situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs, las opiniones positivas de los encuestados no eran tan altas desde que se inici¨® esta estad¨ªstica en 1997.
El pueblo parece haberse contagiado del ¡°optimismo realista¡± de su presidente, Marcelo Rebelo de Sousa, y del ¡°optimismo cr¨®nico¡± de su primer ministro, Ant¨®nio Costa, seg¨²n definiciones del primero. Aunque uno pertenezca al Partido Socialdem¨®crata y el segundo al Socialista, ambos est¨¢n de acuerdo en apostar por la estabilidad pol¨ªtica y que aguante una legislatura el actual Gobierno en minor¨ªa de Costa. Ya ha cumplido un a?o, gracias al apoyo parlamentario de los diputados a su izquierda del Bloco de Esquerda y del PC, aunque los comunistas a?oren los tiempos del escudo y promuevan una campa?a para que Portugal vuelva a tener su propia moneda. Seg¨²n el INE, aquellos tiempos no eran mejores. Esos, est¨¢n por llegar.
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